Todo oscureció y Rafael apareció en lugar que ya conocía, era Uberdruss. Esta vez las calles estaban desoladas, no había ningún ser mágico pasando. Era un paisaje solitario a lo que era en realidad.
Caminó por un rato sin saber que hacer hasta que vio a una mujer que jamás olvidaría.
Su madre se encontraba parada viéndolo, como esperando pacientemente a que él llegara.
—¿Mami eres tú?
—Mi pequeñito, he venido a decirte que te cuides mucho -le dice ella con ternura.
—¿Cuidarme de qué?
—De gente mala. Confía en tu instinto que es muy especial.
—¿Gente mala? -se preocupa Rafael.
—Si sientes que no debes confiar, no lo hagas.
—Sí, mami.
—Cuídate mucho. También cuida de tus hermanos y de tu papi
Se oscureció de nuevo. Su madre y Uberdruss desaparecieron con rapidez.
Rafael despertó y se dio de cuenta que se había quedado dormido en el sillón cuando veía televisión.
***
—Han atrapado a varios de nuestros informantes encubiertos -informa el ministro del norte Portrus Safari en una reunión entre todos los ministros. Él era un centauro de cabello anaranjado largo y ojos grises.
—Es imposible que hayan descubiertos a todos ellos casi al mismo tiempo -responde la ministra del sur Terrine Escrupel, se escuchaba al fondo el siseo de sus serpientes. Ella era una Gorgona con las serpientes de color verde oscuro y ojos amarillos.
—Debe haber un traidor entre nosotros -se enfurece el ministro del este Orosit Azetón golpeando la mesa. Él era un ciclope corpulento de poco cabello y ojos negros.
—¿Nosotros? -pregunta Kelder muy sorprendido.
—No exactamente nosotros, pero si alguien de nuestro equipo -corrige Orosit algo incómodo.
—Tenemos que estar atentos de cualquier que sea sospechoso -indica Terrine.
—Además, de estar al tanto de nuestros enemigos también debemos de sospechar de nosotros mismos, que inconcebible -se queja Portrus.
—No podemos confiarnos -comenta el ministro del oeste Tulanor Plagen que hasta ese momento se encontraba en silencio durante aquella discusión. Él era un fauno de pelaje castaño claro y ojos azules.
—Es nuestra única opción -dice Kelder.
—Tenemos que estar preparados para todo -indica Terrine.
Se escucharon sonidos muy fuertes en el exterior. Un sonido atronador que se expandió por toda la oficina.
—¿Qué es eso? -pregunta Tulanor.
—Una explosión -responde Orosit.
—Rápido vamos a resguardarnos -ordena Portrus.
—Las situaciones que debemos pasar por culpa del Holocausto -se molesta Terrine.
—¿Cómo están tan segura que fueron ellos? -pregunta Kelder con interés.
—¿Quienes más van a ser? Ellos son lo han estado en nuestra contra desde que hicimos la propuesta de Uberdruss 2.
—¿No creen que es mejor dejar la propuesta? Así se calmará el Holocausto -menciona Orosit.
—Si hacemos eso ellos ganarán -contesta Tulanor.
—Y pensarán que pueden controlarnos con sus ataques -responde Portrus en acuerdo con Tulanor.
—Somos el gobierno. Debemos permanecer fuertes -indica Kelder.
—No podemos rendirnos ante los rebeldes -declara Terrine.
—Es verdad -dice Orosit.
Había mucho que asimilar. “El Holocausto” seguía causando problemas y no tenían ni idea de quién estaba detrás de todo eso. Era frustrante no poder hacer nada para detenerlos.
***
En la casa Campos, Alice, Rafael, Roberto y Rogelio estaban acomodando y adornando todo para la fiesta de cumpleaños sorpresa para Antonieta. Ella estaba en la casa de su tía Mireya e iba a regresar justo a tiempo.
Los invitados fueron llegando poco a poco.
Hasta que llegó Antonieta con su tía Mireya y con Lara.
Era evidente la emoción de Antonieta que no se esperaba aquella gran sorpresa.
—¡SORPRESA! -gritaron todos.
—¿Qué es todo esto? -se sorprende Antonieta.
—Tu fiesta de cumpleaños -responde Rogelio.
—Nadie me dijo nada.
—Si te dijéramos no sería sorpresa -contesta Alice.
—Es verdad, pero… gracias.
—No tienes por qué agradecer. Te lo mereces hija -le dice Rogelio.
—Te quiero papi -ella lo abraza.