El Secreto De Los Guardianes: El Encantador De Dragones

Capítulo XXX - Al punto de inicio

Capítulo XXX
Al punto de inicio

Hiccup tardó más de lo necesario en salir de los aposentos del rey, dejando a Mérida junto a su padre en el interior, se había quedado unos minutos ahí parado esperando alguna palabra más, alguna señal o guiño, algo más allá que el tan solo necesitar a Anna, pero Mérida, como si nunca hubiese pasado nada, guardó silencio y volvió su mirada a las hileras finas de polvo oscuro que caían de los ojos del rey, el seño fruncido en este y los quejidos que escapaban de vez en cuando de sus labios resecos, como si estuviese hipnotizada con eso, ella no diría nada más e Hiccup no tenía el valor suficiente para sacar el tema a relucir o preguntar cómo estaba la princesa con ello, ni siquiera él sabía cómo se sentia él mismo al respecto, aún necesitaba respuestas de otra persona, respuestas tan importantes que desplazaban la emoción y la alegría de haber encontrado a Astrid, o ella a él, más bien.

Y aún la amaba

O lo que parecía ser una especie de amor incondicional, un sentimiento exclusivo para la rubia, una mezcla de nostalgia y recuerdos cargados de momentos. Aun habían muchas cosas de las que tratar, años perdidos, charlas cortadas, noches en velas y preguntas sin respuestas. Las palabras quedaban cortas.

Y una hija

¿Cómo?

¿Era de eso lo que quería hablar aquel día antes de desaparecer?

La sensación de perdida que había sentido en aquel momento, el día en que perdió el rastro de su esposa, volvió a manifestarse, está vez más agobiante, haciéndolo sentir más culpable por estar ahí frente a sus ojos durante todos esos años.

¿A cuántos más le había fallado?

- ¿A dónde vas? - preguntó la rubia junto a la reina una vez lo vieron volver por el pasillo con expresión sería

- A Arendelle - respondió a secas - Necesitamos a Anna - agregó esperando despejar las dudas que pudieran surgir con eso, pensando en la manera de poder hablar a solas con quien era su esposa

- ¿Y Mérida? ¿Cómo está Fergus? - preguntó la reina muy angustiada para averiguarlo por si misma - Ese polvo... ¿Qué es? - titubeó asustada

- Está bien, su magestad está bien - la calmó Hiccup - son pesadillas, ya las habiamos visto antes, años atrás - le explicó - Anna podrá con ellas, eso pensamos - Elinor asentía después de cada palabra, indicando que el castaño poseía toda su atención - Mérida está con él

- Iré con ellos - informó la reina rápidamente siguiendo con el camino hasta sus aposentos, perdiéndose entre los pasillos y el silencio

- También iré con ellas - dijo Astrid preparada para seguir a la reina, siendo frenada por Hiccup

- Astrid - la llamó con la voz cortada tomando su mano, la aludida volteo a darle frente

- Hiccup - dijo ella con la voz estrangulada, demasiado abrumada por todo lo que estaba pasando, con demasiado miedo como para hablar en primer lugar

El castaño no sabía cómo comenzar, las palabras se le atoraban en la garganta y los conceptos eran un enredo en su cabeza, en su pecho sentía el ardor de un sin fin de emociones que convergían en un solo lugar, cada una más abrumadora que la anterior. Incapaz de pensar en nada más, Hiccup no pudo más que soltar lo que más resonaba en su interior.

- ¿Una hija? - por primera vez desde que la rubia había abierto la puerta pudo ver que en la mirada del otro solo había dolor, un indescriptible dolor - ¿Puedes explicar eso?

- Yo... - titubeó no muy segura de nada, aún ignorante de cuánto de lo que recordaba era cierto o una pesadilla - aún es confuso...

- ¿Confuso? Entonces ¿No es cierto? - preguntó pasando su mano por sus cabellos en un gesto de exasperación - ¿O es en serio, Astrid? ¿Dónde está ella ahora? - preguntó entre una mezcla de temor y furia, aún sin ser capaz de procesar como se sentía o lo que estaba sucediendo, aún así, a pesar de lo alterado que estaba, no elevó la voz

- ¡No lo sé! - exclamó ella en un susurro - ¡Todo es un caos! - enfatizó con sus manos abarcando todo el espacio, incluyendo a ella misma

- ¿Todo es un caos? - repitió - ¡Y seguirá siendo un caos! - exclamó él - ¡Cómo es que no sabes dónde está!

Y nada era igual que como fue con Estoico y Valka

- ¡Y donde estabas tu! - se defendió evidentemente ofendida - ¡Dónde estuviste todos estos años en que no estuve a tu lado! - agregó algo más alterada que instantes atrás

- ¡Buscándote, estuve todo este tiempo buscándote! ¿Tu, dónde estuviste todos estos años? ¿Estuviste aquí todo este tiempo? - le recriminó - ¿No volviste a Berk?

No había reconciliación, no estaba la confianza, se perdían la aceptación entre el miedo y la furia.

- ¡No lo entiendes, no es como crees! - se defendió

- Yo... No tengo tiempo para esto - suspiró agotado, pasando su palma por su rostro - tengo... Tengo que ir por Anna - se excusó antes de emprender marcha nuevamente

- ¿Eso es más importante que tú hija? - le reprochó a sus espaldas

- ¿Es en serio? - Hiccup giró sobre sus talones dándole frente nuevamente, acercándose con rapidez, la furia que antes estaba en su rostro se había disipado dejando el temor estar en él - Astrid ¿Es real? - preguntó en un sincero ruego

- No lo sé - murmuró - pero aunque no lo sea, si existe la posibilidad... ¿No deberíamos hacer lo que sea por ella?

Y aunque para Astrid el mundo ya había perdido su sentido y forma, dentro de ella solo había una persona que le daba seguridad.

Aunque ella sintiera que él pensara que era la culpable de todo

- Ven conmigo - le pidió Hiccup

- ¿Qué? - preguntó levantando la mirada

- No quiero dejar que desaparezcas una vez más - le respondió mientras tomaba su mano para guiarla por el camino hasta la torre entre un silencio abrumador



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En el texto hay: jack frost, frozen, elsa arendelle

Editado: 19.04.2025

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