Ana: Raimi, quiero tu ayuda (coloca su dedo índice en la frente de Raimi y le muestra sus recuerdos) quiero crear un limitante a los poderes de mi hijo Teo
Raimi: tu hijo es espantoso y no uses tu poder en mí
Ana: ¿me ayudarías a crear ese limitante?
Raimi: no sé cómo supo de mí, sin embargo, se informó mal, no creo limitantes de poderes, creo almas que limitan, estas almas tienen personalidad, sentimientos, creencias, como si fuera una alma común y corriente
Ana: ¿puedes ser capaz de plantar un alma en mi hijo?
Raimi: sí, pero hay algo a cambio de crear un alma (pestañea y se da cuenta que estaba al frente de Hugo) entonces ¿la señorita tiene un gran aparecido a su hija?
Hugo: sí, pero ¿por qué no la has llamado por su nombre?
Raimi: no suelo llamar el nombre a personas que no conozco bien
Hugo: es un buen punto, hay- hay que buscarla
………….
Elif: (ve la ciudad deshabitada y al querer aferrarse a Brixton, este se aleja) ¡devuélveme a Diego!
Brixton: estás demente, mi rey no es Diego y Diego no es mi rey, en verdad tienes suerte de que te haya permitido vivir
Elif: dime ¿quién es la mujer que ama Diego?
Brixton: ¿Diego enamorado? No lo sé y si existe esa posibilidad, sería Anahí, la humana que vivía con él, no obstante, mira este mundo, está destruido y esa humana puede que no haya sobrevivido
Elif: (saca de la manga de su vestido, el material y aplasta el número uno y se transporta)
Brixton: (se sorprende de tal hecho) ¿qué? (reacciona y desaparece)
………….
Romina: (ve los arboles a su alrededor) ¿estamos afuera de la barrera?
Naím: así es (sonríe)
Romina: tú… ¿intentas asesinarme? Aunque estemos afuera de la barrera, gritaré con todo mi pulmón te lo advierto
Naím: nuevamente pido disculpas por la amenaza, Nahuel y Nadir me aconsejaron en decirte el por qué odio que se dirijan hacia a mí como enano o pequeño
Romina: no esperaba tal cosa, si te sientes cómodo diciendo eso con alguien que no simpatizas mucho, es porque hay una razón muy grande detrás de tu ira
Naím: (mira el cielo) un grupo de humanos atacó a mi familia… mientras mi madre me llevaba al mundo humano, mi padre nos hacía camino, una vez que mi madre me dejó en un callejón, se fue a salvarlo, mas no volvió
Romina: ¿eso quiere decir que no sobrevivieron? (pensó)
Naím: unos humanos me atraparon, encarcelaron y me llevaron al mercado negro, fue en ese lugar que el vampanez Hugo vestido como un humano, me compró y me regaló a su hermano, Abdías (agacha su mirada y frunce el ceño) él es un desquiciado, tortura a cientos de seres sin compasión, en especial a niños de cualquier raza
Romina: (se sorprende) entonces, tú
Naím: yo era el más joven de todos ellos, cada vez que se me dirigía como “enano” o “pequeño” mientras me torturaba en aquella silla que ataba mis manos y pies y que por más que suplicaba jamás se detuvo, me causa repugnancia y asquerosidad
Romina: ¿cómo lograste escapar?
Naím: por su descuido, después de que me maltrató, no cerró bien la puerta y pude escapar… estaba en el mundo humano y viví en callejones, alimentándome de animales salvajes y a veces de domésticos, Nahuel y Nadir me rescataron y me llevaron a la mansión, desde ahí nació el trío NA
Romina: nunca creería que fuiste torturado de esa manera, la herida de tu mejilla ¿también fue causado por ese vampanez?
Naím: no, me herí cuando traté de rescatar a mi prima, mi madre me llevó a esos callejones después de ese intento (se toca la herida) es un recuerdo de mi familia
Romina: bueno, me siento culpable de hacerte recordar esos sucesos tan horribles, me disculpo