—Lara, me alegro mucho que nos visites -la recibe Alice con cariño.
—Buenos días, señorita Verbinder -y Lara la abraza.
—Espero que no sea mucha molestia que Lara pase aquí el fin de semana -dice Mireya un poco incomoda.
—Para nada, Lara siempre es bienvenida. Claro, si se comporta como toda una damita -le responde Alice.
—Yo soy toda una damita, señorita Verbinder.
Mireya se despide de Lara y se marcha.
Después todos se encuentran en la sala.
Rafael y Lara se encuentran en el suelo jugando con sus juguetes. Roberto ve la televisión. Antonieta chatea por celular con una amiga y Alice lee un libro.
—Buenos días a todos -aparece en la televisión una mujer baja y gordita, de cabello castaño corto con reflejos rubios y ojos negros- Soy Indira Corro, directora de Anti-magia y como todos sabrán soy descendiente del creador de esta honorable organización.
—¿Honorable organización? Que mujer tan molesta -comenta Alice con desprecio.
—¿No te agrada la directora de Anti-magia? -pregunta Roberto curioso.
—Se hace ver por sus gestos que es una persona antipática.
—¿No dicen que no hay que juzgar un libro por su portada? -dice Antonieta.
—Es que ella tiene una horrible portada.
—…y quiero informales que estamos haciendo todo lo necesario para mantener el mundo seguro ante los peligrosos seres mágicos. Hemos capturado a tres que vivían escondidos en un parque de atracciones, un troll que se escondía en las montañas y seis goblins se escondían como ratas en el mismo sitio, es obvio que se ayudaban entre sí para no ser descubiertos. También quiero informarles que prestarle ayuda o no acusar a cualquier criatura magia será condenado como cómplice y juzgado severamente por traición.
—Ya llegué -dice Rogelio cerrando la puerta.
—Papá llegó temprano hoy -comenta Antonieta.
Los niños se acercan a saludarlo.
Luego de unas horas los niños se van a la cama. Alice aprovecha para hablar con Rogelio.
—Roberto sigue asistiendo a los entrenamientos de futbol -le comenta Alice con alegría.
—Todavía no puedo creer que Roberto juegue futbol. No sabía que le gustaba.
—No le gustaba hasta que lo intentó.
—No he sido un buen padre. Si pasara más tiempo con ellos me enteraría -dice Rogelio con tristeza. Siente que se está perdiendo la niñez de sus hijos.
—Usted es un buen padre, aunque claro tiene que buscar más tiempo para estar con sus hijos.
—Hace mucho que no pido días libres, podría pedir tres días y pasarlo junto a ellos ahora que están de vacaciones.
—¡Excelente! A los niños le encantará -se alegra Alice.
—Usted podría tomarse esos días para hacer sus diligencias.
—¡Perfecto! Tengo algunas cosas que hacer.
—Muchas gracias por todo, señorita Verbinder. Me ha ayudado mucho con los niños -le agradece Rogelio. Él no sabía lo que necesitaba a una niñera hasta que conoció a la señorita Verbinder.
—Hago mi trabajo
—Usted hace más que su trabajo. Se ve que quiere y preocupa de verdad por ellos.
—Ellos son unos buenos niños -responde Alice con amabilidad.
—Sí, los son. Yo le avisaré cuando pida mis días libres ¿Y Lara ya está aquí? Mireya me avisó que la traería.
—¡Perfecto! Llegó muy temprano.
—¿No ha causado problemas? -pregunta Rogelio preocupado.
—Ninguno.
—Usted es una excelente niñera.
—Lara lo que necesitaba era disciplina -responde Alice con orgullo.
—Es que Mireya también fue así cuando era niña, no tanto como Lara. Tengo otros 2 hermanos, pero viven lejos y casi no los veo. Somos cuatro en total. Yo soy el mayor y Mireya es la tercera y la única chica.
Después de conversar Alice se va a su habitación.
Pensaba hacerlo al día siguiente, pero no dejaba de pensar en eso y no iba a dormir con esa preocupación así que decidió ir a Uberdruss.
—Alice, mi amor ¿Qué haces aquí? Habíamos acordado que permanecerías en el mundo corriente para protegerte -la regaña Kelder preocupado.
—Eso no sirvió de mucho. Tengo que hablar contigo, urgente.
—¿Qué ocurre? Me estas preocupando. Vamos a mi oficina.
—El Holocausto estuvo en el mundo corriente -le informa Alice.
—¿Cómo es posible?
—Me abran seguido los pasos o algo parecido.
—¿Te hicieron daño? -se altera Kelder.
—Me pidieron más bien me exigieron que te enviara un mensaje “que dejes la propuesta o a mí me podría suceder algo malo”
—¿Te amenazaron?
—De una forma indirecta, pero no me hicieron daño, por los momentos -responde Alice.
—No podemos permitir que ellos se salgan con la suya, pero tampoco puedo permitir que te hagan daño.
—No importa lo que suceda no puedes dejar la propuesta. Se necesita un segundo Uberdruss, dentro de unos años Uberdruss colapsará en sobrepoblación.
—Tu vida está en juego, mi amor -Kelder estaba dudando. No podía poner a Alice en peligro.
—Tendré que tener cuidado y protegerme más.
—Si el Holocausto sabe de tu dirección en el mundo corriente es mejor que regreses, Aquí puedo protegerte.
—No puedo abandonar a la familia Campos todavía -dice Alice.
—Tienes que pensar en ti, mi amor.
—Primero tengo que informarles. No puedo desaparecer, así como así.
—De acuerdo, pero no puedes tardar mucho en eso -le dice Kelder.
—Lo sé.