El Secreto De La Geisha

EL SECRETO DE LA GEISHA CAPÍTULO 1: DOLOR, PENA Y COMIENZOS.

La pobreza en la región este de china,  solo lograba que las familias se pelearan por comida un plato de arroz era un lujo que solo algunos se podían dar, las altos mandos del gobierno solo veían con menosprecio  a su pueblo que moría de hambre, el emperador solo se preocupaba por satisfacer sus placeres. En las calles las personan trataban de sobrevivir vendiendo sus productos del campo, para poder tener un poco de ingreso y así lograr sobrevivir una semana más, un monje con su discípulo caminaban por la calle principal del poblado  tratando de comprar algunos productos que se vendían con las pocas monedas que traía pendidos de un hilio y envueltos en un pañuelo blanco de bordado azul. Algunas geiko ataviadas de un elegante kimono, conversaban  a lado de una puerta de la okiya mientras de una ventana las observaba la okasan, las onesan  limpiaban las ventanas observando a un grupo de oficiales del emperador que pegaban en una de las paredes de la casa un edicto imperial.

En la plaza del pueblo se podía escuchar el bullicio de la gente que presenciaba la lectura del edicto imperial en el cual se exigía a cada hombre de familia enlistarse para la cruzada del emperador, se hacía a larde del nacionalismo y la protección de las familias y la cultura. El emperador se preparaba para la 2da guerra clanes. En algunas casas se preparaban para la visita del emperador, apresurada Kumiko Bao corría llevando en la mano el preparado herbal que le dio el médico tradicional para la fiebre que mermaba la salud de su moribunda madre, su madre era lo único que tenia , cuando tenía 2 años se mudaron a Okinawa huyendo de la 1 era guerra de clanes y en el camino unos ladrones despojándoles de sus pertenecías les mataron llevándose consigo a mujeres en edad casadera solo la madre de Kumiko Bao que venía atrás de la caravana escapo adentrándose en una cueva,  ahora con 13 años la joven trataba de salvar la vida de su madre, ella era su único familiar ya que su abuela ya había muerto hace 1 año. Su abuela le contaba que hace 20 años los clanes HAO y ZI comenzaron a pelar por el control de todo Japón, en esa época se hablaba del karyukai o el “mundo de la flor y el sauce” en referencia a la elegancia, cultura de las geishas ya que toda geisha es en esencia hermosa, como una flor, y a la vez elegante, flexible y fuerte, como un sauce. Pero cuando la 1era guerra estallo todos los pobladores de Japón ansiaban llegar a Okinawa lugar neutral de guerra donde todavía se percibía algo de paz.

El sol se asomaba por un pequeño orificio en una vasija rota de barro, Kumiko Bao deseaba que sus pies ligeros y sucios  mas pero el cansancio ya mermaba sus fuerzas al pasar por un gran aparador de dulces pudo ver su reflejo en el cristal,  toda la parte de debajo de su vestido estaba roído y sucio en su cintura se podía ver un parche de remiendo, el dueño de la tienda de dulces le toco el hombro y le grito que no podía estar allí que su aspecto ahuyentaba a su clientela,  mirando el preparado herbal que tenía en su mano continuo su camino, al pasar por el callejón se percató que de un olor a opio el cual mareaba al que pasaba, en el fondo se veía a 4 jóvenes fumando:

_Miren chicos que veo aquí, una pobre chica perdida. Dijo el líder del grupo mientras sostenía el brazo de la asustada Kumiko Bao, la joven trato de zafarse y huir pero el joven la tomo de la cintura y con una mano apretó fuertemente uno de sus senos.  Kumiko Bao estaba aterrada temía lo peor: _pero miren sus qué senos, están muy hermosos. Agrego apretando el otro.  Frente a Kumiko Bao se encontraba un joven que tenía una cicatriz que hacía que cruzaba parte de su ceja habiendo que  su ojo se notara un poco cerrado.

_Ahora me toca a mí juzgar tan bella niña,  se ve que todavía no es una mujer, un poco de ayuda y será una mujercita… lista y algo así, como las que están en… no sé qué más decir, ustedes ya saben.  Al acercase a la pobre Kumiko Bao suspiro y de manera nerviosa le tocaba ambos seños, al mirar que la joven tenía miedo, se armó de valor y apretando ambos pezones, les empezó a dar fuertes tirones repetitivos,  haciendo que los 2 chicos que veían la escena gritaran de gozo.

Al fondo del callejón se podía ver una cuerda,  en la cual colgaron ropa para secar, el líder de nombre Kuan, empujo a Kumiko Bao la cual cayó al suelo, enseguida dos jóvenes la tomaron por ambos brazos mientras un tercero, empezaba a estrujar sus senos. Kuan rápidamente tomo la cuerda y tiro la ropa al suelo a modo de que quedase como piso.

_Tráiganla, que hoy es día de fiesta y sacaremos a pasear…  ustedes entienden verdad,  a ver tu Zhao y Cheng amárrenla, y nada de gritar niña que te vamos a matar.      

Kumiko Bao veía temerosa como era amarrada de extremo a extremo quedando solo sus piernas sueltas, Zhao el joven más fuerte del grupo, le destrozo la ropa usando sus manos después la observo y le dio tirones fuertes a sus pezones hasta lograr causarle dolor a Kumiko Bao cuando Zhao se fastidio se sento en la esquina a mirar que haría el líder.

_Hay que ponerla limpia, ya que se ve que no se pone así… desde hace días, no se pone así… limpia desde hace tiempo. El consumo de opio había hecho estragos en la mente Kuan, sus palabras eran casi siempre balbuceos que solo entre ellos lograban entender. Después de arrojarle agua contenida en 3 cubetas metálicas la desamarraron y la llevaron al fondo del callejón donde se habían puesto la ropa descolgada a modo de piso de ropa.

Kumiko Bao, estaba aterrada le temblaban las piernas, la acomodaron encima de la ropa y usando unos tubos donde se transportaba agua la amarraron. Kuan el líder miraba como Kumiko Bao temblaba de terror.




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