El secreto de Apolo

XXXIX

Phoebe

 

Miro de reojo a mi padre hablar con Apolo y puedo respirar más aliviada cuando veo que ambos sonríen. Mi padre no es del tipo de amenazas, más bien es de esos que les gusta conocer a las personas con una buena conversación y me alegra mucho poder ver que se han llegado a entender.

—Familia, amigos —volteo al escuchar la voz de Athan—. Me gustaría que se acercarán un momento para darles una noticia.

Mi corazón comienza a palpitar deprisa conociendo la noticia que Athan va a dar. Mentiría si dijera que no estoy nerviosa al desconocer cual será la reacción de sus hermanos.

Todos nos reunimos a su alrededor y puedo ver el desconcierto de la mayoría. Apolo llega a mi lado y me rodea por la cintura.

—Quise aprovechar esta oportunidad con todos reunidos para presentarles de manera oficial a mi novio.

Se escucha un leve murmullo mientras Jonás camina hacía Athan y con un brazo le rodea la cintura.

—¿Novio? —susurra Nix en mi oído a lo que me límito a asentir—. ¿Tú sabías de esto?

Asiento nuevamente a la espera de alguna reacción.

Thanos y Timaeus son los primeros en acercarse, su semblante es serio y por momentos me preparo para lo peor. Cuando están frente a él sonríen.

—Ya era hora que lo dijeras —comienza Thanos extendiendo su mano a Timaeus—. Gané la apuesta.

La cara de Athan es de completo desconcierto, mira sobre el hombro de Thanos hacía Basha y Neo que solo se encogen de hombros.

—Parece que la única sorprendida soy yo —comenta Nix a mi lado pero al final termina por sonreír también.

—Esperen un momento… ¿Ustedes lo sabían? —pregunta y en su rostro se puede ver que aún no lo creen.

—Bueno… —Neo se acerca a él—, no sabíamos exactamente con quien estabas saliendo, pero somos tus hermanos hay pocas cosas que no sepamos de nosotros, solo que preferimos fingir desconocimiento es algo muy distinto.

Detrás de las palabras de Neo sé que se esconde mucho más de lo que dice. Tiene sentido que en algún momento lo hayan pensado, solo esperaban al momento en que Athan se sintiera listo para decirlo el mismo.

Observo a Basha buscar con la mirada a Apolo, quien de la misma manera se encoge de hombros caminando hacia Athan. Le da un suave aprentón en el hombro con una sonrisa.

Los demás presentes se lo toman de la misma manera, todo el ambiente sigue relajado.

—Solo falto yo —anuncia Nix—, si me disculpan.

Vuelvo mi mirada a Kristal que deja salir un dramático suspiro.

—Ese si es un desperdicio de hombre —Su mirada se posa en Jonás—, por dos.

—Espero haberme imaginado lo que escuche —dice Cris, su novio apoyando su barbilla en el hombro de Kristal.

Rio viendo como ella rueda los ojos.

—Pues has escuchado muy bien pastelito, que te quiera no quiere decir que me he vuelto ciega.

Él rie rodeándola con sus brazos.

—Espero que la locura de mi peculiar novia no sea contagiosa —dice dirigiéndose hacia mí—. Estoy seguro de que Apolo no me dejaría vivir en paz.

—Idiota —le responde ella sonriendo.

—No te preocupes, él ya debe lidiar con mis propias peculiaridades.

Rie y Jesse se junta con nosotros. Por su ligero desequilibrio puedo decir que ya lleva varias cosas de más encima.

—Me he enamorado —anuncia de la nada.

—¿De qué hablas, Issi? —le pregunta Cris frunciendo un poco el ceño.

—Ha sido a primera vista —No estoy segura si esta respondiendo o sí solamente continua con su historia—. Estaba teniendo un día de mierda, tú lo sabes pastelito, nunca puedo estar bien con ellos alrededor —mira hacia el otro extraño del jardín, sigo su mirada hasta encontrarme con Kath y su esposo riendo—, incluso se lo dije a mi mitad Jepolo.

Enarco una ceja al escucharlo por que sinceramente suena horrible la forma en que conbinan sus nombres.

»Pero de pronto la ví, y fue como si el sol saliera para mí. Tu lo entiendes verdad pastelito de fresa —entiendo que así se refiera a Kristal cuando esta asiente. En realidad, es muy difícil seguirle el ritmo a Jesse—. Fue la cosa más loca que me ha pasado en mi jodida vida, estaba ahí en la puerta y parecía un jodido angel. Mi angelito, me dije, pero ahora temo que Apolo o cualquiera de los otros cinco quiera romper mi sensual culo por enamorarme de su hermana.




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