El Secreto De Los Guardianes: El Encantador De Dragones

Capítulo I - El nuevo Berk

Capítulo I
El nuevo Berk

(...) Esto es Berk. Está a 12 días al norte de calvario y a algunos grados al sur de muere de frío, está ubicado justo sobre el meridiano de la tristeza. Mi pueblo en una palabra; tenaz. Ha estado aquí por pocos años, pero todas las casas siguen en construcción y su gente ha existido en armonía durante ocho generaciones. Tenemos pesca, caza y una encantadora vista del atardecer, y no tenemos problemas de pestes, eso es importante.

Verán, la mayoría de los sitios tienen gatos o perros como mascotas, algunos caballos o reptilez, los más valientes tienen tigres o elefantes; pero nosotros poseemos dragones. La mayoría ni se acercarían, pero nosotros no, somos vikingos, tenemos problemas de necedad. Yo soy Hiccup, lindo nombre, pero no es el peor; los padres creen que un nombre feo alejara los nogmos y trolls, como si la refinada conducta vikinga no lo hiciera...

- ¿Siempre tienes que ser tan dramático? - exclamó Mérida interrumpiendo

- Tío Hiccup yo ya conozco la historia de Berk - dijo la pequeña Elsa

- Vamos, escuchen mi introducción, es parte importante para que puedan montar un dragón - le dijo a la pequeña princesa y a los otros tres adolescentes que estaban atentos

- No veo la necesidad - susurró la colorina

- Tu no te metas - le apuntó - tuviste tu momento - le acusó

- Bien, sigue con tu monólogo - aceptó rodando los ojos, Hiccup la fulminó con la mirada

- ¿En qué quedé? - se murmuró para si mismo - ¡Ah, si! - exclamó recordando - Mi nombre es Hiccup, soy el líder de Berk, hijo de Estoico el Vasto, antiguo líder de la tribu. Dicen que cuando era un bebé le arrancó la cabeza de los hombros a un dragón - gesticulaba con sus manos ante el asombro de los trillizos hermanos de Mérida, quienes la habían acompañado hasta la nueva isla - ¿Qué si lo creo? ¡Ja! Claro que sí. - Hiccup se encaminó hasta Bocón que se había acercado al pequeño grupo - En Berk encontrarán muchos grandes vikingos, jinetes de dragones y viejos herreros, este de aquí con manos intercambiables es Bocón, antes de ser líder fui su aprendiz... Sus métodos de enseñanza son algo cuestionables

- ¿Qué le pasó en la mano? - preguntó Hamish

- ¿Qué le pasó a su pierna? - preguntó Hubert

- Yo quiero una de esas - apuntó Harry

- Gracias muchacho, - le dijo a Hiccup, para luego dirigirse a los nuevos prospectos de jinetes - Esto sucede cuando no tratas bien a los dragones - les respondió mostrando su prótesis de mazo

- Genial - susurró Harry, Mérida rodó los ojos

- No los llevaré a casa con una extremidad menos - alzó la voz - mamá me mataría

- Y eso es lo que buscamos - dijo Bocón - nadie va a perder nada, si quieren algún día salir con dragones tendrán que cambiar... Esto - les apuntó

- Pero acabas de señalarlos por completo - dijo Hiccup, Bocón rió

- Si, me trae recuerdos - continuó riendo

Los vientos cálidos de Julio se hacían presente por el pueblo de Berk, era una tarde despejada y varios dragones volaban por los cielos de su nuevo hogar. Hace un par de años el pueblo de Berk se vio en la obligación de mudarse una vez más, la vuelta de las míticas criaturas aladas había saturado su antiguo lugar, haciendo la convivencia difícil e incluso peligrosa. Hiccup, junto a sus amigos, como se veían en un viaje constante hasta Arendelle decidieron buscar un sitio cerca de esas tierras, alguna isla vacía donde no molestará en alguna jurisdicción, así encontrando al nuevo Berk, una vez más.

Los viajes hacia Arendelle se habían reducido sustancialmente a un día de vuelo, al igual que se habían reducido hacia otro reino cercano, pero eso no fue parte del argumento hacia los demás, sino para el líder, un dato que se había reservado para si mismo.

Bocón se había quedado junto a los cuatro aprendices enseñándoles sobre las teorías del vuelo, mientras tanto Mérida se había alejando junto a Hiccup para charlar.

En esos últimos años se había forjado una fuerte complicidad entre ambos, los constantes viajes y escapes de la princesa de Dunbroch habían coincidido en muchas ocasiones con los viajes de los vikingos por el reino vecino, afianzando la atracción previa en ambos.

Aún así no sabían cómo avanzar.

- ¿Cómo van las cosas por allá? - le preguntó Hiccup, Mérida gruñó como respuesta

- Terrible, no creo que pueda seguir posponiendolo más - respondió desviando la mirada, negándose en mirarlo a los ojos al decir aquellas palabras

- Por favor, seguramente tienes a alguien en mente que valga la pena - trató de animarla, la colorina solo suspiró pesadamente

- No, realmente no - mintió - ¿Cómo van las cosas aquí? ¿Pudieron terminar la arena de entrenamiento o de nuevo fue "asaltada"? - preguntó ahogando una risa

- Gajes del oficio - dijo restándole importancia - la verdad es que nuestro equipo de satisfacción no estaban conforme con la arena, nos hecharon una mano - Mérida rió

- Claro, algo está haciendo mal tu equipo de construcción entonces - bromeó mientras veía a sus hermanos caer mientras trataban de llegar a un dragón

- Ah, yo no lo creo, el proyecto fue aprobado

- ¿En serio? - volteo a mirarlo - ¿Ya está lista? - preguntó entusiasmada, Hiccup le sonrió

- En cualquier momento llega Brutacio por nosotros - comentó como si nada

- Mírate, tan despreocupado, cómo todo un lider - rió golpeando su hombro, Hiccup se sobó divertido - no presumas

Al poco rato Brutacio había ido por el grupo para llevarlos al lugar mencionado, tal cual como Hiccup lo había dicho. La pequeña Elsa corrió al frente tomando a Mérida de la mano, preguntándole cómo se sentía volar en un dragón por si sola, tras ellas iban los trillizos discutiendo por el camino, al frente del grupo iban los tres miembros de la tribu de Berk.



#2201 en Fantasía
#405 en Magia

En el texto hay: jack frost, frozen, elsa arendelle

Editado: 20.11.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.