INTRODUCCION

En un alejado paisaje boscoso, habitaban dos familias, de dos hermanos. El hermano mayor, Roberto Méndez, vivía con su esposa Marya y sus tres hijos: su primogénito, Gerardo de 4 años y sus gemelos Leobardo y Leonardo. Su hermano menor, Rodrigo Méndez, comenzaba una familia con su mujer, Vanessa; quien venía de una familia acomodada, heredera de una lucrativa empresa, por parte de su padre.

Durante una clase especial para familias con gemelos, Roberto y Marya conocieron a Berenice Jiménez y Álvaro. Berenice, era la nueva CEO[1] de la empresa de su familia, Neotecmex, enfocada a nuevas tecnologías y robótica. Con el paso del tiempo Álvaro, Roberto y Rodrigo se volvieron grandes amigos. Por ello, al enterarse que el primogénito de Rodrigo y Vanessa, sería una niña, se les ocurrió la alocada idea de intentar juntar ambas familias. Acordaron que la pequeña debería convivir con los gemelos, de la familia Jiménez, David y Ricardo, de un año de edad y si la suerte les sonreía, lograrían su propósito.

El nacimiento de la pequeña Emma fue gratamente celebrado. La emoción contenida sobre el momento en que los niños se conocieran, se había vuelto abrumadora. Por lo que las familias decidieron juntarse rápidamente, para ver las reacciones de los infantes.

Grande fue su alegría, cuando vieron que el pequeño David, al mirar por primera vez a la recién nacida, la observó fijamente y le regaló una bella sonrisa. Dichosos y esperanzados, rápidamente tomaron a Ricardo y lo acercaron a la bebita. Él, al verla, alzó los brazos para acariciarla con sus pequeñas manitas. Pero cuál fue su sorpresa que, al tenerla cerca, el niño le propinó una fuerte bofetada que la hizo lanzar un horrible chillido.

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Pasaron cuatro años, y las tres familias se juntaban periódicamente conforme al plan. A pesar de que los seis niños convivían mucho y trataban de estar juntos, se notaba cierto alejamiento por parte de Ricardo, quien generó el particular gusto de meterse en problemas.

Por esas fechas, llegó una excelente oportunidad profesional para Rodrigo. Desgraciadamente la propuesta se presentaba en el extranjero y requería de una larga estadía, por lo que la decisión de mudarse era necesaria. Lo que significaría dejar de lado el plan y por lo tanto, mediar con algunas diferencias.

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Los dos hermanos, Marya, Vanessa, Álvaro y Berenice se encontraban sentados en la sala de la casa de Rodrigo.

- Como puedes ver es una gran oportunidad profesional para mí. – Comentaba Rodrigo a Álvaro, mientras aquél terminaba de leer un documento. Álvaro con una mirada de sorpresa dijo:

 - ¿Acaso piensas aceptar?

- Hombre. Ve todas las ventajas. - Objetó Rodrigo. Berenice tomó las hojas.

- Pero, ¿Y qué va a pasar con lo planeado? Todo lo que hemos hecho se irá a la mierda. - Dijo Álvaro exaltado.

- Pienso aceptar, por todos los beneficios que este empleo tiene para mi carrera y mi familia. Álvaro, comprende.

- ¿En tu familia? Escucha si la niña se queda aquí podrá conocer a los niños, se enamorará, se casará y nos la llevaremos a vivir a nuestra casa. Ahí no tendrá que hacer absolutamente nada. No levantará ni un dedo. Se dedicará a ir de compras, tener a los hijos y si quiere, sólo si quiere tendrá que cuidarlos. Porque ni de eso tendrá necesidad. Además, de los grandes beneficios para los negocios, de la familia de Vanessa. – Dándole una ojeada a la mencionada. Vanessa bajó la mirada.

- Espera, Álvaro. - Aclaró molesto Rodrigo. - Mi hija tendrá una carrera profesional, un trabajo, y si ella quiere, se casará con uno de tus hijos y tendrá familia. Sólo si lo desea. - La habitación quedó en silencio. Vanessa trató de relajar las cosas:

- Además, nunca se dijo que no íbamos a regresar. – Pero el silencio retornó con una duda incómoda flotando en la habitación.

- Esperen un momento. - Interrumpió Berenice. - ¿Por qué no dejan a Emma con Marya y Roberto?

- Excelente idea. - Apoyó Álvaro.

- Nosotros no tendríamos ningún problema. - Comentó Roberto.

- De ninguna manera. No podría dejar a mi hija aquí. - Dijo Vanessa con molestia.

- ¿Por qué no? - Preguntó Marya, algo descontenta con el comentario.

- Sin ofender, pero ¿Qué va a pensar ella cuando sea más grande? ¿Qué la hemos abandonado? - Aclaró, Vanessa.

- Bueno, bueno. ¿Qué vamos a hacer? - Preguntó Roberto ya un poco fatigado de tanto pleito. A lo que Rodrigo contestó.

- Está bien. Escuchen todos. Vanessa y yo nos llevaremos a Emma. Cuando nosotros la consideremos lo suficientemente mayor se las enviaremos a pasar las vacaciones con ustedes. Y veremos qué sucede. – Dijo Rodrigo. - De todos modos, todos los presentes sabemos, que no existía garantía de que el plan hubiera salido como lo concebimos en un principio. Si se da que mi hija se case con uno de los gemelos, qué mejor, pero si no, pues no habría solución. No la pensamos obligar. ¿O sí? – Miró a todos los presentes de tal manera que se sintieron incómodos. – Bueno, ese es el nuevo plan entonces. Semanas después las familias se separarían.

[1] CEO es una sigla de la lengua inglesa que procede de la expresión Chief Executive Officer (que puede traducirse como Oficial Ejecutivo en Jefe). El concepto alude al cargo que ostenta la persona que tiene la mayor responsabilidad directiva en una empresa.