Desde que tengo memoria, mi tia Gertrudis va a la casa de doña helena a hacer una limpia con rezos e incienso, cada jueves sin falta mi tia Gertrudis va, sea cual sea la temporada, haga frio, llueva o sea día festivo. Ya doña helena murio el año pasado, y mi tia auny con su edad avanzada sigue acudiendo a esa casa ubicada en lo alto de la loma, desde niña veía que sucedía esto y muchas veces la acompañe, aun que me decía que me quedara afuera mientras ella terminaba su trabajo.
En mi familia la tia Gertrudis era como una "bruja" como la llamaban en el pueblo, ella en su casa recibía a mucha gente que iba a hacerce limpias energéticas, o por alguna enfermedad, ella los "curaba" con sus remedios. Tenia un cuarto al cual tenia prohibido entrar pero algunas veces llegue a ver un altar enorme lleno de veladoras.
Me gustaba pasar las vacaciones en casa de la tia Gertrudis, por la calma del pueblo y por que podía salir a jugar y durar horas y horas en el campo, pero sobre todo bañarme en el rio que cruzaba por los campos de maiz que estaban cerca de la casa de la loma.
Cuando mi tia enfermo y estaba ya en su lecho de muerte, me conto el secreto de la familia Torres, y por que la casa de la loma había quedado ya maldita por la eternidad, asi lo decía ella.
-Hija, te voy a revelar lo que paso hace ya muchos años, muchos mas antes de que tu nacieras. Veras era una mañana de verano, las cosechas estaban dado frutos, y el calorcito ya pegaba desde tempranito, todos en sus labores era una mañana caluosa de sábado, y era dia de catecismo todos los niños acudian a la iglesia del pueblo a recibir sus clases de catecismo, pero ese dia tres de ellos incluido el hijo mayor de doña Helena la que tenia su puesto de tortillas ahi en el centro... Acudió a bañarse al rio, que iba crecido pues días antes había estado lloviendo. Nadie sabe como fue, pero entro y al ver que no salia los chamacos corrieron a pedir ayuda, y unos campesinos que iban pasando corrieron a su ayuda, pero cuando lograron sacarlo del rio el niño estaba ya sin vida. Helen corrio como alma que vuela hasta el rio y dicen que su grito de dolor se pudo escuchar por todo el pueblo.
Helena estaba destrozada, estaba ida estaba como en otro mundo, le hablaban y ella no respondía, durante el velorio no dejaba de llorar y besa el cuerpo de su difunto niño, la tuvieron que dormir con un te de hierbas para los nervios. Estaba muy mal que no acudió a el cepelio. Cuando despertó era ya de madrugada, y corrio a mi casa a tocar la puerta en la madrugada, y cuando abrí la puerta estaba ella con el cuerpo desenterrado de su hijo.
Hija, yo me quede paralizada de ver su mirada y como se aferraba al cuerpo de su hijo, me dijo con voz firme y sin parpadear "Ten, ten todo lo que tengo tómalo, pero trae a mi hijo de vuelta. Tráelo por favor, se que tu tienes ese poder." Yo la invite a pasar, le di un te caliente, yo era una joven conciente de sus poderes, conciente de que existia una posiblidad de que el niño regresara pero jamás había echo un trabajo de esa magnitud, y acepte hacerlo no por el dinero, yo no acepte su dinero yo lo hice motivada por el dolor de Helena, yo ya era madre de una niña recién nacida, entendía su dolor de madre. Acuidimos de nuevo a su casa, ahí estaba su esposo, su hermana y su mama estaban rezando cuando nos vieron entrar con el cuerpo exhumado del niño. Nos dirijimos a su cuarto, prendi un circulo de tierra del cementerio, prendi varias veladoras, colocamos el cuerpo en la cama y rece, rece sin parar hasta que el niño empezo a moverse, ante la mirada atónita de su familia, yo seguí rezando casi hasta quedarme sin aliento, en niño se sentó abrió sus ojos, pero estaban grises sin vida, volteo hacia nosotras ladeo su cabeza y con una sonrisa malignia grito "Yo no soy tu hijo, ahora el me pertenece", las velas intensificaron su llama, y se quebraron todas al mismo tiempo, y nuevamente el cuerpo de el niño cayo frio al piso. Yo me ese instante cai en cuenta lo que acababa de pasar, estaba sin fuerzas y sentia un sueño pesado que me estaba ganando, todo daba vueltas y yo sentia que el piso era como lodo que me enterraba cada ves mas.
De esto nadie mas que los que estuvimos ahí esa noche supimos realmente lo que paso. Al tiempo tuvieron que internar a Helena en un hospital, por que se volvio loca, hablaba sola y actuaba como si su hijo estuviera vivo. Su esposo la abandono y se llevo a su hijo menor, se fueron lejos y poco se sabe a donde. Yo seguí visitando a Helena, y visitando su casa sin falta, la gente del pueblo decía que se veían las luces prendidas de la casa, y mucha gente ahí dentro. El esposo de Helena me dio las llaves antes de irse asi que yo cada jueves de mi vida le dedique toda mi energía para cerrar el portal que ahí abrimos. Eso era muy grande, tanto que me llegaron a agredir mientras iba a hacer mi limpia, y cuando Helena regreso a su casa yo seguia yendo a verla, ella decía que su hijo vivía, hacia de comer para ambos, ella juraba verlo, a pesar que yo le decía que su hijo no regreso aquella noche, ella murió abrazando su ropa.
Ahora la casa la compro una inmobiliaria, y hoy es el primer jueves que no asisto a hacer mis limpias, hija... Esa casa esta maldita.. esa noche abrimos un portal que no pudimos cerrar, nos metimos con algo tan grande que todos estos años solo mantuvimos en calma. Hija esa casa no puede ser habitada... Para liberarla se necesita..."
Eso fue lo último que mi tia Gertrudis me dijo, lo que ella no sabía era que ahora yo soy la dueña de esta casa, recién la compre, estaba en subasta a un precio demasiado accesible la compre por nostalgia, y para estar cerca de mi tia. Mi ahora esposo es el hijo menor de Helena, y ahora estamos atrapados con lo que sea que habita aqui.