El secreto de Apolo

X

Apolo

Tener a mi madre sentada frente mío, con los brazos cruzados y con aquella mirada acusatoria, me tiene con las pelotas moradas. Mierda, si sabía que mi día terminaría de esta manera, habría aceptado la invitación de los gemelos a pasar el día en Santa Mónica.

Larissa Lux, fue en su juventud una de las más aclamadas cantantes de ópera en Viena, hasta que un músico de rock griego que la dejo impactada desde el primer instante, Dray Lux, mi padre fue parte de una banda de rock en su juventud, eran buenos, y su representante les propuso abrirse camino en Estados Unidos, mi madre que se enamoró de él en su natal Viena, no lo pensó dos veces cuando él le propuso matrimonio y migraron hasta este país, no esperaban que su representante los estafara y los dejara en la calle, tuvieron momentos muy difíciles, pero de una u otra manera se las arreglaron para salir adelante. Ahora mi padre tenía una tienda de música muy concurrida aquí en Los Ángeles, mientras mi madre era una de las representantes más cotizadas por las estrellas de la ciudad.

Los años, habían convertido a mi madre, de una mujer cariñosa y dedicada a su familia, en una fría, manipuladora y controladora, y esto traía muchos problemas con papá y con nosotros; entiendo que en el medio en el que trabajamos debemos tener mucho cuidado, con quienes nos relacionamos, lo sabemos muy bien, pero tampoco podremos vivir en una burbuja toda la vida, pero al parecer la única que no lo entendía era mi madre.

―Apolo, déjame decirte que estoy muy decepcionada, pensaba que al menos tú eras sensato ― dice altiva, no tiene ni un solo cabello fuera de lugar, ¿si quiera es eso posible? ― Eres el mayor de todos, tienes el deber de cuidar de tus hermanos, ¿Cómo es posible que hayas permitido que tus hermanos se junten con extraños?

Ruedo los ojos perdiendo la paciencia, mierda, no es posible que mi madre no se dé cuenta que todos nosotros ya somos mayores de edad, joder, tenemos derecho de comenzar a hacer nuestra vida, lejos de la banda.

―Mamá ― intento mantener un tono neutral, pero vaya que me está costando ― te recuerdo, que Neo, que es el menor de nosotros va a tener veinte años, por lo que todos somos mayores de edad y tenemos todo el derecho de decidir sobre nuestras vidas ― achica los ojos, dándome una dura mirada, en algún punto de mi vida esa mirada me había marcado pero ahora no tenía efecto en mí, no me importaba tener que enfrentar a mi madre por mis hermanos, no deseaba que ellos sufrieran bajo sus estúpidas reglas, Basha, Nix y yo, ya lo soportamos lo suficiente ― por lo que estoy de acuerdo en que cada uno pueda relacionarse, encontrarse una novia, hacer amigos, o disfrutar su tiempo libre como mejor lo crean.

― ¿Te estas escuchando? ― pregunta arrastrando las palabras, en su rostro puedo ver el enojo, mi madre siempre estuvo en contra de que siguiéramos los pasos de mi padre, pensando en que nos timarían igual que lo hicieron con él, a decir verdad ninguno de nosotros nos habíamos esperado tener el éxito que conseguimos, y pienso que en el fondo mi madre tiene celos, de que nosotros sus hijos llegamos a hacer con la música, algo que ella abandonó por seguir a mi padre ― ¿Es que desean volverme loca? Todos los días los medios están sobre ustedes, saben que no pueden relacionarse con personas que no son beneficiosas para su carrera, o ¿de que serviría tanto esfuerzo? Si lo único que desean es echarlo todo a perder.

Escucho cerrarse la puerta con fuerza a mis espaldas, y me volteo de inmediato para encontrarme con un enfurecido Athan, acompañado por Neo y Phoebe, que parece estar igual de enfadada que mi hermano, dejo salir un suspiro mientras me pongo de pie, si algo no quiero que presencie un extraño es ese «amor» de madre. Pero antes de que pueda llegar a ellos Athan explota.

― ¡Estás loca, mamá! ¡¿A quién le importa si es beneficioso o no?! Mierda, ya estamos grandecitos para poder decidir por nosotros mismos, y si nos equivocamos, pues bien, es parte de la vida.

Paso la mano por mi rostro, si era exactamente esto lo que quería evitar. Conozco a mis hermanos mejor incluso de lo que conozco a nuestra madre.

»Espero que de ahora en adelante comiences a respetar nuestras decisiones ― Athan esta rojo por la ira, quizá se deba a que siempre he sido yo quien se enfrentaba a mamá cuando ellos querían algo, y aunque ella no estuviera de acuerdo, yo siempre los apoye para que fueran libres, aunque después las consecuencias cayeran sobre mí. Esta es la primera vez que Athan se enfrenta cara a cara con nuestra madre.

Ella se mantiene impasible, pasa su fría mirada azul, por encima de cada uno de sus hijos, y los vuelve como dagas al pasar por Phoebe quien cuadra los hombros y alza la barbilla, evidentemente no es la clase de mujer a la que se puede intimidar. Neo por su parte sostiene casi con desespero la mano de Phoebe, entre todos los hermanos Neo, siempre ha sido el más sensible, el que lloraba cada vez que nos peleábamos, porque pensaba que todos nos separaríamos y lo dejaríamos solo, es uno de sus miedos más profundos desde que era pequeño, cosa que por supuesto jamás lo haríamos.

―Modera tu voz Theodore ― dice mi madre con voz neutral, poniéndose de pie y tomando su bolso ― espero Apolo, estés contento con esta situación, has puesto a tus hermanos en mi contra, en contra de su madre ― hace énfasis en «madre», hace más de diez años que siento que no tenemos una madre, sino una generala ― y tu muchachito ― se refiere a Athan ― sin importar lo que todos ustedes crean soy su madre, y me deben respeto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.