Capítulo XIX
La Tormenta
Elsa paseaba entre los árboles del bosque encantado, igual que cada tarde desde que se había convertido en el quinto espíritu. La brisa era suave, fresca, de finales de invierno, la poca nieve a su alrededor se lo confirmaba, Bruni apareció sobre su hombro.
- Hola amiguito ¿Sucede algo? - preguntó, el pequeño espíritu ladeó su cabeza - si, eso creí - se encogió de hombros - todo ha estado tranquilo desde hace meses - concordó
Un ruido sordo llamó la atención de ambos espíritus, la pequeña salamandra se movió ágilmente de un hombro a otro, Elsa giró sobre sus talones en dirección del origen del sonido, encontrando entre los árboles escondido un hombre aparentemente mal herido, lucía débil y famelico, sus ropas eran arapos sucios que lo cubrían por completo, bajo sus profundos ojos ámbar se divisaban dos bolsas enormes por la falta de sueño.
- Cielos santos - murmuró para si misma, llevando instintivamente su mano a su boca para acallar cualquier exclamación - ¿Estás bien? - alzó la voz hacia el extraño
El hombre le dedicó una leve mirada, para luego desviar nuevamente su vista a la nada, ignorando a la guardiana.
- Disculpe ¿Se encuentra bien? - alzó la voz nuevamente mientras se acercaba con cautela - ¿Quién es usted? - Preguntó esquivando las ramas de un árbol
- Solo soy un mal sueño - soltó en un hilillo de voz, muy débil para decir algo más
- ¿Qué dijo? - preguntó Elsa acercándose un poco más, Bruni se removía incómodo en su hombro
- ¿Puede escucharme? - susurró estupefacto, trató de reincorporarse un poco para observar bien a la recién llegada - ¿Puede verme?
- Por supuesto que puedo - le confirmó manteniendo la calma que tanto le caracterizaba - ¿Se encuentra bien? - preguntó una vez más
- Perdone mis modales - se disculpó intentando levantarse sin éxito
- Oh, no se preocupe - Elsa se había acuclillado junto al extraño para ayudarlo - ¿Qué sucedió?
- Me atacaron
- ¿Cómo, dónde, quién fue? - preguntó con el entrecejo levemente fruncido, tratando de retomar nuevamente la distancia
- Muy lejos de aquí, huí
- ¿Es una especie de fugitivo? - preguntó ahora algo más a la defensiva, tratando de mantener su compostura
- No, no, para nada - negó muy agotado como para moverse por si mismo - solo huí de los guardianes
- ¿Quien eres realmente? - preguntó algo más desconfiada
Elsa
- ¿Qué? - preguntó nuevamente
Elsa podía ver los labios del extraño moverse, pero de su boca no salía sonidos, aún así su nombre resonaba por todos lados.
Elsa
El bosque encantado desapareció dando espacio a una oscuridad absoluta, al final de lo que parecía un largo pasillo negro habían una especie de punto blanco opaco, destacando dentro de la imagen completa, Elsa corrió en dirección a este sin encontrar otra salida, mientras se acercaba podia notar como el espacio crecía lentamente y se deformaba hasta dejar a la vista una grieta, una tenue luz daba la imagen del interior del Ahtohallan, más abajo de esta estaba el final del que hablaba la canción.
Elsa
La quinto espíritu podía escuchar la misma voz que había llamado a Jack días antes cuando habían ido al Ahtohallan, pero ahora en lugar del nombre del guardian, la llamaba a ella.
Elsa
La reina de las nieves se sostuvo con cuidado del borde de la grieta, buscando asomarse un poco más, esperando ver algún atisbo de alguien que la pudiese estar llamando. Tras Elsa una sigilosa figura oscura se levantaba, acercándose hasta invadir el espacio personal de esta.
- ¡Buh! - exclamó junto al oido de la rubia para luego empujarla al vacío
Elsa caía directo hacia el foso congelado, directamente a convertirse en parte de su decoración, instintivamente llevó sus manos al frente para cubrirse, pero el impacto nunca llegó.
Elsa
Escuchó una vez más, menos estático y más real.
- ¡Elsa! - exclamó Anna una vez la aludida reaccionó agitada
- ¡Qué sucedió! - exclamó exaltada mirando a todos lados, la brisa golpeaba con suavidad su cabello en su rostro - ¿Donde estamos?
- Tranquila - le calmó - estamos sobre Chimuelo - sonrió Anna, tras ella Hiccup se volteaba a echarles una mirada de reojo
- ¿Está bien? - alzó la voz el castaño
- Si, ya despertó - respondió Anna antes de volver a dirigirse a Elsa - ¿Estás bien?
Elsa asintió mientras despejaba su cabello de su rostro.
- ¿Qué sucedió? - preguntó ya más repuesta y calmada
- ¿No lo recuerdas? - Elsa intento hacer memoria
- Recuerdo que el barco se hundía, Jack y yo tratabamos de evitarlo y... - sus ojos se abrieron desmesuradamente volviendo el pánico en ella - ¡Olaf, Kristoff! ¿Dónde están?
- Tranquila, hermana, respira - trató nuevamente de calmarla mientras sostenía sus hombros - Hiccup nos rescató, están en otro de los dragones - Elsa sostuvo su cabeza con una mano impactada
- ¿Qué sucede? ¿Aún te duele? - Elsa negó
- Esto es tan irreal - Anna rió a carcajadas - ¿Qué? ¿Dije algo mal?
- No, no es nada - decía restándole importancia haciendo un ademan con su mano
Elsa bajó la mirada hasta su regazo, su mano, la misma con la que tocó su frente, estaba impregnada de una fina arena dorada.
- ¿Sandman me despertó? - preguntó curiosa mirando a ambos lados buscando al guardian
- Oh, no - sonrió - fui yo
- ¿Qué? Pero cómo
- No lo sé - exclamó eufórica - si hay arena oscura y la toco se vuelve dorada - confesaba con una sonrisa enorme mientras miraba sus dedos