El Secreto De Los Guardianes: El Encantador De Dragones

Capitulo XVI - Desconfianza

Capítulo XVI
Desconfianza

No pudo descansar, se habían separado hace un poco más de dos horas y seguía igual de entusiasmada, como si siguiera volando por los cielos nocturnos abrazada de Jack, oculta del mundo y segura entre sus brazos, Elsa recordaba su aroma fresco como si aun estuviese a unos centímetros del guardian, al igual que la sensación y cosquillas que le causaba su cercanía, pero la realidad era que llevaba tiempo sola en su habitación. Giró sobre si misma sobre su cama buscando acomodarse para conciliar el sueño, pero la luz del exterior se filtraba por las gruesas cortinas sin dejarla descansar, y un golpeteo singular en la puerta le decía que ya no podría intentarlo.

- ¿Hermana? - dijo Anna asomando la cabeza por el portal - ¿Sigues dormida?

- No, Anna - respondió desde la cama acomodandose para recibirla

- ¿Sigues acostada? ¿Te sientes bien? - preguntó Anna apremiada, llegando al lado de la platinada en dos segundos

- Si, tranquila, hermana. - la calmó mientras se levantaba, se encaminó hasta el armario de la habitación buscando algun vestido cómodo para cambiarse - Anoche fui al polo norte, supongo que seguía agotada por el viaje - comentó alistando las prendas sobre un taburete acolchado

- ¿Al polo norte? - preguntó confundida - ¿Al taller de Santa?

- Ujum... - asintió con su cabeza con serenidad mientras se colaba tras él biombo de madera

- ¿Fuiste tu sola? - inquirió curiosa con una enorme sonrisa mientras se acomodaba en la cama

- La verdad es que acompañé a Jack, tenía algo de que hablar con Norte - aclaraba mientras depositaba con cuidado su ropa de dormir sobre él biombo y agarraba la de día del pequeño asiento - y de alguna manera termine hablando con él sobre muchas cosas

- ¿Con Jack?

- No, con Norte - corrigió - me dió un pequeño obsequio, aún no entiendo bien que quiso decir pero supongo que... - comentaba aunque Anna no le tomaba mucha atención, después de escuchar sobre la pequeña vuelta por el polo de su hermana con el guardian, la reina esperaba habría pasado algo más

- ¿En qué momento se fueron ustedes dos? - inquirió Anna, Elsa se asomó por la cortina de madera regalandole una mirada confusa, con el entrecejo levemente fruncido

- ¿Escuchaste algo de lo que dije? - le reprochó con su usual aplomo

- Si - afirmó risueña

- ¿Tomaste atención? - rectificó algo más seria

- Algo así - asintió con la misma expresión. Elsa rodó los ojos y volvió tras él biombo después de un sonoro suspiro

- Te decía que Santa comentó sobre una ceremonia de guardian, donde se me confiere en un acto solemne la responsabilidad de ser guardiana de las infancias - le explicaba nuevamente mientras salía de detrás de la cortina con un vestido fresco de tono turquesa - es algo pequeño la verdad, bastante modesto y breve, pero pensé que querrias estar ahí - dijo tomando las manos de Anna

- ¿Quieres que esté ahí? - inquirió conmovida

- Por supuesto, Anna, me encantaría que estuviese ahí junto a tu familia - le sonrió

- También es tu familia

- Lo sé, - la calmó - pero es tuya - repitió sin buscar ofenderla, demostrando que a pesar de los hechos no se sentía desplazada - le comenté a Norte que me gustaría que fuese en el bosque encantado - agregó - me aseguró que haría lo que esté a su alcance - dijo alejándose de su hermana hasta el tocador

- Yo quería ir al polo... - murmuró Anna no muy de acuerdo

- Por el bien de la Navidad no puede ser así - bromeó - Y bien, qué te trajo aquí - comenzó a peinar sus cabellos

- Oh, si, ¿Has visto a Jack? Elsa lo ha estado buscando desde el desayuno para jugar

- ¿Jack? ¿Porqué debería saber dónde está? - inquirió con cautela

- Por qué tú lo viste por última vez - respondió cantarina y burlesca

- Pero eso fue hace unas horas, Anna - respondió ignorando el tono que había empleado la reina

Pero a pesar de las palabras y el tono distante y despreocupado que intentaba emplear Elsa, la verdad era que un desagradable vacío había comenzado a crecer en su pecho al escuchar que Jack no estaba, rápidamente intento buscar alguna excusa en su cabeza, pero ni una de las posibilidades que imaginaba la podía consolar.

- Quizás está haciendo sus deberes, es un guardian al fin y al cabo - murmuró como respuesta, volviendo a iniciar con la trenza que intentaba hacer en sus cabellos - yo también debo hacer los míos - agregó dándole un vistazo a su hermana a través del espejo

- ¿También te irás? - preguntó en un reproche - pero si acabas de llegar del taller de Santa - le reclamó

- Me refiero al bosque encantado - le corrigió - volveré al atardecer, Anna - le prometió girando en el taburete para mirarla directamente - aún tenemos mucho de qué ponernos al día - la tranquilizó

- Podrías esperar a que Jack vuelva - comentó volviendo a su tono juguetón, la guardiana volvió a girarse hacia el tocador algo turbada - para que te acompañe - le sonrió con falsa inocencia, Elsa cerró los ojos mientras agarraba el puente de su nariz - puedo verte por el espejo, hermana - le recordó

- Lo sé. - mintió mientras recomponía su expresión - No puedo esperar a Jack, no sabemos si volverá o no - respondió luego

- Oh, claro que volverá - aseguró Anna sin borrar la sonrisa traviesa de su rostro

- ¿Cómo estás tan segura? - inquirió escéptica, tratando de continuar con su rutina con naturalidad, pero la torpeza en sus manos era evidente

- Solo lo estoy - respondió con un trasfondo mayor de lo que expresaba - tiene razones para hacerlo - agregó en una especie de pista, como si leyera las dudas de la platinada



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En el texto hay: jack frost, frozen, elsa arendelle

Editado: 20.11.2024

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