¿Me recuerdas?
—Mami, mira el dibujo que hice, no se parece a los tuyos pero hice mí mayor esfuerzo—dice la niña con rasgos asiáticos, cabello largo y liso, ojos color aceituna, está sonriente como si nunca hubiera roto un plato.
—Esta hermoso cariño—Dice si madre mientras le muestra una gran sonrisa, su madre es igual a aquella niña.
Ella recuerda las risas y los momentos hermosos en ese bello descampado, recordaba las sonrisas de su madre, sus mimos y su comida.
Pero un día su madre enfermo, y al mes la niña se quedó sola en esa pequeña casita en medio de un gran descampado, no sabía cocinar o limpiar, pero recuerda cuando unos hombres grandes fueron a esa pequeña casita y se la llevaron a la ciudad, la niña no se quería ir...no quería irse de la casa de su madre.
—¡No No, mami volverá y se asustara si no me ve!,¡Mami volverá y se enojara con ustedes!—decía a lo alto la niña, no quería irse del lugar al que ella llamo hogar, el auto totalmente negro llego hasta la ciudad, era la primera vez que la niña iba a ese lugar New York, llego a leer en un cartel, estaba muy lejos de casa, la niña estaba asustada.
Los hombres grandes de negro estacionaron en una gran casa, ella no quería bajar, quería irse a casa con su mami, la tomaron por los brazos y la llevaron a dentro de la mansión, no importa cuánto pataleara o gritara no hacían caso, dentro un hombre igual de gran, rubio ceniza, ojos verdes como aceituna, vestido con traje negro, piel completamente clara, esperaba en el pie de las escaleras.
—Suéltenla—Da la orden a los dos hombre, ellos la tiran a la pequeña niña al suelo, ella cae de rodillas con lágrimas en sus ojos, el hombre se agacha y la toma con fuerza por los cachetes.
—¿Es ella señor?—habla por primera vez uno de los hombres, el señor asiente una y otra vez, la examina cómo puede, toca su largo cabello, largo y liso, igual al de su madre.
—Si es ella, es mí hija...—Esas palabras hicieron que la mente de la niña quedará totalmente congelada.
No...no eso...no era posible, si fuera su padre hubiera estado con ella hace mucho tiempo pero no fue asi.
Mirándolo mejor al hombre, la niña se dio cuenta de un parecido que tienen los dos, la forma de la nariz, los labios, y más que nada los ojos aceituna penetrantes, casi todo era parecido a aquel hombre que se hizo llamar padre.
—Llévenla a su nueva habitación, y no la pierdan de vista—Y así fue, durante nueve malditos años, fue llevada una escuela para niñas, vestida como ella no le gustaba, pero ella se revelaba todo lo que podía, rompía sus cosas, rompía su ropa para crear unas nuevas.
La familia Smith la considero una aberración y ella les demostró que tipo de aberración es, durante esos diez años pensó en un plan, el mejor plan que pueda existir, pero siempre en secreto, ella tenía todo exactamente calculado.
Pues es lo mejor que sabía hacer, manipular, mentir y usar, tal y como le enseñaron es esa familia, ella jamás quedó atrás siempre estuvo por delante de todos, de igual forma sea o no sea una aberración era una Smith...era Jazmín Smith,la chica que destruyo a toda una familia.
La Vengaza siempre fue una solucion muy sublime y curiosa.
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El desayuno, la comida más importante del día para toda la familia Smith, todo comenzaba cuando la tía Ciel despertaba exactamente a las cinco de la mañana para irse directo a la cocina y enseñarles a las cocinarlas como se hacía un buen Pan.
Luego despertaba listo con su traje carísimo, el cabeza de la familia Smith, Ezequiel Smith, el directamente se iba a esperar el desayuno, y así se iban levantando toda la familia Smith, yendo directamente a desayunar.
Sabían que no era lindo, después lo que pasaba si ellos no iban a desayunar.
En la mesa se dividían de una forma un tanto extraña, Ezequiel en la cabeza de la mesa, el daba la orden del comienzo de la comida, luego estaba la mujer que parió a cinco hombres.
Ezequiel.
Emanuel.
Enrique.
Erik.
Hernán.
Cinco hombres, jamás una niña.
Al lado de la abuela más grande del mundo, estaban sus hijos, al lado de cada uno de sus hijos estaban sus esclavas, o mejor dicho por la sociedad esposas.
Ezequiel se lo considero viudo después de la muerte de mí madre, así que no podía estar con ninguna otra mujer.
Emanuel y la tía Ciel.
Enrique y Javiera—Javiera es cinco años más grande que Enrique
Erik y Graciela.
Hernán y Mariel.
Al lado de las esclavas estaban sus hijos.
Cinco hijos cada uno, cinco hombres y nunca una mujer.
Todos obligados a casarse, entre familias más poderosas se preparan para ese tipo de matrimonios, hay una gran fiesta privada y secreta, el lema de los Smith...
''Cinco hombres, cinco herederos preparados para la catástrofe, pero siempre todo en secreto''
—¡¿DONDE ESTA JAZMÍN?!—oh rayos.
Escucho pasos apresurados hasta mí habitación, que está al lado de Ezequiel.
Mierda viene hacia aquí, tomo mí bolso y me escondo detrás de la puerta, está es abruptamente abierta, veo como Ezequiel entra buscándome, cuando pasa por el baño yo me muevo rápido, pero silenciosamente hacia la salida de la habitación, entre pequeñas risitas salgo de la habitación y voy a las escaleras, el sabe bien que siempre llego tarde al desayuno.
—¡Aquí estoy!—Grito apenas me siento en mí lugar, mí lugar exactamente es al lado de mí primo mayor, es el único que no me ignora.
—Llegas tarde—Dice Joaquín, yo río por lo bajo cuando me dice eso.
—Me quedé hasta tarde haciendo esto...mira—De mí bolso saco una pequeña hoja y se la doy, el mira a nuestro alrededor y la toma para guardarla en su bolso.
No debemos interactuar en la comida, es el momento donde está lleno de silenció, y según la abuela es de mala educación.
—¿Dónde estabas?—Habla Ezequiel con la voz totalmente grave, está furioso, está parándose detrás de mí silla, yo giro con una sonrisa.