El secreto de los guardianes 1

Capítulo XXIV - Ausencia

Capítulo XXIV
Ausencia

Su corazón latía tan rápido y fuerte que sentía su bombeo sonar en sus orejas. Ya había volado antes, más bien el viento lo llevaba, pero ahora era diferente, su cuerpo no flotaba liviano por los cielos, y el aire no le cruzaba por todos lados, en su lugar solo lo sentía chocar con su rostro, sus manos se aferraban al lomo albino del dragón con fuerza. Definitivamente no era lo mismo.

La furia luminosa había dejado atrás la amplia caverna para descender aún más en las profundidades de la tierra, aún se podían percibir el olor húmedo de la tierra desprendida, al igual que gritos que Jack supuso eran de la batalla que continuaba tras de si. En cambio, al frente de ellos, solo se vislumbraba la oscuridad y el silencio.

La dragón bajó su velocidad hasta detenerse, su actitud se tornó cautelosa, observando todo a su alrededor con total atención, Jack bajó de esta entendiendo que la platinada estaba cerca de ambos, poco a poco se abrió paso por los túneles oscuros, leves temblores se podían sentir aún, provocando que pequeñas hileras de tierra cayeran por sus paredes y techo, la furia luminosa se desplazaba con mayor dificultad por la angostura, hasta que en un momento no pudo continuar junto al guardian. Jack continuo solo atento a los ruidos, varias especies de habitaciones vacías iban quedando atrás.

Poco a poco las esperanzas del guardian se veían menguadas, llegando a pensar que quizás se equivocó en llevarlos a todos a la boca del lobo por una corazonada, la sensación fría como el hielo ya no solo se extendía por su estómago, ahora un vacío desesperante lo empapaba y la "culpa" nuevamente habia vuelto a molestarle. Ya sentía que iba a terminar el tramo sin éxito cuando en una de las últimas recamaras la encontró.

Jack entró en silencio, atento a todo lo que había alrededor, observando con detalle si alguna sombra estaba presente, pero nada más había una simple cama en la que la rubia estaba recostada, se acercó con cautela hasta observarle el rostro, Elsa estaba con su entrecejo fruncido y agitada, pero ilesa a simple vista, sintió que él alma le volvia al cuerpo después de catorce dias y la pesada sensación comenzo a disiparse.

Elsa estaba durmiendo, seguramente teniendo una pesadilla, Jack la movió por los hombros intentando hacerla reaccionar, el contacto frío con el cuerpo de esta lo estremeció por un momento, aún así no se detuvo y la sarandeo con cuidado, pero esta no respondía, en su lugar se removió con incomodidad, frunciendo aún más su rostro, pertuebada por alguna pesadilla, Jack la observó por un momento.

- Una vista algo... Interesante - la voz burlesca de Pitch obligó al guardian a voltear para enfrentarlo

- ¿Qué le hiciste? - inquirió levantando su cayado, listo para atacar

- Es más colaboradora cuando duerme - explicó elevando sus manos

- ¿Qué quieres? - le bramó furioso, afianzando el agarre de su bastón

- ¿Que qué quiero? ¿Crees que es gracioso pasar desapercibido? - su tono de voz profundo tomó un matiz aún más oscuro - ¿Qué te llamen mentira, mal sueño o fantasía? ¡Tu mejor que nadie sabe que se siente! - bramó con fuerza

- Si, si, si, es una pena - se burló - ¡Déjala! - exigió, el Coco rió a carcajadas

- Obligame - respondió antes de atacar con sus pesadillas

Jack esquivó con éxito el ataque del señor de las pesadillas, luego dirigió su cayado lanzando un rato de hielo del cual el oscuro ser se protegió con sus pesadillas, las cuales se congelaron cayendo en pequeños fragmentos. Pitch lanzó nuevamente sus pesadillas hacia Jack, quien saltó tratando de esquivarlas, las pesadillas dieron en el muro del fondo, sgrietandose y desprendiéndose las primeras capas en tres placas grandes, Elsa se encontraba cerca de ello, el guardian supo enseguida que debían salir de ahí.

Jack lanzó una ventisca de hielo hacia Pitch, las estalagmitas salían en ráfagas consecutivas que el Coco esquivaba lanzando sus pesadillas, unas cuantas traspasaron la barrera dándole a Pitch, Jack aprovechó la pausa para lanzar un rayo concentrado al muro al lado de la puerta para abrir el espacio.

- Para no querer ser un guardian terminaste siendo el único en llegar hasta aquí - se quejó iracundo - tienes la mala costumbre de entrometerte en mi camino - siseo

- Para ser invisible eres bastante molesto - le devolvió el otro encogiéndose de hombros, luego volvió a lanzar un rayo de hielo

Pitch esquivó el ataque triunfante, ignorando la presencia del guardian por un momento, lo suficiente para que este se acercara a él y lo empujara con un golpe en su espalda, Pitch cayó fuera de la habitación y Jack se lanzó sobre este comenzando un forcejeo, las manos del Coco empezaron a desprender arena oscura que fue cubriendo el cayado de Jack que sostenían ambos con sus manos, a la par Jack desprendía escarcha. El señor de las pesadillas aprovecho la situación para con una columna de pesadillas atacar por las espaldas a Jack, tirandolo unos metros más allá por el pasillo, manteniendo el cayado de el otro en sus garras.

- ¡Esto no es uno de tus juegos, Jack Frost - se burló con suficiencia - y si lo fuese no podrías ganar! - exclamó lanzando una columna más de pesadillas evitando que el peliblanco se pusiera en pie - te enseñaré a temerme - le espetó

- Nadie te teme - musitó entre jadeos debido a los repetitivos impactos - nadie cree en ti - culminó con una débil risa

- ¿Estás seguro? - tentó mientras blandía el cayado del guardian - muchos han comenzado a creer en mi - narraba con soberbia - tengo que agradecerle a la reina de las nieves por eso - reveló con una sonrisa irónica en el rostro

Cómo si una flecha atravesará su mente, Jack levantó la vista hacia el Coco, por un memonto creyó el tiempo deternse y volverse tan frío que él no podría soportar, después un millón de dudas lo invadieron.



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En el texto hay: jack frost, frozen, elsa arendelle

Editado: 25.09.2024

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