El secreto de los guardianes 1

Capítulo XXXI - Interludio

Capítulo XXXI
Interludio

- ¿La notaste un poco rara, cielo? - preguntó Anna una vez que Elsa abandonó la habitación

- Eh... Se portó como Elsa - suspiró Kristoff poniéndose en pie - vuelvo en un momento - le dijo besando sus labios - no tardaré - agregó luego

Anna se acomodó nuevamente en la enorme cama, estaba cansada, muy cansada, sus párpados pesaban y no dormía hace más de 30 horas, además del cansancio que significaba llevar a alguien dentro de si, lo que justificaba muchas cosas. Finalmente no eran los nervios la causa de su malestar. Sonrió ampliamente mientras agarraba su pequeño vientre entre sus manos, aún sin cabida en su interior para tal felicidad.

Un hijo de Kristoff, la esencia del amor que se tenían los dos.

Mientras tanto fuera de la habitación la felicidad no los alcanzaba a tocar.

- ¿Qué sucede? - le preguntó el rubio ya afuera, acudiendo al previo llamado de su cuñada

- ¿Se puede saber que pasó exactamente ahí afuera? - le preguntó bajando el volumen de su voz, suavizando su tono

- Pitch volvió - le respondió en el mismo tono, procurando no ser oídos en el interior - La atacó directamente

- ¿Por qué no la defendiste? - le recriminó

- ¿Cómo querías que lo hiciera? Estaba ayudando a los demás con las pesadillas, ¡Jamás imaginé que la atacarían! - exclamó aún manteniendo el volumen moderado de su voz

- ¡Casi se muere! - exclamó algo más exasperada, quebrándose levemente la estabilidad de su voz - ¡Por qué se entrometió!

- ¡Casi nos matan a todos! - exclamó mientras la tomaba por los hombros - Anna está bien, Elsa

- ¿Por qué no me detuviste? - le recriminó sin culpa, aguantando las lágrimas que se querían asomar

- ¿A qué te refieres? - le preguntó con duda

- Tu lo sabías - le dijo - hablé muchas veces contigo, sabías que no era del todo bueno... - susurró en un hilo de voz

- Te veías feliz - respondió, su expresión pasó de estar a la defensiva a solo sentir compasión - jamás imaginé...

- Apenas lo conocía - le interrumpió

- Y yo apoyo que no apruebes casarte con alguien que acabas de conocer, pero, Elsa, tu solo lo querías ayudar, solo lo querías - le dijo tratando de suavizarla

- ¡Me manipuló! - exclamó - la persona que pensé conocer no era real...

- Y eso no es tu culpa - Elsa suavizó su expresión

- Aun así siento que es así... Anna casi... Dios santo, Kristoff, casi pierdes a Anna y tu hijo - susurró hundida en un mar de pánico - ¿Cómo puedes estar así de tranquilo?

- Porque no fue así - la calmó - no fue así, está aquí, están bien, ahora solo tengo que hacerlo mejor - dijo con determinación

- Tenemos que hacerlo mejor - agregó con la misma determinación

Kristoff sonrió hacia su cuñada, sabía que si no era él, ella cuidaría de su amada.

- Anna quiere llamarlo como sus padres - le reveló - si es niña se llamará Iduna, si es varón se llamará Agnarr - Elsa sonrió con sinceridad

- Es hermoso... Voy a ser tía - sonrió al fin, abrazando la idea - voy a ser tía - repitió una vez más con la felicidad en sus ojos - Oh, santo cielos, ¡Vas a ser padre! - exclamó ahora divertida de la idea, Kristoff reía junto con ella - ¡Anna será madre! - exclamó ahora volviendo al pánico anterior - ¡Oh, por dios, Anna será madre! - dijo ahora agarrando a su cuñado por sus ropas aún sucias - ¡Anna será madre, que fue lo que le hiciste Kristoff!

- ¿Otra vez? ¡Qué pensaban que pasaría después de la boda! - exclamó ahora más que divertido

- ¡No le veo lo chistoso! - le prepochaba mientras lo golpeaba con el género que caía de su manga, el rubio reía con más ganas - ¡Mancillaste a mi hermana!

- ¡Estamos casados! - se carcajeaba

- ¿Quién mancilló a quien? - preguntó un confundido Olaf atraído por las risas - ¡Elsa! - exclamó para luego abrazarla, siendo correspondido

- Olaf - sonrió esta

- Es mejor que Anna le de las noticias - interrumpió Kristoff antes que nada, preocupado por la reacción de su esposa por no dar aquella noticia por si misma

- Bien, vuelvan ustedes - les ánimo la platinada - yo tengo que ir por Nokk

Ambos voltearon a mirarla con alegría en el rostro, una chispa de duda les cruzó por los ojos.

- ¿Lo encontraron? - preguntó Olaf

- Lo recordé - susurró Elsa

Olaf y Kristoff entraron a la habitación, Elsa les sonrió una vez más antes de quedarse a solas en el pasillo, aguardó unos minutos sumidas en sus pensamientos, acariciando la idea de Anna embarazada, apasiguando los nuevos temores que crecian junto al bebé que se desarrolaba en el vientre de su hermana. Elsa sentía que las cosas no podían ir peor.

- ¿Qué haces aquí? - le interrogó Norte una vez la vio aún en el pasillo - ¿Esperas a la reina? ¿Se encuentra bien?

- Si, Anna está de maravillas, la posión la salvó. Ya he hablado con ella - sonrió nerviosa - solo me hacía a la idea - susurró luego

- ¿A la idea? - preguntó el guardian

- Oh, si - respondió con rapidez, queriendo mantener aún en bajo perfil el embarazo de su hermana - encontramos a Nokk - sonrió ampliamente ahora

- ¡Si! - respondió euforico - Jacky mencionó algo cuando llegaron, por cierto ¿Dónde está?

- En el bosque encantado, junto a quienes mejor lo cuidarán - susurró - está con los Northuldras

Norte y Elsa se encaminaron hasta los jardín del palacio nuevamente, los rastros de la previa batalla aún estaban a la vista de todos; jardines arruinados, caminos explotados y rastros de sangre por donde estuvieron previamente los cuerpos de Hiccup y Anna, Elsa exclamó en silencio.



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En el texto hay: jack frost, frozen, elsa arendelle

Editado: 25.09.2024

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