Capítulo 17: Esto llegó a su fin
Cassie
Es oficial.
Esta mañana, el Alfa nos convocó a todos para anunciar algo, y eso fue lo que dijo:
Kele y Esmeralda se casarán en 5 días.
Aquello me cayó como un balde de agua fría. Tan pronto escuché esas palabras salir de la boca del Alfa y cómo toda la manada comenzó a gritar de felicidad, mi corazón se rompió en miles de pedazos. Me fui furiosa, estoy tan enojada y decepcionada de mí misma que no me soporto. No me aguanto. Y lo peor es que ni siquiera puedo descargar mi ira con la persona que me hace sentir así, porque el infeliz no tiene la valentía de enfrentarse a mí. No tiene los pantalones de darme la cara como un hombre y hacerse responsable de mis sentimientos.
Había tomado la decisión de hablar con Karime para cancelar el plan de desaparecer a Esmeralda, ya que sentí que nos fuimos demasiado lejos al contratar a aquella bruja para que se metiera en la cabeza de Esmeralda, provocando que ella asesinara a su papá.
Me sentía muy culpable porque ese hombre era inocente.
Pero he cambiado de opinión. Kele será mío y no habrá nada ni nadie que me impida estar con él.
Camino hacia la casa de Karime y toco la puerta. Quien me recibe es Aziza, su madre. Ella se mueve a un lado dejándome entrar. Me encuentro con la mirada perdida de Abdel, el Beta. El pobre no ha sido el mismo desde que su hermano lo aisló de la manada, condenándolo a estar encerrado hasta que el Alfa cambie de opinión. Aún no entiendo cómo el Alfa permitió que un vampiro entrara a la manada. Deberían castigarlo con la muerte por haber hecho algo así.
Alejo mis pensamientos cuando me encuentro con la mirada de Karime.
— Estaremos en mi habitación, mamá —avisa Karime, y su madre asiente. Ambas caminamos hacia la habitación de Karime y, al entrar, me encuentro con Laila, quien está organizando sus libros.
— ¿Te has enterado? —pregunto.
— Sí, una de las sirvientas le avisó a mi madre —responde Karime tranquila—. ¿Qué harás?
— Vamos a desaparecerla —respondo firme.
— ¿Estás segura? —cuestiona Karime, mirándome firme a los ojos. Quería estar segura de que no me iba a echar atrás como cuando pasó lo de Esme y su papá—. Esta vez no hay vuelta atrás, Cassie —afirma, poniéndome nerviosa.
— Cassie, no lo hagas. ¿Qué pasa si te encuentras con tu alma gemela? —dice Laila, ganándose la mirada de odio de parte de su hermana.
— Laila, lo amo —murmuro.
— No lo amas —responde segura—. Solo amas lo que tenías con él.
No, no es cierto. Kele fue mío desde que éramos niños. Siempre fuimos inseparables. Todos pensaron en su momento que ambos éramos el alma gemela del otro, hasta que Esmeralda apareció y destruyó lo que teníamos. Y ahora le toca pagar por lo que hizo.
— Karime, haz los preparativos —ordeno firme. Karime sonríe como si se hubiese ganado la lotería, pero llena de maldad. Decidí ignorarlo; no puedo prestarle atención a sus detalles esquizofrénicos. Laila me miró con cara de lamento y dijo algo que me puso en duda de lo que estaba a punto de hacer.
— Lo lamentarás, Cassie —dice Laila.
— Cállate, Laila, y ponme en contacto con Yumna.
~*~
Camine con la mente en blanco hacia mi casa, me siento tan confundida ¿realmente estoy haciendo lo correcto? ¿y si Laila tiene razon y hay una persona designada para mi? No aquello me era imposible si el o ella no se ha presentado en todo este tiempo, ¿Por qué lo haria ahora? Pero pensaba el como le sucedió a Kele, ella aparecio y eso fue todo. ¿Y si me pasaba a mi? Aleje todos esos pensamientos tan pronto vi mi hogar, el hogar que el alfa me asigno al morirse mis padres. De pronto el solo recordar que nuevamente estaria sola aquí sin Kele provovo que mi corazon volviera a doler de agonia. Con las manos temblorosas y con los ojos llenos de lagrimas me dirigi a abrir mi puerta cuando escuche un auto que reconoci al instante llegar. Me quedo de espaldas porque no me quiero hacer la idea que de trate de él.
Es imposible.
Escucho un portazo de la puerta de la Jeep Durango y confirmo que se trata de él.
- Hola Cassie, ¿podemos hablar? – pregunto Kele detrás de mi no me quedo de otra que girarme y encararme a él. Nerviosa asentí y le abri la puerta para que pasara.
La puerta se cerró suavemente detrás de él. Lo miré con una mezcla de ira y dolor en los ojos. La habitación estaba impregnada de una tensión no resuelta, esa que nunca desapareció, la que quedó suspendida entre nosotros desde el primer momento en que todo comenzó a desmoronarse.
- Cassie—dijo Kele, su voz tranquila, pero era evidente que estaba nervioso—. Antes que todo, quiero disculparme contigo. Quiero pedirte perdón por haberte abandonado así, como lo hice.
Y lo entendi ahí él no había venido para arreglar las cosas, no. Había venido para terminar lo que nunca pudo concluir, que ingenua soy. Aun tenia la esperanza de que el hubiera venido para arreglar las cosas entre nosotros dos.
Lo miré fijamente, sin saber qué decir. Las palabras de Kele me golpearon más fuerte de lo que esperaba. Quise gritar, hacerle saber cuánto me había herido, pero no lo hice. Me quedé quieta, asimilando sus palabras. Acepté su disculpa, pero eso no borraba el dolor. Aún sentía que una parte de mí estaba rota, como si el vacío en mi pecho fuera irreparable.
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Editado: 13.04.2025