Capítulo VI
Falsas esperanzas
- ¿Es tuyo? - le preguntó levantando el pequeño animal de felpa de sobre la mesa
Jack no tenía muchas posesiones que lucir a su alrededor, algunas reliquias y antiguos recuerdos de lugares a los cuales había visitado, por lo general se la pasaba entre viajes llevando el invierno y la diversión de ahí para allá, sin preocuparse de volver a casa a descansar o algo más, tenía mejores vistas en otros sitios y en un principio, cuando no tenía a nadie con quién hablar, eso parecia mejor que estar solo en una casucha junto al lago.
- Déjalo ahí, tienes la mala costumbre de tocar todo lo que no es tuyo - se quejó arrebatándole el pequeño peluche de las manos
- Déjame verlo, nunca me habías negado ver algún souvenir - se quejó divertida
- Esto no es un souvenir - le apuntó con el pequeño animal de felpa
- Lo qué sea, quiero verlo
- ¿No te habían robado hace unas semanas? - preguntó intentando cambiar el tema, Emily Jane rodó los ojos cansada
- No te voy a robar a Sir Jorgenbjorgen, si es lo que quieres insinuar - respondió entre una leve carcajada
- Si ya te sabías el nombre para qué lo preguntas - le reprochó - Y de todas formas ¿Qué haces aquí?
- Escuché que querías disculparte - canturreo
- Deja de espiarme, es molesto - se quejó
- Es divertido - negó
- Pensé que usabas tus habilidades para el bien - le recriminó dejando nuevamente el peluche en el escritorio
- El bien es un concepto muy ambiguo para mí - se encogió de hombros - pero tus palabras no fueron nada ambiguas
- ¿Seguirás con eso? Ya pasó una semana
- Yo nunca olvido, Jack - respondió con una sonrisa - y en tu posición te conviene tenerme de buenas - agregó apuntandolo juguetona
- Bien, lo lamento - admitió pasando su mano por sus cabellos
- ¿De corazón? - insistió, Jack rodó los ojos
- De corazón - murmuró siguiéndole el juego
Emily Jane le dedico una mirada escrutadora, guardó silencio pesadamente mientras lo escaneaba con sus ojos, luego tan solo sonrió.
- Está bien, te creo - asintió contenta - debes recordar que el respeto es importante, Jacky, sé que ya no habrá una siguiente vez después de esto ¿No? - Jack le sostuvo la mirada en silencio, asintiendo ante la pregunta de esta provocándole una amplia sonrisa - Bien, nos vemos luego, supongo
Y tan rápido como había llegado se había ido, dejando tras ella un rastro lúgubre de frío y humedad.
Jack continuaba en silencio, se paseo por la habitación pasando sus manos por sus cabellos con exasperación, agotado, el piso de madera bajo sus pies rechinaba con cada paso provocándole una leve jaqueca, luego suspiró molesto, impotente. Después tan solo salió de la pequeña cabaña oculta entre la espesura de los árboles junto al lago.
Tenía que ir al polo.
Momentos antes Jack había notado las luces de Norte por el cielo oscuro, se disponía en elevarse para volar hasta el taller, cuando madre naturaleza se hizo presente en su hogar. Jack sabía que no era una visita social.
Debía disculparse.
Días atrás, cuando la fecha límite se había cumplido, madre naturaleza había ido hasta ellos en busca de su flor singular, mas se había encontrado con la decepcionante noticia de que está no estaba, un resultado mediocre a su parecer; un comentario estúpido al parecer de Jack, quien no tuvo problemas en hacerlo notar, y que por razones incomprendidas para todos los presentes, madre naturaleza lo había dejado pasar, no sin volver por sus disculpas días después del acontecimiento.
El viaje al polo fue más rápido de lo que Jack podía esperar, aún así no pudo evitar imaginarse durante el trayecto las quejas que escucharía por parte del mayor de los guardianes, quien siempre que tenía la oportunidad le recordaba a Jack su impuntualidad, también podía escuchar a Aster uniéndose a los reclamos para recordar algunas viejas jugarreta que Jack seguramente le había gastado hace un siglo atrás, definitivamente no quería soportar una vez más sus alentadoras palabras, al fin y al cabo no había sido por su culpa el retraso.
- ¡Jack! - exclamó Thoothiana una vez que lo vio entrar
- ¿Podrías haberte demorado más, mocoso? - le saludó Bunny
- Déjalo, conejo, él es el guardian de la impuntualidad - agregó Norte
Jack rodó los ojos, había fallado, Norte no había reclamado en primer lugar.
- Muchachos, tranquilos, ya estoy aquí - dijo despreocupado, acomodándose entre ambos - sé que me extrañan, pero no es para tanto
- Muy gracioso... ¡Esto no es un juego! - exclamó conejo
- Lo sé, lo sé ¿Qué paso ahora? Ya me disculpé con Emily Jane, no debería molestarnos - informó con soltura
- No todo se trata de ti y tú nueva novia, mocoso - le apuntó Aster, Jack lo observó en silencio antes de alejarse de ambos sin decir nada - ¡Estupendo! - exclamó Aster tomándose la frente con una de sus manos
- Conejo ¿En qué quedamos? - le recriminó Norte entre susurrós - dijimos que no lo mencionarias frente de él - le recordó
- Recuerdo que dijiste algo sobre no molestarlo con Elsa, ni siquiera la nombre - se escusó ante la mirada reprobatoria del otro
- Entonces ¿Para qué nos has reunido Norte? - preguntó Jack alzando la voz hacia los otros dos que se habían quedado apartados del grupo
- Oh, si, no te lo he dicho - aceptó acercándose hasta ellos - hombre de la luna nos ha llamado - le informó con apuro
- ¿El hombre de la luna? - preguntó - ¿Qué quiere ahora? ¿Acaso espera que corramos dónde él cada vez que nos busca? Nisiquiera es capaz de responder a una simple pregunta - se quejó molesto