El secreto bajo las hojas

Capítulo 12. Luces en la niebla

Para el baile de invierno, yo ya tenía un espléndido vestido azul, un selecto grupo de amigos con quién pensaba pasarla de maravilla, y lo mejor, un apuesto novio esperando por mí en la sala de mi casa. Me fue muy fácil decidir de qué lado de la balanza quería estar, si no quería ser la chica tonta de la que todos se burlaban, debía aparentar ser todo lo contrario. Y ahí estaba, colocándome un labial carmín frente al espejo, cuando odiaba el maquillaje.

Connor Stone era un sueño para cualquier chica en el instituto, me parecía demasiado prepotente y vanidoso, pero no dude en aceptar ser su novia, cuando después de un partido de futbol en el que por supuesto ganó el instituto Victoria, me lo propuso frente a toda la escuela. Yo pasé de ser la chica nueva incursionando en las porristas, a ser la novia del capitán del equipo. Todo un progreso.

Bajé las escaleras y la sonrisa perfecta de un chico alto y apuesto me saludó, llevaba esmoquin y corbata de moño; después de verlo todo el tiempo con su ropa deportiva, era como ir al baile con un chico completamente distinto. Ni siquiera me importo que mi padre no estuviese de acuerdo en dejarme ir al baile con un vestido tan provocativo o que mi madre insistiera en que no podía llegar después de media noche por ningún motivo, lo único que quería esa noche era divertirme y ser al igual que Connor, alguien diferente.

—Jessica y Dylan ya están en el auto, solo falta ir por Kaitlyn, Max nos verá ahí —anunció él y yo tomé su mano—. Te vez muy bonita, deberías llevar siempre el cabello así.

—Gracias —susurré.

Había tardado casi cuatro horas para planchar mi cabello, no imaginaba tener que hacer eso todos los días para ir a la escuela o a los entrenamientos, pero sí que lo consideré al ver la cara que mi novio ponía al verme. El precioso Mercedes negro de Connor esperaba estacionado afuera de mi casa, tenía las ventanas polarizadas arriba, y tanto Connor como yo imaginamos lo que eso podía significar. Connor soltó mi mano y se adelantó para golpearles la ventana, con una sonrisa demasiado vulgar, y luego de un par de minutos, me abrió la puerta como un verdadero príncipe.

Yo ignoraba muchas cosas en ese momento, como las intenciones que tenía Connor para mí en esa noche o todo lo que me esperaba en un baile escolar, al ser considerada una chica popular. No sabía que los verdaderos príncipes nunca usaban disfraces para parecer príncipes, sino que simplemente estaban por ahí, camuflados como chicos comunes en medio de la niebla, esperando por salvar a su damisela en peligro.

Cuando subí al auto, Jessica se estaba terminando de acomodar el vestido y Dylan subía la cremallera de sus pantalones en un gesto bastante grotesco y repulsivo. Sí, ellos acababan de tener sexo en el auto de Connor, y él estaba como si nada hubiese pasado.

—Tranquila —dijo al poner su mano sobre mi pierna adentrándose entre el tul de mi largo vestido hasta sentir mi piel. Su mano era tibia pero el gesto no fue agradable—. Es el baile de invierno —añadió sonriendo de lado, como si eso explicara que el mundo entero actuara como una maldita jauría en celo. Tuve que sospechar algo en ese momento, tuve que seguir el instinto de bajarme del auto y correr hasta mi habitación, pero no lo hice.

—Te vez bien —chilló Dylan recorriendo el escote de mi vestido. Después de todo, mi padre tenía razón, pero ya era muy tarde para arrepentirse, el auto estaba en marcha,

—Tranquilo Dylan, ella es mi chica —protestó Connor y ambos intercambiaron un par de miradas extrañas. Luego Connor me miró a mí y me besó en los labios, fue un beso suave pero al mismo tiempo sugerente.

Hasta ese entonces Connor y yo no habíamos pasado de los besos y de ir tomados de las manos por los pasillos de la escuela como si ambos lleváramos un enorme trofeo al cual presumir, pero nunca había pensado en subir de nivel, nunca hasta esa noche. Después de todo, era nuestro primer baile juntos y era el baile de invierno, como él mismo decía. ¿Qué se suponía que debía esperar de todo eso?

—¡Nicole se te ve increíble el cabello! —chilló Jessica al agarrarme del brazo—, ¡Dios, estás helada! ¿Qué sucede contigo? Relájate, ¿quieres? Y por favor préstame de tu labial que olvidé el mío y este estúpido ya la arruinó.

—Te gustó que lo arruinara, ¿no?

—Sí, relájate Nicole —agregó Connor mientras yo buscaba el labial en mi bolso miniatura en el que solo estaba mi celular con poca batería y un par de cosméticos—. Parece que te lleváramos secuestrada, vamos a una fiesta.

—No cualquier fiesta, amigo. ¡Es el puto baile de invierno! —añadió Dylan.

Connor le subió el volumen a la música y la adrenalina comenzó a fluir por mis venas de una forma inesperada. Jessica se retocaba el labial y Dylan sacudía la cabeza como un loco al ritmo de la música, pronto los cuatro estábamos divirtiéndonos en verdad y no pensé que hubiera algo de malo con eso.

—Sí —vociferé mucho más relajada—. ¡Es el maldito baile de invierno!




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