Capítulo II
Robo
- No pienso echarme la culpa por ustedes si llegamos tarde, si preguntan diré que fue Norte - Aster alzaba la voz mientras les daba la espalda a los demás, absorto en la imagen a través de la ventana, los vientos fuera eran ráfagas violentas que azotaban la nieve espesa
- ¿Por qué tan esquivo, Conejo? - le preguntó Jack con sorna mientras ayudaba a Norte a buscar entre las cajas del despacho ñ, hada hacia lo mismo que él a su lado
- Déjalo, Jacky. Los conejos son muy nerviosos - dijo Norte mientras corría unas cajas para buscar en otras tras estas - para ser el guardian de la esperanza te falta bastante - agregó luego
- Puedo marcharme fácilmente por mis túneles - advirtió - Elsa se molestará - murmuró luego
- ¿Le temes a una pequeña niña de cuatro años? - inquirió hada que estaba más cerca de él
- No le temo - se escusó con rapidez - solo la respeto - agregó luego
- Le tiene miedo - comentó Jack mientras sacaba un paquete rojo de una caja - ¿Es este? - le preguntó a Norte quién negó al hecharle un vistazo
- Más brillante, un rojo mucho más brillante - le explicó
- ¡Suficiente! - exclamó Bunny molesto - ¿No puedes agarrar un obsequio cualquiera? ¡Hay miles aquí!
- No te entiendo, Conejo - dijo Jack - Primero te preocupaba llegar tarde porque te da miedo una pequeñita, y ahora no quieres buscar su regalo, ¿Qué es lo que te pasa? - le preguntó dejando de lado la búsqueda, observándolo con una pizca de burla
- Por tercera vez, no me da... - pero sus instintos no lo permitieron terminar con sus palabras, en su lugar sus orejas se contrajeron y levantaron tan rápido como un espasmo, su nariz se arrugó hasta que su rostro compuso una mueca extraña - ¿Sienten eso? - agregó con apremio
- ¿Sentir qué? - preguntó Jack tomando atención a su alrededor
- ¿A qué te refieres? - preguntó Norte con cautela, posicionando una de sus manos sobre el mango de uno de sus sables
- Es lo mismo que sentí en Arendelle - murmuró - como si fuera Pitch...
- ...Pero no es él - comentó Jack completando lo que el otro guardian quería decir, Aster asintió en aprobación
- Exacto, lo siento muy cerca - completó
- Yo no siento nada - dijo Norte
- Oh, ¿De verdad no sientes nada? - susurró con tranquilidad, casi ofendida, aunque en su voz solo había impregnada una leve burla - no sé cómo sentirme con aquello
Los guardianes se voltearon en dirección de la dulce voz con brusquedad, cada uno posicionándose a la defensiva, listos para actuar.
- ¿Por qué me reciben así? Yo no muerdo - sonrió
- ¿Emily? - preguntó Jack confundido
- ¡Jack! - exclamó risueña acercándose a él - Ha pasado tanto tiempo... Desde el '57 ¿No? - Jack asintió aún confundido
- Si, creo - titubeó
- Mírate, ahora eres todo un guardian - rió cantarina - como han cambiado las cosas - sonrió agradablemente al terminar, luego su atención se centró en Sandman - ¡Sandy! - exclamó ahora emocionada acercándose a este, el guardian la recibió con los brazos abiertos en un amistoso abrazo - te extrañé mucho estos años sin verte - susurró conmovida por el encuentro
- Madre naturaleza - susurró Norte - ¿Qué haces aquí? - interrogó sin querer ofenderla
- Me apetecía saludar - respondió manteniendo su amable sonrisa en el rostro, pero sus palabras no reflejaban el mismo sentimiento
Norte sabía de sobra la naturaleza que rondaba a Emily Jane, un espíritu iracundo y rencoroso, con poderes inimaginables, tan grandes y poderosos como los de él mismísimo Mani, pero pertenecientes a un dueño peligroso e impedecible como lo era la madre naturaleza. Su presencia no era a costas de buenos deseos y nostalgia como ella quería hacer ver, sino más bien por un capricho personal, alguna conveniencia que la beneficiaba a ella y que ellos podría proveer.
Emily Jane no solía tomar un partido por buenos deseos.
A diferencia de los demás guardianes, Sandman estaba en buenos términos con la madre naturaleza, su larga y antigua amistad les confería una confidencia un tanto distinta entre ambos, que animadamente hablaban entre sí. Mientras los restantes convencían al guardian de la diversión en interrumpir aquella charla.
- Emily Jane, no es que no disfrutemos tu agradable presencia - dijo Jack una vez fue lanzado hacia la boca del lobo - pero ¿A qué se debe?
- Oh, es muy simple, querido Jacky - respondió dándole toda su atención - me han robado
- ¿Te han robado? - preguntó confundido - ¿A ti? - sonrió aguantando una risa traviesa - ¡Eres la madre naturaleza! - exclamó divertido, Aster lo golpeó con su búmeran por la espalda - ¡Auch! - susurró molesto
- ¡Lo sé! - Exclamó con un tono agotado - ¿No es inaudito? - les pregunto en general mirando a todos los demás
- ¿Qué te han robado? - preguntó Thoothiana, quien se había mantenido en silencio todo el momento, recelosa del espíritu frente de ella
- Una hermosa flor mágica - respondió sin preambulos - es bastante especial - agregó - no suelo hacer muchas de ellas, es algo difícil encontrar gotas de luz de sol - susurró cómo si fuera algo obvio y de conocimiento general, Meme comenzó a mecanografiar imágenes pequeñas con su arena, expresando sus dudas hacia la madre naturaleza, quien lo observaba atenta - oh, Sandy, no necesitan saber que es lo que hace, lo unico que puedo mencionar es que no les hará daño - le respondió volviendo a su tono amable y plano
- Espera - la detuvo Jack - ¿Qué no nos hará daño? ¿Qué quieres decir con eso? - le preguntó con una mala sensación, materializando las dudas de los demás