El secreto de Jaime Mcfill - El interno 515

La Elección. -

Descansa mientras puedas, en este lugar, todos somos parte y tú lo serás también.

 

 

 

 

 

Señor ¿Se siente bien? Señor.

 

 

- ¿Qué hago aquí?

 

- Se ha desmayado ¿Quiere que llame a una ambulancia?

 

- No, no es necesario. Me encuentro bien. Fue solo una recaída. – Me tomé con ambas manos mi cabeza.

 

- Está bien. – dijo el hombre que prosiguió su camino.

 

- ¿Qué habrá ocurrido? - Me dije. – Solo sé que estaba caminando y una mujer extraña se acercó a mí para platicar. Algo le dije y luego todo concluyó aquí. Aún me siento un poco mareado ¿Y mis lentes? ¿Dónde están?

 

Jaime acaba de recibir una sorpresa. Se encuentra totalmente desconcertado. La aparición de una mujer, y un desmayo repentino. Solo recuerda una leve voz, no capta su imagen física y eso lo tendrá abrumado por el resto de la historia.

 

Me incorporé nuevamente del suelo. Estaba muy cansado, y mi atuendo parecía desprolijo. Como si no me lo hubiese quitado por semanas ¿Mis gafas?

 

¿Dónde están?

 

 

 

 

Allí. Se ubican justamente de lado de una pared. Creí haberlas extraviado. Por fortuna parecen estar condiciones. Fui hacia ellas. No me ubicaba bien. Parecía un callejón entre dos edificios contiguos abandonados. Uno tiene una puerta de metal sin picaporte. Una ventana cuyo interior para manifestar en su interior una fábrica abandonada. Del otro lado en el cual están mis lentes, una pared de ladrillo de varios metros. Fui hasta allí, un tanto balanceándome aún en el mareo.

 

- Mis anteojos ¿Qué? ¡Qué rayos! - en seguida los arrojé al suelo. El reflejo. Si ese maldito reflejo me introdujo un escalofrió en todo mi interior. Eran esos dos que son uno ¡Dios! Y estaban allí. Luego una gota de sangre se desprendía de ellos. Inmediatamente los recogí de nuevo. Nada parecía tener sentido. Quizás es solo un miedo mío. Debo ser más cuidadoso. Es solo mi imaginación ¿Pero cómo era posible? Me coloqué contra la pared respirando hondo. Tome unos minutos de mi tiempo para esperar mientras observaba detenidamente esos anteojos para un miope. Los limpié cuidadosamente. Era con certeza mi imaginación temerosa. De aquella figura que solo es parte de mi cabeza. No debo traerla a mí. Un último respiro, y me fui caminando lentamente a mi casa. Tenía que ordenar las ideas. Una por una desde que llegué aquí. La voz de la mujer, las gafas con la figura de ellos, y la gota de sangre. Algo no estaba bien, supongo.

 

Esa mujer. Esa mujer ¿Por qué tengo su mirada tan aferrada a mi mente? Debo ordenar mis ideas

 

Jaime se dirigió a su recinto en la calle principal cerca de una colina. Los albatros y esteros. Reside en una modesta casa de tres habitaciones en el segundo piso. Y un baño living y cocina en el primer piso con un sótano. Hay en esa vehemente fachada un estilo de prolijidad que se mistura con cada elemento como si nada se

 

 

 

 

moviese y todo estuviera intacto. Hasta podría manifestar que Jaime lo hace a propósito para que el tiempo se sostenga impoluto. El sótano ha sido y será su némesis desde pequeño. Nunca había ido. Dice que allí, se esconden los ruidos. A veces se escuchan y otras solo se mimetizan con el ambiente. Como si quisieran unirse, pero no pueden. Él, dice que el mundo exterior al sótano es totalmente diferente y lo sabe pues de muy pequeño entró en aquel recoveco descendiendo las escaleras. Lo que vio le generó un pánico del cual jamás regresaría. En el mundo exterior, su casa por así decirlo existe una suerte de paz. Un silencio innato que solo se puede apreciar cuando se está en calma. La calma es un elemento escaso en su vida, es por ello que cuando un hecho de esta magnitud existe, él, lo succiona, como un vampiro. Es así como se resiste al trágico andar de la vida. De todas estas implicancias que lo invaden son parte de recuerdos. Éste no puede recordar todo lo que sucede, entonces escribe y dibuja lo que ve antes que sea tarde. Antes que su memoria sea aniquilada de su mente. Solo fragmentos vagos se hacen presentes y uno de ellos es el sótano y ellos a los que siempre se refiere con miedo.

 

...Soy un recipiente vacío. Carezco del recuerdo. Solo guardo una pequeña parte de ellos como si no tuviera más espacio allí. Es una condena.

 

....una mujer he visto una mujer de cabello rosado semi corto con ojos color ámbar. Intento no olvidarme. Me dijo algo, que no se bien que es. Algo que en mi errante mente desaparezca sin sentido como sin sentido tenga lo que expresó ¿Si pudiera saber qué es?

 

A ver recopilemos la información. Me disponía a salir a realizar un trámite bancario. En el ir y venir de las personas, estaba llegando destino, cuando quise darme cuenta, me encontré en una calle un tanto desolada. Había un sol radiante, y luego. Luego. Diablos, no puedo recordar bien, que es lo que ocurrió. Una voz

 

 

 

 

de una mujer, si esa voz. Su cabello rosado semi corto con ojos color del ámbar. No lo entiendo, luego desperté, cuando ese hombre me llamaba. Será un sueño. Pero no recuerdo haber ido al banco a realizar una extracción de dinero, y mi billetera está repleta. Tengo el ticket del horario en que ingresé ¿No puede ser? Es del día de ayer. Definitivamente estoy perdiendo la memoria, o me estoy volviendo loco. No pude ir al banco en el día de ayer. Algo está ocurriendo conmigo. En definitiva deberé ver bien que haré con ello, no puedo relegar mi vida a un episodio a o voces que siquiera sé si existen. Iré a darle de comer a Simón. Abro el refrigerador y apenas encuentro la comida para el gato. La coloco en una bandeja y luego la deposito en el patio de la casa. Posiblemente haya salido, como es de libre él, no se quedará aquí aburriendo al tiempo. Es hora de ponerme a trabajar un poco. Enciendo el ordenador, y verifico los archivos ¿A ver que se supone que debo verificar primero? La carpeta del cliente Steven contra el hospital de Lasalle. Un accidente por mala praxis. Pobre hombre, le dejaron parte de un metal luego de una cirugía dentro de sí. Producto de ello con el tiempo el hombre falleció, y su hijo es quien activa el proceso. Malas prácticas, malas decisiones. Su cuerpo reveló un mal funcionamiento del hígado, cuando parte de esa astilla lo penetró cortándolo. El dolor debió ser terrible. Ahora que estamos cotejando pruebas en la etapa pre sentencia, es increíble que los médicos hayan dejado pasar por alto este incidente. En fin temas del oficio. Me recibió de abogado no hace muchos años. Etapa universitaria, había sido efímera, quería recibirme rápidamente, luego del incidente de mi adolescencia. En el cual perdí la memoria cuando me hallaron en la ruta luego de un accidente en el cual perdió la vida un querido amigo. Habíamos chocado con otro vehículo. De alguna manera los peritajes dijeron que perdimos el control. En todo caso mi amigo había perdido la maniobrabilidad del auto, y del otro lado un ómnibus con varias personas. Nadie sobrevivió, solo quien les habla. E incluso no tuve




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