El Secreto De Los Guardianes: El Encantador De Dragones

Capítulo XXII - Antiguo reino

Capítulo XXII
Antiguo reino

Posterior a las afirmaciones de la colorina princesa, el salón se transformó en un marullo de réplicas y gritos, cada una de las presentes reinas alzaban la voz sobre la otra buscando ser escuchadas, cada una con algo que decir sobre la boda, Mérida tan solo las observaba sin escuchar ni una de sus palabras realmente, muy aturdida y devastada como para tomar atención, en su cabeza solo existía el temor, el miedo de perder todo lo que tenía, la responsabilidad que tenía con su familia y su pueblo, el desastre que se avecinaba y el unico capaz de darle algo de seguridad era el infame Hans.

- ¡Acaso estás delirando! - exclamaba Rapunzel mientras tomaba las hebras de sus cabellos y las alisaba con fuerzas hacia abajo en una señal de desesperación - ¡Hans es un traidor!

- ¡Jamás voy a bendecir esa boda y seguramente tú padre tampoco lo haría! - comentaba elevando la voz Elinor, igual de enérgica

- ¡¿No escuchaste nada de lo que dije?! - vociferaba Anna - ¡Intentó matarnos! - remarcaba utilizando sus manos para enfatizar

- ¡Es una locura! - secundaba Rapunzel nuevamente

Y así continuaron como en un circulo vicioso, los restantes solo observaban pensando cosas similares pero sin ponerlas en palabras, mientras Mérida tan solo escuchaba, decidida en lo que debía hacer, y ahora más que nunca, necesitaba realizarlo, a pesar de sus reservas, al fin de cuentas un matrimonio arreglado y un matrimonio por beneficios eran algo similar.

Solo le intentaba proteger sus tierras.

- ¿Es todo? - dijo al final cuando notó una pausa entre los reproches de las reinas - ¿Puedo hablar ahora?

Las réplicas cesaron en un instante, momento que la colorina aprovechó para continuar.

"¡No sabes lo que has hecho, habrá fuegos y espadas si no puedo corregir esto!"

Mérida ya sabía que hacer y qué decir.

- Nuestras tierras, - comenzó paseando la mirada, elevando la voz sin que sonara como un grito, enunciando, como su madre le había enseñado durante tantos años - mis tierras, se componen de la unión de cuatro clanes, que unieron sus fuerzas frente a las inclemencias y barbaridades de los invasores de otras tierras, nombrando a mi padre como su rey... Pero la historia de estas tierras es más antigua que eso - dijo cambiando su tono a uno más lúgubre - y sus tradiciones también. Cuando fuí joven no me parecieron justas y pelié contra mis propias raices y costumbres, sin pensar en el daño que estaba causando, sin preocuparme de lo que significaría para mí futuro y el de mi gente... Madre, Anna, Rapunzel; no puedo seguir eludiendo por más tiempo mi destino

- Mérida... - musitó la matriarca entre una mezcla de orgullo y dolor, ahora su hija era todo lo que ella siempre quiso, entendiendo en el proceso que no fue lo mejor

"(...) Tratas de volverme como tú, es que no pienso ser igual que tú..."

Elinor ahora veía como su hija era todo lo que ella misma fué en su momento, una joven fuerte, valiente y preocupada por su gente y su deber, dispuesta a sacrificarse por los demás, obligada por sus leyes.

(...) jamás voy a ser como tú, moriría antes de ser como tú

No era justo

No era lo que Elinor esperó, lejos del orgullo, la reina de Dunbroch se sentia aterrada por su hija.

- ¡Oh, eso es ridículo! - se quejó Anna - ¡Usted es la reina, cambie las leyes! - dijo ahora hacia Elinor quién la observó perpleja por la acción de la otra

- Anna, basta - la detuvo Elsa tratando de calmar el temperamento de su hermana - no seas impertinente - le susurró para ellas dos

- ¿No dirás nada Elsa? - le preguntó ignorando sus palabras - ¡Dile algo! - le pidió con apremio

Elsa desvío su mirada hacía la colorina, evaluandola antes de hacer nada, luego paseó sus ojos entre las demás, expectantes, poseedoras de las mismas miradas que todo mundo le dedicaban a la guardiana, pero está vez para Mérida, como esperando una respuesta a la altura de su cargo, Elsa sabía lo agobiante que eran las expectativas.

Y, contrario a la reservada y correcta actitud de Elsa, ante toda predecible respuesta la reina de las nieves tomó a su amiga por las manos antes de salir huyendo con esta del salón, dejando todas las expectativas junto a las reinas.

El portal se cerró tras él grupo una vez lo cruzaron, a poca distancia se podía ver las motas de islas verdosas y grandes flotar sobre el mar, los barcos se movían por el océano con sus marineros pescando en sus aguas y el reino que se levantaba entre las islas se movía en su ajetreo diario, poco a poco los dragones descendieron de los cielos escondiendoce entre el follaje del bosque que rodeaba el pueblo.

- ¿Aquí es? - inquirió Hiccup una vez bajó de Chimuelo

- Aquí es - afirmó Brutacio

El trayecto había sido de tan solo unos minutos gracias a la esfera de Norte, aún así les había dado el suficiente tiempo a los vikingos para poner en tanto a su líder de la situación. Explicar que Astrid, quién llevaba más de media década desaparecida, fué vista por aquellas tierras había significado más complejo de lo esperado, ni uno de los presentes queria decir nada sobre el hombre de espaldas anchas que tomaba a la rubia por la cintura, trataban de justificar aquella situación con múltiples escenarios, pero el resultado siempre era el mismo; Astrid ya había rehecho su vida e Hiccup recibía otro metaforico puñal en el pecho. Definitivamente no querían hablar de eso.

Pero no les correspondía mantenerlo en secreto.

- ¿Estás seguro de ir por ella? - tanteó Patán, Hiccup asintió con decisión

- No estaré tranquilo hasta confirmarlo con mis propios ojos - respondió - espérame aquí - le susurró luego a Chimuelo mientras acariciaba su costado



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En el texto hay: jack frost, frozen, elsa arendelle

Editado: 11.11.2024

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