Phoebe
En cuanto hemos llegado al hotel he tratado con mi vida de evitar a Apolo, no quiero admitir que sus palabras me afectaron, me niego rotunda a hacerlo.
No puedo negar que he notado el cambio, a quien engaño hasta un ciego lo vería, no es el mismo que conocí semanas atrás, ahora es encantador y en extremo protector, sin mencionar que guapo a rabiar, pero sí jamás he sido el tipo de mujer que me dejo llevar por las apariencias, que sí que tengo ojos, pero no puedo dejarme llevar en este momento, Apolo Lux viene con un letrero kilométrico de peligro.
Solo contamos con unas cuantas horas para descansar hasta volar hasta Santorini, por alguna razón todos pensaron que lo correcto era que las mujeres compartamos habitación, siento la mirada de Nix encima mío como si me analizara, de hecho, pienso que es exactamente lo que está haciendo.
En cuanto me he duchado y en algo he logrado calmar a mis nervios me encuentro con Nix sentada sobre su cama con una copa de vino en sus manos, observo curiosa que otra espera por mi en la mesita de noche.
—¿Te tomas una copa conmigo? — pregunta encantadora, me siento incapaz de decirle que no, así que asiento y camino hasta la cama, tomo la copa de la mesita de noche y le doy un sorbo, no soy fan para nada del vino, pero he de admitir que esta delicioso.
Pasamos unos cuantos minutos en silencio, cada una de nosotras dentro de sus propios pensamientos.
—Me han contado mis hermanos como te conocieron — rompe el hielo — ¿te encuentras bien del accidente? — pregunta y creo que es sincera en su preocupación por mí.
Asiento.
—No fue tan grave — digo para quitarle importancia, realmente hasta ahora me pregunto como es que salí viva de ese choque — mis costillas aún tienen que curarse por completo, pero por lo demás ya me encuentro en perfectas condiciones, gracias por preguntar.
Esboza una sonrisa, me sorprendo al darme cuenta de que es la misma que la de Neo, dulce y cálida.
—Mira que yo nunca fui partidaria de Lizzie — en mi cara debe traducirse que no se de lo que habla por que se explica — la ex novia de Apolo, con quien chocaste — asiento, ahora que lo menciona jamás he escuchado mencionarla — buscaba aprovecharse de la fama de los idiotas de mis hermanos y creo que a Apolo no le importaba mientras cumpliera bien su papel de novia modelo, pero supongo que quiso algo más.
—¿Papel?
Asiente y bebe de su copa.
—Apolo no estaba con ella por que la quisiera ni mucho menos, uno de los agentes de la disquera dijo que no se veía bien que asistiera a ciertos eventos solo, que debía tener compañía para dar una mejor imagen, engaños de los famosos.
» El punto es que en algún momento ella creyó que era verdad y al darse cuenta de que nada de lo que soñaba sucedería decidió sacar ventaja de todo lo que pudiera, y bueno su ultima gran obra fue querer demostrar al mundo que Apolo la amaba tanto como para dejarle su auto, que fue cuando sucedió el accidente.
Bebo silenciosa, no me sorprende lo que me cuenta, llevo suficiente tiempo viviendo en Los Ángeles como para saber como funciona el mundo de los famosos, lo que sí me sorprende es el alivio que siento al saber que no tuvo nada que ver con Apolo.
—¿Eres muy cercana con mis hermanos? — pregunta.
—No sabría que contestarte a ello, los aprecio muchísimo, en pocas semanas se han convertido en parte importante en mi vida, no veo mis días sin un mensaje extraño de Neo, o de alguna de las bromas de los gemelos, o un simple buenos días de Athan, hasta de una llamada de auxilio de Basha — suspiro al darme cuenta de que son mucho más importantes en mi vida de lo que había pensado — todo es tan natural.
Sonríe.
—¿Y Apolo?
Esa pregunta me deja como piedra, hasta unos días antes, con Apolo no es que hayamos tenido una relación muy amistosa, pero tampoco es que la pueda tachar de mala.
—Apolo es distinto a todos, el no busca ayuda, ni pide consejos, tampoco hace bromas, él es más de mandar y esperar que sus ordenes sean cumplidas — suelta una carcajada — pero al mismo tiempo puede ser tierno y protector, es como si existieran muchos Apolos.
—Ese es el secreto de Apolo — dice y la miro curiosa — El Apolo mandón como dices, es el que utiliza con nosotros, busca protegernos hasta de que una hoja de árbol nos caiga encima, estoy agradecida con él por todo lo que ha hecho por nosotros, y lo amo, pero ha exagerado mucho con su sobreprotección.
» Luego está el comprensivo, él que se pone en nuestros zapatos y lucha nuestras batallas con nosotros, y por último el amoroso, yo no dudo ni por un segundo que el nos ama con todas sus fuerzas, pero siempre se olvida que él existe, desde lo que ocurrió hace años no se ha abierto con nadie, ni siquiera con nosotros.
—¿Qué sucedió? — sé que no tengo que pregunta, estoy segura de que no me va a gustar la respuesta, pero ahí estoy de masoquista.
Duda por un segundo antes de continuar.
—Cuando Apolo era menor que Neo, se enamoró, o es lo que todos pensamos, el problema es que de quien lo hizo, era una amiga de nuestra madre — hace una mueca al mencionarla — aunque era mas joven que ella, no pensó dos veces en involucrarse con él, Apolo era un chico dulce, lleno de vida, alegre, dispuesto a echarse al mundo por delante, no sé los detalles de lo que sucedió pero cuando mi madre lo descubrió, hecho a Apolo de casa, aunque a él no le importó, pensó que su amante lo recibiría, pero descubrió que lo único que había buscado esa mujer era jactarse de que era capaz de conseguir que un niño cayera a sus pies. Se había enterado de la fortuna de nuestros abuelos y que nosotros somos los únicos herederos y había pensado que podía resultar un buen negocio.