El secreto de Apolo

VIII

Apolo

Aparco unas cuadras antes de llegar a la dirección que me ha enviado Tyler, necesito pensar las cosas con cabeza fría, tomo mi cabeza entre mis manos, en que momento de mi vida deje que las cosas se me salieran de control, joder ahora por mi descuido mis hermanos pequeños tienen que sufrir las consecuencias.

Mi telefono comienza a sonar «Athan», respondo.

―Athan, estoy tentado a torcerte el pescuezo.

―Y yo de llamar a la policía, pero eso ya lo sabes ― dice con tono nada amistoso ― dime que es una jodida mentira que has llamado a Tyler para saber dónde estábamos, ¿Qué acaso no puedes confiar en nosotros maldita sea?

Este cabreado y eso es bastante extraño en él.

―Estaba preocupado, ni tú, ni Neo respondían el estúpido teléfono.

―Joder, estábamos viendo una película, estas paranoico, pusimos los teléfonos en silencio.

«Estas paranoico, Apolo, no puedo pensar en un futuro con alguien así»

Respiro hondo intentando sacar de mi mente recuerdos del pasado.

―Estoy preocupado por ambos, esa mujer...

―Espérate un momento ― escucho una puerta cerrarse ― escúchame bien Apolo, que seas el mayor no te da derecho a mandar en nuestras vidas, y piensa muy bien en cómo te vas a referir de Phoebe, porque te recuerdo que tú le debes mucho por no demandarte imbécil.

Y cuelga, respiro hondo, no sé en qué momento mis hermanos pequeños dejaron de necesitar de mí y crecieron sin que yo me diera cuenta. Me recuesto en el asiento, joder, estoy perdiendo el control de todo y eso me aterra. Masajeo mis sienes, siento que la cabeza me va a estallar, entre Lizzie, el choque, el nuevo disco, no he tenido un solo día de paz en meses. Enciendo el auto y regreso al departamento, necesito algo fuerte y al estúpido de Basha.

―Estas jodido hermano ― Basha me da unos golpecitos en la espalda mientras sirve otra ronda de shots de tequila ― entiendo tu preocupación hermano, pero no porque tú lo hayas pasado, nos va a pasar a todos, sé que tu intención es evitarnos sufrimiento, pero debes entender que necesitamos nuestra libertad, incluso si nos equivocamos.

»Siempre has estado para todos nosotros, desde que éramos niños, pero ya es hora de que comiences a vivir.

Tomo uno de los shots, lo vacío en mi boca sintiendo como el alcohol quema mi garganta y calienta mi cuerpo, no suelo beber, pero hay ocasiones en que las cosas se desbordan y necesito desahogarme de alguna manera.

―Creo que debo tomarme unas vacaciones ― confieso, lo he pensado durante un tiempo, necesito un tiempo para mí y ordenar mi vida.

Basha me mira frunciendo el ceño.

―Lo que necesitas hermano, es quitarte a la arpía de Lizzie de encima, mira que hasta el auto choco.

Dejo salir un bufido, ese es un tema que no quiero tocar, maldita sea, no sé qué mierda tiene esa mujer en la cabeza, pero evidentemente neuronas, no.

―No sé qué más hacer, Basha, esa mujer es como una lapa.

Se toma el shot de un solo trago. Sin decir palabra. Su teléfono... o el mío, no estoy seguro empieza a vibrar. Lo veo con los ojos entrecerrados, comienzan a pesarme, creo que ya estuvo bien de tequila por hoy.

― ¿Hola? ― lo escucho decir ― No, soy Basha ― se mueve algo inquieto ― si pueden traerlo para acá ― algo va mal ― si yo me encargo, gracias por avisar, enseguida les paso la dirección.

Lo regreso a ver y esquiva mi mirada.

― ¿Qué es lo que va mal Basha? ― pregunto y observo como se pone en tensión, y entiendo que es porque suelo perder los cabales cuando tengo alcohol en el sistema, pero me tocan más las pelotas el que no me digan las cosas.

―Thanos se ha metido en una pelea, y ha llamado a Athan para que pase por ellos, acaba de llamar su nueva amiga, están trayendo a los gemelos hacia acá.

No sé qué me duele más, que los gemelos hayan preferido llamar a Athan para que los ayude, o que confíen más en una extraña que en mí. Intento levantarme del sofá, creo que lo hice muy rápido, porque todo me da vueltas, Basha pasa su brazo bajo los míos.

―Hermano, hoy has bebido demás.

―Pero eso no evita que me sienta dolido en este momento. Joder y tampoco me ha quitado la jaqueca.

Me ayuda a llegar a mi habitación, agradezco que este oscura, la luz me molesta en este momento. Me deposita en la cama y me ayuda a deshacerme de los zapatos y ropa.

―Te llevare al médico Apolo, tus constantes dolores de cabeza, no tienen nada de normales.

―Eso sobre mi cadáver.

―Si es necesario lo traeré aquí mismo ― sentencia, mientras yo caigo en la inconciencia.

No se por cuánto tiempo me he quedado dormido, pero la jaqueca no ha disminuido, de hecho creo que ahora es más fuerte. Tal vez solo se deba a afecto de una botella de tequila. Escucho voces venir del salón, me levanto de la cama, debo ir a la cocina por una aspirina o no seré capaz de dormir.

Salgo y la luz me deja ciego al inicio, creo escuchar que doy un quejido, la verdad es que no puedo estar seguro. Veo a Timeus aparecer frente a mí.

―Apolo ― dice tomando mi cara entre sus manos, me remuevo para apartarme, pero me causa nauseas, joder, maldita sea, no vuelvo a tomar tequila ― no te ves nada bien.

Lo aparto con una mano, necesito una aspirina urgente. La luz y el ruido no han hecho más que empeorar el dolor, siento como si me martillaran la cabeza.



#43632 en Novela romántica
#11626 en Joven Adulto

En el texto hay: bandas, famosos, musica rock

Editado: 05.02.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.