Los días en Amberleigh comenzaron a llenarse de una nueva energía. Desde que Eleanor y Nicholas habían enfrentado sus desafíos juntos, la atmósfera de la finca había cambiado. Los almendros parecían más vivos, sus flores más brillantes, y los rayos del sol caían sobre la mansión con una calidez renovada.
Una mañana, mientras Eleanor caminaba por los jardines, encontró a Nicholas trabajando junto a los jardineros, algo que nunca antes había hecho. Vestía una camisa sencilla y botas de cuero, y sus manos estaban cubiertas de tierra mientras ayudaba a plantar nuevos rosales.
—Nicholas, ¿qué está haciendo? —preguntó Eleanor, sorprendida pero encantada.
Nicholas levantó la vista, con una sonrisa juguetona en su rostro.
—Estoy reconstruyendo Amberleigh, Eleanor. No solo sus jardines, sino todo lo que representa. Este lugar ya no será un monumento al pasado, sino un símbolo de todo lo que hemos logrado y de lo que aún podemos lograr.
Eleanor se acercó, arrodillándose a su lado y tomando un pequeño rastrillo.
—Entonces me uniré a usted, milord. Porque Amberleigh también es mi hogar ahora.
Ambos comenzaron a trabajar juntos, riendo y compartiendo historias, mientras los rayos del sol iluminaban su labor. Para quienes los observaban desde lejos, era evidente que formaban una pareja unida no solo por el amor, sino por un propósito común.
**Una Carta Inesperada**
Esa tarde, mientras Eleanor revisaba algunos documentos en la biblioteca, la señora Carter llegó con una carta para ella. El sello en el sobre era del Conde de Pemberton, su tío. Eleanor lo abrió con cautela, leyendo las palabras que parecían escritas con una mezcla de orgullo y advertencia.
*"Eleanor, me han llegado rumores de tu estancia en Amberleigh y de tu cercanía con Lord Ravenscroft. Aunque admito que me preocupaba tu salud, me preocupa más que estés involucrándote con un hombre cuya reputación no siempre ha sido impecable. No olvides que tienes un deber con nuestra familia. Espero que regreses a Londres pronto para discutir tu futuro."*
Eleanor sintió una mezcla de frustración y determinación. Aunque amaba a su tío, no podía permitir que su voluntad determinara su vida. Sabía que había tomado la decisión correcta al quedarse en Amberleigh, junto a Nicholas.
Cuando Nicholas entró en la habitación y la vio con la carta, su rostro reflejó preocupación.
—¿Algo malo? —preguntó, acercándose.
Eleanor le entregó la carta, permitiéndole leerla. Cuando terminó, Nicholas apretó los labios y miró a Eleanor con seriedad.
—No quiero que sufra por mi causa, Eleanor. Si cree que debe regresar a Londres, lo entenderé.
Eleanor se puso de pie, tomando la mano de Nicholas con firmeza.
—Nicholas, mi lugar está aquí, con usted. No importa lo que diga mi tío, yo elijo mi propio camino. Y ese camino es Amberleigh.
Nicholas sintió que su corazón se llenaba de gratitud y amor. Nunca había conocido a alguien con la valentía y la lealtad de Eleanor, y sabía que no podía dejar pasar el momento.
**La Propuesta**
Esa noche, bajo las ramas de los almendros iluminados por faroles, Nicholas llevó a Eleanor a un claro que había preparado en secreto. Había dispuesto una mesa con flores frescas y velas, y el aire estaba lleno del dulce aroma de los jardines.
Eleanor, sorprendida por la escena, miró a Nicholas con una mezcla de asombro y emoción.
—¿Qué significa todo esto, Nicholas? —preguntó, con una sonrisa.
Nicholas tomó sus manos, arrodillándose ante ella con una seriedad que reflejaba la profundidad de sus sentimientos.
—Eleanor, usted llegó a mi vida cuando menos lo esperaba y me mostró que aún había esperanza, amor y luz, incluso en las sombras más profundas. No quiero pasar un solo día más sin usted a mi lado. ¿Haría el honor de ser mi esposa?
Eleanor sintió que las lágrimas llenaban sus ojos, pero eran lágrimas de felicidad pura. Con una sonrisa radiante, respondió:
—Sí, Nicholas. Sí, acepto con todo mi corazón.
Nicholas, con una expresión de alivio y alegría, se puso de pie y la abrazó con fuerza. Mientras el canto de un ruiseñor llenaba la noche, los dos supieron que su unión no solo era el inicio de un matrimonio, sino de una vida juntos construida sobre el amor, el respeto y la superación.