El secreto de la mansión encantada

Capítulo 22: El Despertar de Blackwood

Ethan y Amelia se adentraron en Blackwood Manor, con la sensación de que estaban en el borde de algo grande. La mansión parecía más viva que nunca, con una atmósfera de esperanza y misterio que les envolvía como una niebla.
— ¿Qué ha pasado? — preguntó Amelia, con un tono de confusión. — La casa se siente diferente.
— Sí, es como si hubiera despertado. — respondió Ethan, con un tono de sorpresa. — Es como si la oscuridad la hubiera dormido durante siglos, y ahora está volviendo a la vida.
Mientras caminaban por los pasillos de la mansión, se dieron cuenta de que algo había cambiado. Las paredes parecían brillar con una luz suave, y los muebles tenían un aspecto más vivo.
— ¿Crees que el guardián está detrás de esto? — preguntó Amelia, con un tono de incertidumbre.
— Tal vez. — respondió Ethan, con un tono pensativo. — O tal vez sea la piedra la que ha despertado la mansión.
Ethan y Amelia llegaron a la biblioteca. Las estanterías de madera oscura estaban llenas de libros antiguos, llenos de historia y secretos.
— ¿Qué ha pasado con los libros? — preguntó Amelia, con un tono de sorpresa.
Los libros en las estanterías se veían más vivos que nunca, con una luz suave que emanaba de sus páginas.
— Es como si hubieran recuperado su magia. — dijo Ethan, con un tono de admiración.
Ethan y Amelia comenzaron a explorar la biblioteca. Se dieron cuenta de que los libros ya no eran simplemente libros. Eran puertas a otros mundos, a otras realidades.
— ¡Ethan, mira! — exclamó Amelia, señalando un libro con una portada de cuero rojo. — Este libro brilla con una luz más fuerte que los demás.
Ethan se acercó a Amelia y miró el libro. El libro estaba lleno de escritura antigua, en un idioma que no reconocían.
— Tal vez sea el libro del guardián. — dijo Ethan, con un tono de esperanza.
Ethan y Amelia abrieron el libro. El libro se abrió con un crujido aterrador, y de repente la biblioteca se llenó de una luz blanca cegadora.
— ¡Cúbrete los ojos! — gritó Ethan, con un tono de alarma.
Ethan y Amelia se cubrieron los ojos con las manos. El brillo de la luz era insoportable.
Cuando la luz comenzó a disminuir, Ethan y Amelia abrieron los ojos con cuidado.
— ¡Oh, Dios! — exclamó Amelia, con un tono de asombro. — ¡Estamos en otro lugar!
Ethan miró a su alrededor. Estaban en un bosque encantado, con árboles gigantes y flores multicolores. El aire era fresco y lleno de el canto de los pájaros.
— Parece que el libro nos ha llevado a otro mundo. — dijo Ethan, con un tono de admiración.
En ese momento, una figura apareció en el claro del bosque. Era un hombre alto y esbelto, con una larga barba blanca y ojos brillantes. Vestía un traje de cuero negro y llevaba un bastón de madera tallado con símbolos extraños.
— Bienvenidos a Blackwood. — dijo el hombre, con una sonrisa amable. — Soy el guardián.
Ethan y Amelia se quedaron mirando al guardián con una mezcla de sorpresa y reconocimiento. Sabían que lo habían visto antes, pero no sabían dónde.
— ¿Cómo nos ha encontrado? — preguntó Ethan, con un tono de confusión.
— Yo siempre los he estado observando. — respondió el guardián, con un tono misterioso. — Sabía que ustedes eran los elegidos para liberar a Blackwood de la oscuridad.
— ¿Elegidos? — preguntó Amelia, con un tono de confusión. — ¿Qué quiere decir?
— Ustedes son los guardianes de Blackwood. — dijo el guardián, con un tono firme. — Ustedes son los que tienen que proteger a Blackwood de la oscuridad para siempre.
Ethan y Amelia se miraron con sorpresa. Sabían que habían experimentado algo extraordinario, pero no se habían imaginado que tuvieran un papel tan importante en la historia de Blackwood Manor.
— ¿Pero cómo? — preguntó Ethan, con un tono de confusión.
— La piedra los ha elegido. — respondió el guardián, con un tono misterioso. — La piedra es el corazón de Blackwood, y ustedes son sus guardianes.
Ethan y Amelia se quedaron mirando la piedra que Ethan tenía en la mano. La piedra brillaba con una luz azul pálida, como si respondiera al llamado del guardián.
— ¿Qué debemos hacer? — preguntó Amelia, con un tono de incertidumbre.
— Tienen que proteger a Blackwood de la oscuridad. — respondió el guardián, con un tono firme. — Y tienen que asegurarse de que la luz de Blackwood brille para siempre.
Ethan y Amelia asintieron con la cabeza. Sabían que tenían una gran responsabilidad.
— Lo haremos. — dijo Ethan, con un tono resuelto. — Protegeremos a Blackwood.
El guardián sonrió. Sus ojos, brillantes como estrellas, parecían mirar a través de ellos, hacia su interior.
— Ustedes ya lo han hecho. — dijo el guardián, con un tono de profunda sabiduría. — Ustedes han despertado a Blackwood de su sueño. Y Blackwood nunca más será el mismo.
En ese momento, la tierra comenzó a temblar. Los árboles del bosque se balanceaban con fuerza, y las flores multicolores se marchitaban. El cielo se oscureció y un trueno retumbó en la distancia.
— ¡Oh, Dios! — exclamó Amelia, con un tono de horror. — ¿Qué está pasando?
— Blackwood está naciendo de nuevo. — dijo el guardián, con un tono de tranquilidad. — Y la oscuridad se está retirando.
Ethan y Amelia miraron alrededor con asombro. El bosque se transformó ante sus ojos. Los árboles gigantes se convirtieron en columnas de piedra, y las flores multicolores se convirtieron en lámparas de luz azul pálida.
— ¿Qué está sucediendo? — preguntó Ethan, con un tono de incrédulo.
— Blackwood está volviendo a su forma original. — dijo el guardián, con un tono de orgullo. — Blackwood es un mundo mágico, y ustedes son los que han despertado su magia.
Ethan y Amelia se miraron con asombro. No podían creer lo que estaban viendo.
— ¿Pero cómo? — preguntó Amelia, con un tono de confusión.
— La piedra es la clave. — dijo el guardián, con un tono de misterio. — La piedra es el corazón de Blackwood, y la piedra los ha elegido.
Ethan y Amelia se quedaron mirando la piedra que Ethan tenía en la mano. La piedra brillaba con una luz azul pálida, como si respondiera al llamado del guardián.
— Pero ¿qué vamos a hacer ahora? — preguntó Ethan, con un tono de incertidumbre.
El guardián sonrió.
— Ustedes ya lo han hecho. — dijo el guardián, con un tono de tranquilidad. — Ustedes han cumplido su destino.
En ese momento, la luz azul pálida se extendió por todo el bosque. Ethan y Amelia se dieron cuenta de que ya no estaban en el bosque. Estaban en un lugar nuevo, un lugar lleno de luz y magia.
— ¿Dónde estamos? — preguntó Amelia, con un tono de confusión.
— Blackwood. — dijo el guardián, con una sonrisa amable. — Blackwood ya no es una mansión antigua y oscura. Blackwood es un mundo mágico, un— Blackwood ya no es una mansión antigua y oscura. Blackwood es un mundo mágico, un lugar donde la luz y la esperanza siempre brillarán. — El guardián dijo estas palabras con una sonrisa que iluminaba el nuevo mundo que los rodeaba.




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