El hombre se abalanzó sobre Ethan y Alex, con una furia que contrastaba con la frialdad de su mirada anterior. Era evidente que no solo buscaba detenerlos, sino que buscaba hacerles daño. Ethan, con la adrenalina corriendo por sus venas, esquivó un golpe y respondió con una patada que impactó en el estómago del hombre. Alex, con la agilidad que le proporcionaba su experiencia en el mundo virtual, se lanzó hacia el hombre, intentando desarmarlo.
La sala de servidores se convirtió en un campo de batalla improvisado, con cables y equipos informáticos como obstáculos en medio del combate. El hombre, a pesar de su edad, era un luchador experimentado, y sus movimientos eran rápidos y precisos. Ethan y Alex se defendían con todas sus fuerzas, pero la diferencia de fuerza era evidente. Un golpe certero del hombre hizo que Ethan tropezara, y Alex, al intentar protegerlo, recibió un golpe en la mandíbula que lo dejó aturdido.
En ese momento, la puerta de la sala se abrió de golpe, y una figura entró corriendo. Era Luna, con su cuerpo físico, con su cabello castaño y sus ojos oscuros, con una mirada de determinación en su rostro.
"Ethan, Alex, ¡están bien!" exclamó Luna, con la voz llena de alivio. "Yo los voy a ayudar."
Luna se lanzó hacia el hombre, con una fuerza que sorprendió a todos. Con un movimiento rápido, lo desarmó y lo tiró al suelo. El hombre, aturdido, no pudo reaccionar. Luna, con la furia de una leona defendiendo a sus cachorros, se abalanzó sobre él, golpeándolo una y otra vez.
"No te atrevas a hacerles daño," dijo Luna, con la voz llena de rabia. "No te atrevas a tocarlos."
El hombre, vencido y dolorido, dejó de luchar. Luna se levantó, con el rostro ensangrentado, pero con una mirada de triunfo en sus ojos.
"Ethan, Alex, ¿están bien?" preguntó Luna, con la voz llena de preocupación.
Ethan y Alex se levantaron, con el cuerpo dolorido, pero con el corazón lleno de alegría. Habían sobrevivido. Habían logrado defenderse. Y Luna estaba allí para protegerlos.
"Estamos bien, Luna," dijo Ethan, con la voz llena de gratitud. "Gracias por ayudarnos."
Luna les sonrió, con una sonrisa llena de amor y alivio. "No hay problema, Ethan. Siempre los voy a proteger."
En ese momento, la puerta de la sala se abrió de nuevo, y un grupo de guardias de seguridad entró corriendo.
"Detengan a esa mujer," gritó uno de los guardias, con la voz llena de autoridad. "Ella es un peligro."
Ethan y Alex se pusieron en pie, con el corazón lleno de miedo. Sabían que estaban en peligro.
"No la toquen," gritó Ethan, con la voz llena de furia. "Ella no es un peligro. Ella es nuestra amiga."
Pero los guardias no hicieron caso. Se abalanzaron sobre Luna, con la intención de detenerla.
Ethan y Alex se lanzaron hacia los guardias, con la intención de proteger a Luna.
La sala de servidores se convirtió de nuevo en un campo de batalla, con Ethan, Alex y Luna luchando contra los guardias, con el corazón lleno de miedo y determinación.
Sabían que estaban luchando por la libertad de Luna, por la esperanza de un futuro juntos.
Y así, Ethan, Alex y Luna se enfrentaron a los guardias, con la esperanza de escapar, con la esperanza de alcanzar la libertad.
Editado: 09.12.2024