Capítulo XIV
Navidad
Jack y Elsa estaban al borde de un precipicio, sus ojos se perdían en el horizonte, cada uno analizaba las palabras del viejo y sabio troll. La charla con gran Pabbie tan solo había levantado nuevas dudas respecto a los sucesos que envolvían a Elsa, ella misma no terminaba de entender los detalles que se ocultaban a simple vista, incluso llegando a considerar la posibilidad de volver al Ahtohallan a verificar una ves más el recuerdo de Nokk, su última memoria.
Y así, tan simple como se lo había dicho gran Pabbie, la verdad se reveló ante las dudas de Elsa, el detalle que no había tomado en consideración estaba ahí, en su hogar, en ese último recuerdo.
- Tenemos que volver a Ahtohallan - Jack pegó un suave brinco sobresaltado por la voz de Elsa
- ¿Otra vez? - interrogó confundido
- ¡Es el recuerdo! - exclamó volteandose hacia él - no está completo - sentenció con una amplia sonrisa
- Lo sé, no pudimos ver más lejos - respondió con una felicidad ajena, contagiado del entusiasmo inentendible de la quinto espíritu
- No, eso no - negó esta - no lo que sigue, sino antes - reveló
- ¿Antes? - preguntó aún más confundido
- ¿No lo recuerdas? - pero al notar que Jack seguía sin entender agregó - estábamos hablando y algo llamó nuestra atención... - dejó la frase en el aire esperando que la completará
- ...una voz - susurró como respuesta - decía mi nombre - Elsa asintió - y luego apareció Nokk
- ¡Exacto! Apareció Nokk y no estaba solo - entonces Jack entendió
- Estabas con él
- Estaba con él - repitió ella
- Pero ¿Cómo no recuerdas nada de eso?
- No tengo idea - respondió inmediatamente - pero Ahtohallan no miente
- Tenemos que volver a Ahtohallan - dijo ahora completamente convencido
- Si, tenemos que volver... Oh
La mirada celeste de Elsa se perdía entre el cielo estrellado tras Jack, quien por inercia siguio la mirada de la platinada en busca de entender su silencio, encontrandose con las luces brillantes de Norte que adornaban los cielos nocturnos. Un escalofríos recorrió la espina del guardian de la diversión, no entendía qué motivo impulsarian al mismísimo Santa Claus para que en la misma noche buena se dedicase a llamar a los demás guardianes en vez de ver la navidad.
- Diablos - masculló antes las magestuosas auroras
- ¿Qué sucede? - Jack recordó la presencia de Elsa que había olvidado por un momento
- Tengo que ir al polo - informó rápidamente - Norte me llama - indicó apuntando las luces en la atmósfera
- ¿Te irás?
Jack miró fijamente a Elsa, quien también lo miraba expectante, para luego sopesar las posibilidades de llevarla con él o dejarla en el glaciar.
- ¿Puedo acompañarte?
Pero la simple pregunta de Elsa había terminado de elegir por él. Extendió su mano esperando que la reina de las nieves la tomara, en su lugar ella envolvió sus brazos alrededor del guardian. Jack correspondió el agarre para luego ser llevado por viento hasta los confines del ártico.
Su corazón latía tan rápido como la velocidad en la que iban, sus manos sudaban y su respiración se agitaba. Jack estaba fuera de si mismo, últimamente siempre era así cuando volaba junto a Elsa, lo ponía nervioso, le agradaba más de lo que realmente deseaba admitir y por un momento incluso consideró demorarse un poco más en llegar al polo, así disfrutaría más del agarre y el aroma de la platinada, pero la misma idea le parecía ridícula.
- ¿Qué crees que esté pasando? - preguntó Elsa alzando la voz sobre el ruido de sus cuerpos cortando el aire
- No lo sé - respondió sinceramente - pero algo me dice que tiene que ver con Pitch Black
Cuando llegaron al polo faltaba tan solo unos minutos para la media noche. Jack guío a Elsa entre la nieve hasta la primera entrada que encontró, dentro un silencio sepulcral los recibió.
- Esto es muy aterrador - confesó en un susurro - esto debería ser todo un caos
Elsa asintió entendiendo lo que el guardian quería decir, algo realmente malo estaba sucediendo. De todas formas, no tenían que explicarle nada para darse cuenta por si misma de lo escalofriante que era estar ahí en ese momento, al entrar ya había notado el silencio incómodo que no sintonizaba con su idea de un taller de juguetes de santa momentos antes de Navidad.
Ambos se abrieron paso por los pasillos vacíos, deteniéndose únicamente ante los ruidos de voces que provenían del taller, cruzaron miradas para luego continuar por un corredor hacia las voces. Jack iba por delante, preparado para lo que sea que provocara aquellos cuchicheos. Al llegar al final del corredor, una puerta impedía el paso de ambos, por lo que el guardian de la diversión se dispuso a despejar el camino, de una sola patada abrió de par en par las puertas, dejando ver cuatro rostros desencajados por el susto.
- Fue más dramático de lo que imaginé - dijo Jack con burla relajando el semblante una vez reconoció los dueños de las voces
Aster, Thoothiana, Norte y Sandy estaban terminado de agrupar unos paquetes dentro del saco mágico de santa, los cuales habían soltado debido a la impresión.
- ¡Jacky! Por fin llegaste, anda, tenemos muchas cosas que hacer - Norte de un brinco había tomado a Frost por los hombros sin percatarse de la presencia de Elsa - Pitch durmió a los yetis y los elfos y hemos tenido que preparar todo nosostros - le explicaba con rapidez - ahora el hombre de la luna nos ha llamado y solo faltan ¡Shostakovich! ¡Un minuto para media noche! - exclamó sobresaltado mientras miraba su reloj de bolsillo
- Calma, Norte, ¿Qué fue lo que sucedió? - interrogó Jack esperando una explicación más coherente y entendible