El Secreto De La Reina...

Capitulo cuatro

Solo recibi un reverencia de los que allí se encontraban dando la confirmación de que en mis manos quedaba el destino del reino aunque en mi interior sabia que no sería tan fácil llegar y decir yo soy. Aun tenia que enfrentame a lo que sucedería cuando la noticia se esparciera.

-que informen a todos que el trono tiene nuevo ocupante y que un uniformado recoja las inquietudes del pueblo y las traiga ante mi.

-como ordene mi reina- dijo esto uno de los guardias  quien desapareció tras las puertas.

Me recline en el asiento y diriji la mirada a mi consejero, las mujeres tomaron el plumero y empiezaron a soplar aire en mi dirección.

-no, por favor retirense- las detuve con un gesto de mano.-consejero -lo llame y le hize señas para que venga, baje del trono y me coloque a su lado.- es nesesario que empezemos a trabajar ya.

-tienes razón- me dice -tiene que hacerse notorio tu trabajo. Para poder defendernos de los malos comentarios.

Rápidamente hicimos llamar a todos aquellos que se encargaban de las respectivas actividades en todo el reino.

- El mercado mi reina fue incendiado por los saqueadores de manera que los comerciantes tienen miedo de volver.

-hay que reconstruir todo a  lo más tardar mañana a medio día. Busca los más rápidos trabajadores y hablen con los comerciante para que vuelvan, notifiquenles que habrá seguridad y que la reina le sumistrara sus primeras mercancías.

Mire a mi consejero quien asintio repetidas veces.

-¿cual es el otro asunto? -pregunte.

-mi reina los ladrones están intimidando toda la clase pobre del bajo reino.

-que se lea un beneplácito que reze que todo aquel que sea hallado robando se le encarcelara y se le confiscaran sus pertenencias y se repartirán entre lo más afectados por robo.

As fue el primer día luego de que la noticia se expandirá por el palacio. Todo salio mejor de lo planeado lo que permitió una concentración en los asuntos importantes. Mire a mi consejero debajo de su serio semblante.

Bajé y me dispuse a caminar un poco en su compañía.

-¿que pasa? lo noto callado- dije a modo de pregunta y respuesta.

-solo estoy observando el entorno hija. Meditando acerca de todo lo que seduce y descompone el alma.-dijo mirandome apasiblemente.

-los se maestro, aquí se vive una realidad muy diferente a la de alla fuera. Aquí se vive en abundancia mientras que en pueblo reina la austeridad.

-Solo espero que los deseos insanos no te seduzcan, trata de tener siempre presente el por que estas portando la corona.

-si esa es su preocupación, este tranquilo yo nunca olvidaré mi propósito al venir aqui.

El solo me dirijio una mirada intuyendo el por que de la oscuridad en mi semblante. Aun me resulta imposible que después de tantos años aún no halla podido olvidarlo.

-mi reina -interrumpen mis pensamientos- hay una persona que quiere entrar a su presencia para hablar algo relacionado de las obligaciones de palacio.

-claro que pase a sala voy para alla.- le hago señas al consejero para que me acompañe.

Al entrar todos toman reverencia inclinado sus cabezas. Tomo asiento en el trono y veo a la mujer que se coloca frente a mi para hablar.

-soberana, que honor estar en su presencia. Pero si no es mucho atrevimiento quisiera saber la desicion que tomara con respecto a un asunto del palacio.

Yo solo me límite a observarla con mirada estricta. La forma en que su vestido aprisionaba sus dotes femeninos superiores me hacían saber cual era el tema de conversación de esta .... mujer.

- espero que lo dicho a continuación no insulte a la reina ....-aguardo apasiblemente pero puedo percibir el tono de burla empleado por ella- que pasará con el harem del desaparecido rey; acaso las que lo integran estarán destinadas a complacerla a usted.

Dijo esto y pude percibir como la tensión del lugar subió junto con mi enojo. Como se le ocurre preguntar algo así, mientras ella adquiría dotes sexuales yo estaba empuñando mi espada.

La observo perpleja mientras ella muestra una amplia una sonrisa entonces lo entendí a pesar de que habría conquistado el trono todos dudarian de mi capacidad. Con toda la calma del mundo camine y me coloque frente a ella.

-el harem será desestabilizado.-en eso su rostro se descompuso.

-eso es algo que no puede ser, el harem debe seguir funcionando.- espeto seria.-deben haber mujeres que se dediquen a complacer en el reino, para eso somos mujeres.- afirmo con rotundidad.

- tienes toda la razón, la mujeres del harem seguirán en palacio y serán reasignadas a distintas obligaciones. 

La mujer se tenso visiblemente ante a su situación y contemplo mi rostro pétreo.

- tu irás a las cantinas a ejercer el trabajo que tanto te gusta. Seras cortesana.

Lo afirme con tanta seguridad que no hubo espacio para réplicas. La mire a los ojos y pude ver en ellos la desilusión que le producía volverse cortesana luego de haber sido parte del harem.

Siempre y cuando el poder no endurezca tu corazón, reparte justicia de manera equitativa, por que un reino que no es justo está destinado al fracaso.
 


 

La reina Indiana de Manzara....
 


 




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