Capítulo III
Vida
Faltaban poco menos de un par de horas para la media noche, pero en los pasillos del palacio de Arendelle ya reinaba un silencio sepulcral, las velas estaban casi todas completamente apagadas, siendo el salón el único lugar despierto del castillo. Anna se paseaba angustiada en la habitación a vista y paciencia de los presentes, mientras su esposo, Kristoff, intentaba calmar las ansias de esta en vano, ¿Cómo podría siquiera intentarlo si se sentía tan devastado y asustado como su esposa? Los reyes se imaginaban que la paz y prosperidad no duraría impoluta en el reino para siempre, pero jamás habían imaginado que podría amenazar el futuro de este tan personalmente.
Por otro lado Rapunzel y Eugene se miraban en el absoluto silencio, la primera se mantenía con una expresión neutra y profunda, siendo su respiración agitada la única pista a su preocupación, en cambio Eugene estaba con una expresión seria, sostenía las manos de la rubia con fuerza, sin llegarla a dañar, pero con el anhelo de tenerla aferrada a él en ese momento. Durante todo el embarazo el rey consorte de Corona no la había pasado del todo bien, su actitud relajada había mutado para dar paso a una más ansiosa y sensible, preocupado por todo lo que pudiese dañar su hermosa familia, una que jamas pensó llegar a tener, o que la mereciera en primer lugar.
Ahora Flynn sentía que todo por lo que luchaba y cuidaba podía ser arrebatado en un instante.
- ¿Dijo primogénita? - preguntó Rapunzel como único acto, su voz salió impregnada de urgencia y miedo, Meme asintió rápidamente para luego mecanografiar algo más
- Eso fue lo que dijo - repitió hada en voz alta para hacerlo entender
- ¿Pero acaso no es la madre naturaleza? - se entrometió Anna desvordandose - ¿No debería ser bondadosa y piadosa? - interrogó pasando su mirada entre todos
- No, su magestad, ella solo es implacable - respondió la hada de los dientes tratando de tomar las manos de esta para calmarla
- ¿Implacable? - repitió - ¿Y qué tenemos que ver nosotros con esta flor mágica?
- La flor del sol - le interrumpió Rapunzel quien seguía en su lugar demasiado disociada como para interactuar con los demás, hasta ese momento - es la flor del sol - repitió levantando la mirada
- ¿La flor del sol? - repitió Hiccup - ¿Acaso no es...
- Si - se apresuró a responder - es la flor que me dió mis poderes, la misma flor que madre naturaleza me dió de beber
- ¿Madre naturaleza? - preguntó Mérida tratando de hacer memoria - Nunca dijiste que fue madre naturaleza - dijo segura de sus recuerdos
- No lo pensé, en ese momento no lo pensé - murmuró volviendo a centrar su vista en la nada, sin parar de hablar - creí que solo era una bruja más o quizás una ninfa del bosque, sabía que tenía que ver con la naturaleza pero jamás...
- La conocimos por el nombre de Seraphine, la creadora de la flor - completó Eugene que había vuelto a abrazar a su esposa - ella preparó un brebaje para Rapunzel, además de la poción que utilizamos en Anna años atrás... Estaba con unas brujas en el bosque oscuro, pensamos que era una más... - se excusó entendiendo las conjeturas que supuso su esposa ya había sacado por si misma
- Es como los mortales la conocen - dijo Norte llamando la atención de todos - así como conocen a Thoothiana como el hada de los dientes o a Aster como el conejo de pascuas, madre naturaleza es conocida como Seraphine... - despejó, tomó una leve pausa y agregó luego con un tono culposo - No sabía que ella te había obsequiado la flor hace años
- Yo no sabía quién era ella realmente - murmuró - dijiste que ella no hace favores... - dijo luego levantando la mirada hacia el guardian del asombro - ¿No existe la posibilidad de que todo esto sea solo un favor? - preguntó como un ruego
- No los hace - negó Norte desviando la mirada
Rapunzel sintió un puñal en su pecho ante la respuesta del guardian, trató de ponerse en pie para acercarse a su prima, quería disculparse, decirle que jamás quiso poner a Elsa ni a su futura propia hija en peligro, pero una vez se levantó de su puesto un líquido tibio empapó sus piernas, oscureciendo poco a poco sus faldas, bajó la vista hasta sus pies mojados sobre un charco de líquido, levantó la mirada hacia los demás buscando los marrones ojos de su esposo, Eugene la miraba con calma, tratando de mantener el control dentro de todo el pánico. Rapunzel empezó a sentirse aún más ansiosa, un punzante dolor empezó a crecer en sus caderas y a subir por su vientre, los ruidos de los demás se amortiguaron como si ella se hubiese hundido bajo el agua, luego todo fue aún más rápido que instantes previos, la discusión y el temor cedió para dejar espacio a lo que se requeria hacer en ese momento.
Eugene tomó a Rapunzel en brazos tratando de mantener toda la poca e inexistente calma que aún poseía en su cuerpo, miró hacia Kristoff por impulso, en un intento desesperado de absorber conocimiento de alguien que ya tuviera la experiencia de aquello, de pronto pudo notar como el rubio y la reina se encargaban de todo, sacando a los demás presentes mientras pedían agua tibia y toallas secas a quienes intentaban echar.
Mérida tomó a Flynn por los hombros tratando de guiarlo hacia la alfombra cerca de la chimenea que ya estaba encendida, buscando mantener el calor cerca de la reina de Corona, antes de que su esposo pudiese recostarla en el suelo la colorina ya habia desplegado y estirado una colcha que Anna le habia alcanzado instantes atras.
- No lo entiendo, no sentí nada - dijo por fin Rapunzel una vez recostada en el piso - no he tenido contracciones - dijo un poco más angustiada buscando a Anna con la mirada
- Tranquila Punzie - le dijo está acercándose a ella y tomando una de sus manos - acabo de mandar a buscar a Gerda, te revisara y sabrá que hacer - trató de calmarla