Diego: (ve que el sol se asoma a la cueva y que Anahí estaba acercándose a él) vas a ser demasiada persistente
Anahí: vendré a estas horas de la mañana (asiente una olla llena de comida) hay verduras, frutas y otras cositas, apenas vamos el primer día, y limpiaré tus heridas
Diego: ¿quieres ser doctora? No confió mucho en ti y me limpiaré yo solo mis heridas, puede que esos remedios sean para que empeore más
Anahí: no quiero ser doctora, pero lo llevo en la sangre, mi bisabuelita era una
Diego: eso no se lleva en la sangre
Anahí: claro que sí (se inclina y coloca las frutas en un plato)
Diego: ¿acaso eres tonta? Por supuesto que no
Anahí: eres necio (coloca el plato en el estómago de Diego) ahora come… Diego, no quiero que confíes en mí, tan solo quiero verte recuperado, es más, si te recuperas, podrás ser mi guardián
Diego: siempre hay algo a cambio, no seré tu guardián y eres muy ingenua si pensabas que lo sería
Anahí: se me ocurrió en estos momentos, es más, me estoy entrenando para ser una gran soldada
Diego: morirás al enfrentarte a esos vampiros, es mejor que huyas
Anahí: (golpea su mano en el suelo, sorprendiendo a Diego) no puedo huir, no por mi orgullo, si no por mi familia
Diego: eres muy agresiva (come unas uvas y esquiva su mirada) eres muy joven para proteger a tu familia, ¿qué hacen tus padres?
Anahí: … ellos murieron hace diez años, en la luna roja, después murió mi tía de parte de padre al defendernos del ataque de los vampiros, ahora solo tengo a mis primas y a la señora Roberta, ellas son mis luces
Diego: toque algo delicado (susurra)
Anahí: eso ya está en el pasado, ahora que te conté una parte de mí, te pido que me cuentes una parte de ti, ¿dónde están tus padres?
Diego: mi madre falleció para protegerme de los humanos (dice y ella se sorprende) tengo un padre, un primo y una hermana, y un tío… todos ellos son especiales para mí, pero debo alejarme de ellos para que él no los lastime
Anahí: veo que también tuviste un pasado duro, ¿cómo se llamaba tu mamá?
Diego: su nombre era Ana (dice y siente un dolor en el pecho)
Anahí: te hice hablar mucho (se levanta y de su mochila, saca unas sábanas que tiende en el suelo, haciéndolo una cama, que ayuda a Diego acostarse en ella) ¿te sientes cómodo?
Diego: su tacto es muy cálido (pensó) no necesitabas hacerlo
Anahí: (coloca debajo de la cabeza de Diego una almohada y lo cubre con otra sábana) ahora sí debes recuperarte
Diego: parezco un niño atendido por su abuela
Anahí: (pellizca la mejilla de Diego) soy muy joven para ser una abuela, además, si fueras mi nieto, jamás me contestarías así
Diego: soy un dhampir, mis genes se restauran rápido y podré atacarte cuando me des la espalda (antes que siguiera, Anahí le mete una uva en su boca)
Anahí: sopórtalo hasta tres días, es suficiente para que te cures (se levanta) antes que anochezca, traeré ropa nueva, y no quiero que me niegues (se va de la cueva)
Diego: ella no tiene vergüenza en lo absoluto (escupe sangre y se sienta, sintiendo un dolor tremendo en su pecho)
Felipe: parece que Teo te está estorbando (aparece al frente de Diego junto con Angélica y él lo mira sorprendido) ha pasado mucho, ¿no?
Diego: (se levanta sin importar el dolor de sus heridas, y abraza a Felipe, cayéndole lágrimas de sus ojos) lo siento tanto… tío
Angélica: (ve las sábanas y la comida) e-es como dijo el señor Felipe, alguien más lo encontró (pensó)
Felipe: (corresponde el abrazo) no tienes porque disculparte, nadie te culpa, es Teo quien debería disculparse, y sé que me está oyendo