Capítulo XXVII
Trato
El polvillo espeso que se arremolinaba por el aire, creaba corrientes y un micro clima entre más se acercaban a la superficie destruida, Elsa se aferraba con más fuerza a la furia luminosa, sin causarle daño apretaba sus piernas y brazos contra el lomo de la criatura, la cual esquivaba con agilidad los obstáculos en el camino. La espíritu le hizo una señal contra sus escamas para que se detuviera en el desplayo más próximo.
- Te llamaré - le susurró junto a su rostro mientras acariciaba su cabeza después de bajarse, le temblaban las piernas, aún le temía a volar - te silbaré - le aseguró
Luego se alejó sin mirar atrás, cubriendo parte de su rostro con su antebrazo y entrecerando sus ojos con la esperanza de ver un poco más atravez del polvillo denso.
- ¡Jack! - llamaba mirando hacia todos lados, bajo sus pies la tierra continuaba temblando con menos fuerza, sobre su cabeza estaba desatado el infierno - ¡Jack!
Pero no había respuesta, el bullicio y los gruñidos de los dragones peleando sobre ella le dificultaba escuchar a su alrededor, aún así no perdió tiempo contemplando la batalla y continuo entre la incertidumbre.
- ¡Jack! Cielos... ¡JACK! - volvió a gritar mientras esquivaba unas enormes pabesas que caigan de arriba
- ¿Elsa?... - escuchó susurrar en un micro silencio tras ella
- ¿Jack? - alzó la voz una vez más mientras giraba sobre sus talones, intentó caminar hasta donde creía venía la voz tropesandose con un bulto - Huh, auch - se quejó ya en el piso
- Auch... - escuchó en un hilillo de voz, Elsa reaccionó inmediatamente
- Jack ¿Jack, eres tu? - preguntaba tanteando hasta encontrarlo - ¿Estás bien? - preguntó mientras lo examinaba con cuidado con sus manos, imposibilitada por la falta de visión de hacerlo de otra manera
- Estoy bien, algo adolorido - respondió retirando las manos de esta pero sin soltarlas - me enternece que te preocupes por mi- bromeó, para luego agregar más serio - ¿Qué haces aquí? - mientras se levantaban, sus manos jamás se soltaron en el proceso
- ¡Vine a buscarte, nadie sabía dónde estabas! - exclamó aún con adrenalina en ella
Jack guardó silencio sin saber que decir, una cálida sensación invadió su interior. En algún momento de los primeros ataques había quedado inconsciente, pero el llamado de Elsa lo había traído de vuelta a la realidad, estaba agradecido por eso, y más allá algo emocionado por el interés.
Porqué había interés ¿No?
Decidió que no era ni momento, ni lugar para pensar en aquello, para luego soltar una de las manos de Elsa, sin dejar el agarre de la otra, y emprender en busca de su cayado.
- ¿Qué sucede? ¿Qué haces? - le preguntó confundida de porque no salían de ahí, si bien el peligro estaba arriba, no era el paraíso precisamente abajo
- Busco mi cayado - informó mientras tanteaba con un pie el suelo con cuidado - sin él no puedo manejar mis poderes - explicó
- Deja, te ayudo - aceptó mientras lo imitaba, un temblor fuerte los desestabilizó hasta botarlos
- ¡Mierda! - exclamó al caer - ¿Estás bien? - le susurró a Elsa tomándola de los hombros
El movimiento los había reducido hasta la tierra, cayendo Jack primero en él y llevando consigo a la desafortunada platinada, ambos cayendo, la segunda sobre el otro, Jack la rodeo por los hombros con sus brazos procurando protegerla mientras el sismo continuaba, el ruido ensordecedor de la tierra partiendose no le dejaba pensar con claridad.
- Tenemos que salir, olvida mi palo - decidió mientras aún se percibía algo de movimiento
Elsa, que continuaba sujeta al agarre de Jack, lo detuvo antes de que él intetara reincorporarse.
- Espera un momento - dijo afianzando un poco más el agarre
La platinada se apegó más al guardian, apretándose contra el cuerpo de este que continuaba a espaldas del suelo, Jack podía sentir el cuerpo de Elsa sobre él con total detalle, sin entender lo que esta buscaba, volviendo a sentir la sensación de vacío en su estómago, tan intensa e inesplicable, causandole una incomodidad nueva, diferente, más calida. Luego la sintió subir levemente, el sismo ya había acabado dando la señal para levantarse y correr, pero Jack estaba muy pendiente de sus propios estragos como para notar aquello. Elsa sonrió sobre Jack sin mirarlo, mientras este la miraba detalladamente desde abajo, luego Elsa exclamó.
- ¡Lo tengo, podemos irnos! - alzó el cayado de Jack alejándose de él, quedando casi a horcajadas sobre el guardian y bajando la mirada hasta encontrarse con los ojos de este
La cercanía de ambos alertó a la reina de las nieves, siendo consiente de lo comprometedora que resultaba, retomando inmediatamente la distancia sin decir nada, avergonzada de lo impropio de su acto.
- Lo lamento - dijo luego
- ¿De qué hablas? - preguntó Jack haciéndose el desentendido, para luego pararse - ¿Vienes? - dijo extendiéndole su mano
Elsa la acepto para ponerse en pie, un leve temblor llamó su atención, voltearon ambos el rostro en dirrección de los nuevos ruidos, siendo expectadores invisibles del final de Patapez.
- Oh, por todos los cielos - susurró despavorida, Jack la abrazo para cubrir su mirada
- Diablos - masculló - No puedo salir de aquí con ayuda de viento - informó notando como el aire se enraesia con los movimientos de las alas de los dragones que había bajado la pelea a raz de suelo
- Yo puedo - susurró, Jack bajó la mirada para observarla - déjame llamar a la furia luminosa - le pidió mientras trataba de desaserse del agarre del guardian
- ¿La blanquita? - Elsa asintió, ambos se agacharon tras una piedra enorme para evitar salir lastimados