―Mañana mismo iré al palacio. Le diré al rey que nuestros hijos deben casarse. Es nuestra única oportunidad, entiendes, no podemos perderla , no podemos ―dijo el virrey―. Al fin, nuestro sueño hecho realidad y más vale que Carlo no se oponga.
―¿Que no me oponga a qué, papá? ―interrumpió una voz joven y varonil, era Carlo Villaseñor, el príncipe de Valle Real.
Era muy apuesto. Tenía un carácter dulce, pero firme. No le gustaba que hicieran planes sin su consentimiento. Tenía una mirada cautivadora, pues sus ojos eran color miel.
―Que bueno que llegas, Carlo, te habías tardado ―dijo el padre.
―Contesta mi pregunta, ¿a qué no debo oponerme, papá? ―insistió el príncipe.
* * *
Además de ser bellísima, Zuleica era un chica muy inteligente y ambiciosa. También era orgullosa y vanidosa. Aprovechaba su belleza para manipular a los hombres a su antojo, ninguno era capaz de negarle nada, al contrario, todos estaban enamorados de ella. Tenía un carácter fuerte y si alguien intentaba burlarse de ella, lo pagaba muy caro. Por esa razón podía estar fuera de casa hasta la hora que quisiera, pues muchos le tenían miedo y admiración al mismo tiempo. Nadie se atrevería a meterse con ella.