¿En qué cabeza cabe? ¿Que tan caprichosa se debe ser? - Cuestionó dura Nathalia a la menor, Sofi.
La joven en silencio permanecía con el rostro entristecido, ya habían pasado dos semanas desde que ella y su amado se habían separado, desde que no se veían y esto solo le provocó un fuerte dolor, profundo y terrible. Tan terrible que cualquier pasión en ella había mermado, el deseo, incluso el apetito.
- ¡Morirás de hambre y no de desamor!- exclamó la mayor en desespero.
Ante ya una semana sin probar bocado Sofi permanecía demacrada, débil y completamente triste y aislada de todo y todos.
Preocupación yacía ante cualquier cercano a ella, sobretodo ante su padre Jacques y su hermana mayor Nathalia.
Jacques quien llevaba tiempo ya sin dirigirle la palabra estaba en constante ocasión al pendiente, si comía lo debido, y con el pasar de los días su preocupación iba en aumento.
Él ya no lograba conciliar el sueño ante la angustia.
A pesar de todo el clima era sereno, cálido. Y no frío y hosco cómo lentamente se volvía el corazón de la joven de ojos veraniegos.