El secreto de Apolo

XXIX

Phoebe

Tenía un sabor agridulce mientras volvía a empacar mis pertenecías solo nos quedaba un día en Santorini. Era solo cuestión de tiempo para que todos estuvieran de regreso en sus vidas y aunque su relación con Apolo se había consolidado mucho durante su estancia, no sabía cómo es que iban a hacer cuando estuvieran de regreso en Los Ángeles. Sabía que Apolo tenía la misma preocupación, había intentado hablar con él de ese tema en algunas ocasiones, pero parecía que sus hermanos estaban decididos a que esa conversación no se diera.

Tenía el presentimiento de que algo estaban planeando, eso era seguro y esperaba descubrir que era antes de que lo hiciera Apolo.

Algo más lo había tenido tenso en los últimos días, había decidido esperar a que el se animará a contárselo pero ya estaba visto que no lo iba a hacer por gusto propio, tendría que preguntarle y ver si en alguna cosa ella podría apoyarlo o siquiera saber si él quería compartir sus preocupaciones con ella.

Aquello era extraño, jamás le había interesado antes conocer lo que le preocupara a su pareja, si esta decidía contárselo pues lo escuchaba y si algo podía hacer lo hacía, pero nunca había sido la que preguntara.

Todo era nuevo con Apolo e intenso, muy intenso. Su cercanía la abrumaba, la consumía por completo, era como sí su sola presencia llenara todo su espacio, pero esto no la hacía sentir menos. Era extraño a su lado se sentía más fuerte y confiada como nunca antes lo había estado. No podía explicar de qué se trataba, pero era evidente que Apolo causaba ese efecto.

Termino de hacer mi maleta, escucho un sonido. Miro a mí alrededor intentando encontrar su origen, hasta que lo encuentro encima de la mesita de noche de Apolo, si celular parpadea con una llamada. En la pantalla indica "Número Privado". Lo tomo y me apresuro a bajar las escaleras hasta el salón donde los hermanos Lux se encuentran conversando.

Le extiendo su teléfono a Apolo quien lo observa con el ceño fruncido, se pone de pie, toma su celular de mi mano y deposita un rápido beso en mi frente antes de salir.

Extraño.

 

—Recuerda que estas invitada cuando desees a volver —Las palabras de la abuela Lux, me toman por sorpresa. La verdad es que a partir de la conversación que tuvo con Apolo, su actitud cambió por completo hacia a mí y de verdad me sentía feliz con eso porque también me dio la oportunidad de conocerla.

Abre sus brazos y no dudo ni un momento en rodearla con mis brazos. Ella me observa con una sonrisa, pero puedo ver un toque de tristeza en sus ojos.

—Abuela ten por seguro de que me asegurare que venga a visitarte muchas veces —dice Neo con una gran sonrisa en su rostro.

Él le gasta un par de bromas más a su abuela mientras cada uno de sus hermanos se despiden de ella.

Observo de reojo a Apolo que se ha mantenido alejado de todos sumido en sus pensamientos desde la mañana. Lo puedo deducir por la arruga que se le ha formado en la frente. Sabía también que en cualquier momento le comenzaría a doler la cabeza, cosa que había notado pasaba normalmente cuando llegaba a cierto grado de estrés.

Una de las primeras cosas que hacer a mi regreso era someter si era necesario a Apolo para que se realizará los exámenes y saber con seguridad cuál era su condición actual. Lo segundo era, tener una incómoda conversación con mi madre, quien no había perdido oportunidad de dejarme en claro lo en contra que estaba de mi relación con un famoso y sin olvidar que mi hermana también me dio su cariñosa opinión al respecto.

Eso, además tenía que regresar a mi trabajo, el cual amaba y luego de estas maravillosas vacaciones estaba segura de que mi agenda estaría a reventar por algunos meses.

También estaba ese tema del paquete perturbador que había llegado a mi puerta antes de viajar. Aunque había tratado de mantenerlo fuera de mis pensamientos, no encontré la forma de no pensar en ello. Solo por precaución, había hablado con Jonás para quedarme con él en caso de que fuera necesario, o que no me sintiera segura en casa.

Hola realidad.

 

En cuanto despegamos, todos comienzan a hacer de las suyas como es costumbre, los gemelos están grabando un video para el club de fans. Al parecer eso era parte de sus actividades como famosos, cosas que no paraban de sorprenderme, nunca me había detenido a pensar en todas las cosas que ellos tenían que hacer para sus fans además de hacer música o conciertos.

—Podríamos hacer una pequeña escala en Londres y encontrarnos con los chichos de BG.5 —comenta Basha acercándose a nosotros.




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