El amanecer llegó a **Amberleigh Manor** con el suave murmullo de una brisa que hacía bailar las hojas de los almendros. Eleanor, aún llena de la emoción de la noche anterior, se levantó con una energía renovada. El beso bajo las estrellas había sellado algo que ella sabía que no podía retroceder: su amor por Nicholas.
Se vistió con un sencillo vestido de muselina color lavanda, con un pequeño lazo en la cintura que acentuaba su figura esbelta, y dejó su cabello suelto, con ondas que caían suavemente sobre sus hombros. Mientras paseaba por el jardín, el aroma dulce de las flores llenaba el aire, envolviéndola en una sensación de tranquilidad.
Pero esa calma fue interrumpida cuando la señora Carter, el ama de llaves, se acercó apresurada.
—Mi Lady, Lord Ravenscroft la espera en la biblioteca. Parece... preocupado —dijo la señora Carter, con un matiz de inquietud en su voz.
Eleanor sintió un ligero nudo en el pecho, pero asintió con firmeza. Se dirigió a la biblioteca, donde encontró a Nicholas de pie junto a una de las grandes ventanas, con la luz del sol iluminando su silueta. Su postura era tensa, y sus manos estaban cruzadas detrás de su espalda.
—Nicholas, ¿qué sucede? —preguntó ella, entrando con pasos suaves.
Él se giró hacia ella, sus ojos verdes cargados de una mezcla de determinación y angustia.
—Eleanor, he recibido noticias preocupantes. Lord Standish no ha cumplido su parte del acuerdo. Ha comenzado a esparcir rumores sobre la solvencia de Amberleigh, y temo que intentará tomar acciones legales para reclamar la propiedad antes del plazo que usted negoció.
Eleanor sintió una ola de ira ante la traición de Lord Standish, pero mantuvo la calma.
—No podemos permitir que se salga con la suya. ¿Qué podemos hacer para detenerlo? —preguntó, su voz llena de convicción.
Nicholas la miró con admiración, sorprendido una vez más por su valentía.
—Hay un único recurso, pero es arriesgado. Podría apelar directamente al Lord Canciller, exponiendo las tácticas poco éticas de Standish. Sin embargo, eso implicaría un enfrentamiento público, y los escándalos no son fáciles de superar, ni siquiera si ganamos.
Eleanor avanzó hacia él, tomando sus manos entre las suyas.
—Nicholas, la verdad siempre debe prevalecer, sin importar lo difícil que sea. Si debemos enfrentarlo públicamente, lo haremos. Amberleigh merece ser protegido, y yo estaré a su lado en cada paso del camino.
**Una Decisión Compartida**
Esa noche, mientras la luna se alzaba sobre los jardines, Nicholas y Eleanor discutieron los detalles del plan. Ambos sabían que exponer a Lord Standish no solo implicaba riesgos legales, sino también sociales. Pero su amor por Amberleigh, y el uno por el otro, les dio la fuerza para enfrentar cualquier obstáculo.
Al día siguiente, partieron juntos hacia Londres, donde tendría lugar la audiencia con el Lord Canciller. Eleanor, vestida con un elegante vestido de seda azul cielo, con un broche de perlas en el cuello, caminaba con la gracia de una dama que sabía que luchaba por algo más grande que ella misma. Nicholas, a su lado, proyectaba una confianza tranquila con su traje oscuro, pero Eleanor podía sentir la tensión en su postura.
**El Enfrentamiento**
En el salón donde se llevó a cabo la audiencia, los murmullos de la alta sociedad llenaban el aire. Lord Standish, con su aire prepotente, observó a Nicholas y Eleanor entrar con una sonrisa burlona. Pero ella no se dejó intimidar.
Cuando llegó el momento, Nicholas se dirigió al Lord Canciller con una elocuencia que dejó a todos en silencio. Presentó pruebas de las prácticas corruptas de Standish y defendió la integridad de Amberleigh con una pasión que conmovió incluso a los más cínicos.
Eleanor, mientras tanto, habló con una sinceridad que desarmó a los presentes. Describió cómo había encontrado en Amberleigh no solo un lugar, sino un alma, un legado que merecía ser preservado.
Cuando terminaron, el Lord Canciller, después de considerar las pruebas, declaró su veredicto:
—Lord Standish, sus acciones no solo carecen de ética, sino que son un insulto a los valores de nuestra sociedad. Amberleigh Manor permanecerá en las manos de Lord Ravenscroft, donde pertenece.
Nicholas exhaló un suspiro de alivio, y Eleanor le tomó la mano, sintiendo que habían logrado algo monumental.
**El Regreso a Casa**
De vuelta en Amberleigh, los jardines parecían más brillantes que nunca. Los almendros, cargados de flores, parecían celebrar su victoria.
Mientras caminaban juntos bajo las ramas, Nicholas se detuvo y miró a Eleanor.
—No podría haberlo hecho sin usted, Eleanor. Usted me ha dado la fuerza para enfrentar mis miedos y proteger lo que más amo.
Eleanor sonrió, su corazón lleno de alegría.
—Y usted me ha mostrado que el amor verdadero es el mayor de los poderes. Juntos, Nicholas, podemos enfrentar cualquier cosa.
Y mientras un ruiseñor cantaba su melodía más hermosa, ambos supieron que Amberleigh no solo era su hogar, sino también el símbolo de un amor que había superado todas las pruebas.