Phoebe
—¿Cómo lo ves?
Los ojos verdes de Thomas en momentos me intimidan, es un hombre guapo a rabiar, pero pasa mucho tiempo con el ceño fruncido lo que le da un aire intimidador. A decir verdad, él me agrada, de la misma manera que he llegado a tomarle cariño a su esposa. Ellos me visitan con frecuencia, cada vez que sus agendas se lo permiten y me siento muy honrada con eso porque vamos son personas muy ocupadas.
Hoy están aquí por algunas razones, la primera es el «Rose Memorial» la fundación que maneja el Grupo Black en memoria a su madre, pero que se mantenido solo como un proyecto hasta ahora que me querían de Directora.
En mis manos tengo el contrato que me ofrece, y lo único que debo decir es que nunca en mi vida había visto tantos ceros en un cheque a mi nombre. Mis prestaciones anuales serían veinte veces lo que ganaba al año en el hospital. Fuera de eso me daban completa libertad de decisión dentro de la fundación y libertad de movimiento, eso quería decir que la fundación podía mantener proyectos tanto nacionales como internacionales.
—No sé que decirte.
—Un «acepto» me basta, si te parece que es muy poco podemos negociarlo.
Lo miro abriendo tanto los ojos que me duele. Muy poco dice…
—Por lo contrario, creo que es demasiado —lo digo con toda sinceridad, pero cuando veo en su cara y en la de Kath una sonrisa compasiva recuerdo que son asquerosamente ricos y que probablemente esto no sea nada para ellos.
—De demasiado nada, Phoebe —comienza Thomas—. Es lo justo, serás una empleada directa de Black Global Group, y no solo eso, sino que también serás parte del directorio.
—Escúchalo, si alguien sabe de lo que habla es él —dice Kath que hasta ahora se había mantenido en un segundo plano.
—Está bien, acepto.
—Magnífico. Le pediré a los abogados que trabajen en el contrato formal y se lo enviaré a Danielle para que pueda verlo por ti ¿te parece? O ¿tienes otro abogado de confianza para que lo revise?
Niego con la cabeza, la verdad es que confiaba en Danielle.
—Bueno ahora sigamos con lo demás —lo interrumpe Kath, ya había dicho que vinieron por varias razones—. Hable con Danielle y Dominic, ya tienen listo el contrato de confidencialidad, se lo entregaron hace unas horas a Neo para que lo presente, como el hospital ya lo había aprobado previamente no tendrá problemas.
—Gracias por su ayuda —Cuando Neo decidió ser donador la única persona con la que podíamos contar para que hiciera los papeles sin que Apolo o los demás sospecharan era Danielle que ya se estaba encargando del caso de Valerie. Y de alguna manera Kath termino adentro también.
—No tienes por qué darlas, esos hermanos son algo de lo que no hay —dice pensativa—. Provoca ayudarlos, aunque en momentos siento que me sacaran canas.
Los tres terminamos riendo. Kath era admirable a pesar de que era menor que nosotros tenía mucha madurez, y con Thomas con quien somos contemporáneos habían momentos en que parecíamos unos niños junto a ella o es lo que yo sentía en ocasiones como esta.
Llaman a la puerta y de inmediato el silencio se impone entre nosotros. Kath quien está más cerca de la puerta es quien se encarga de ver de quién se trata.
La escuchamos hablar con alguien fuera, pero mantiene la puerta pegada hacia ella sin dejarnos ver.
Al final se voltea y veo que no está nada contenta, deja salir aire frustrada.
—Larissa Lux está afuera, quiere hablar contigo —dice enojada—, le he dicho que no debería estar aquí, pero no tiene intención de irse sin hablar contigo.
¿La madre de Apolo estaba aquí? Y lo más importante es ¿qué quería conmigo? Y supongo que para saberlo no me quedaba más opción que hablar con ella.
—No te preocupes, Kath. Déjala pasar, pero lamento que nuestra reunión se deba posponer.
Thomas me toma por sorpresa colocando su mano en mi hombro para llamar mi atención.
—Nos quedaremos cerca por si necesitas ayuda —dice en tono serio, ese tono que no admite replicas.
—Gracias, solo espero que eso no sea necesario.
Kath deja salir un suspiro asintiendo.
—Le daré quince minutos antes de llamar a Apolo, sé que a él le gustará menos que a mi esta visita.
—Está bien, de igual manera pronto vendrá. Es mejor que lo sepa. Gracias a ambos.