El Secreto De Los Guardianes: El Encantador De Dragones

Capítulo XXXXIX - La creencia

Capítulo XXXXIX
La creencia

El portal se abrió en los cielos nublados de Dunbroch, el sol iluminaba a través del humo espeso con luz tenue, sin el brillo poderoso que traía consigo las tardes del reino, Hiccup lo atravesó sobre Chimuelo seguido por Astrid sobre Tormenta, luego el débil portal se cerró tan rápido como se había abierto llevándose consigo el brillo mágico del asombro.

- ¡Los guardianes deben estar por aquí aún! - exclamó Hiccup mientras apretaba sus dientes - ¡Estoy seguro! - dijo tratando de mantener las esperanzas tanto para Astrid como para si mismo

El furia nocturna y el Nadder sobrevolaron por el reino destruido buscando alguna señal de Sandman y los guardianes, como también buscaban algún indicio de la ubicación de los mellizos y los dragones que se habían quedado enfrentando a Grimmel cuando Hiccup volvió a Berk, pero el humo y la densidad no les permitía ver más allá del tenue brillo dorado que el guardián de los sueños soltaba en el centro de lo que fue un pequeño pueblo mientras defendía las tierras de las pesadillas.

- ¡Ahí está! - apuntó Hiccup, luego tan solo guardó silencio analizando la manera de llegar hasta el guardián

- ¡Tenemos que acercarnos a Sandman! - exclamó Astrid sin dejar de mirar a su alrededor, manteniendo la guardia - ¡No hay otra opción!

- Tks... - Hiccup chasqueó la lengua volviendo a apretar su mandíbula una vez más, su mirada se paseaba junto a la de Astrid buscando algún camino despejado por donde volar, pero todo era una pantalla borrosa y espesa hasta que un tenue brillo en la periferia, en los árboles al rededor, robó su atención - ¡Ahí! - apuntó con diligencia - ¡Es un portal! - intuyó rápidamente

- ¿Se están marchando? - susurró Astrid para si misma levantando su mirada hacia Hiccup, luego negó con un gesto buscando otra respuesta, lanzó una mirada hacia Sandman, quién seguía en Dunbroch combatiendo tras de ellos - se están dividiendo... - infirió finalmente

Una mirada cargada de palabras fue compartida por ambos, aunque ni una frase salió de sus labios. Hiccup asintió con un gesto de cabeza entendiendo la mudez de la rubia, mientras Chimuelo se desviaba junto a Tormenta hasta el origen de la suave luz, atravesando pequeñas estelas de pesadillas que se movían a toda velocidad hacia el lado contrario, acercándose al centro del reino donde Sandman parecía combatirlas.

Los árboles de alrededor del reino parecían quietos y frondosos, el aire salvaje del atardecer y el humo denso de la batalla apenas tocaba sus copas ocultando su interior, la luz del portal había aparecido de repente de entre sus troncos, fina y esporádica, oculta por la naturaleza y misterios del bosque o debilitada por la presencia de las pesadillas, una señal casi inexistente de quienes podían llevarlos hasta la hija de ambos.

- ¡Runa! - gritó Harris apenas vio a la vikinga descender sobre el nadder entre los árboles

- ¡Es Runa! - lo secundó Hubert pasando con dificultad entre la gente al frente junto con sus hermanos, haciendo una barrera junto con ellos

El ruido del aleteo de las alas de los dragones había advertido al pueblo sucumbiendo al pánico y al terror, varios de los hombres más jóvenes y fuertes habían pasado al frente, firmes y preparados ante el peligro a pesar de sus heridas y cansancio mientras los demás se ocultaban tras estos, pero entre ellos, hasta adelante los trillizos habían aparecido, reconociendo inmediatamente a la mujer que los había cuidado por años y deteniendo el actuar de sus hombres.

Los guerreros se miraron entre ellos esperando alguna señal, Mérida paso al frente junto a sus hermanos calmando los ánimos haciendo gestos con sus manos, sin usar ni una palabra y surtiendo el efecto deseado; lentamente los hombres bajaron sus armas y lanzas, aún atentos a cualquier movimiento extraño.

- Astrid, - la llamó la princesa llegando dónde esta, luego desvío su mirada hasta el castaño - Hiccup...

- Mérida, Harris, Hubert y Hamish, están todos bien - les sonrió con alivio Astrid bajando de Tormenta y corriendo hasta donde estos, envolviendo a la mayor en sus brazos como si no la hubiese visto por años

- También me alegra verlos bien, pero... - correspondió Mérida para luego alejarse con delicadeza y observarlos con detalle - ¿Qué fue lo que te paso? - inquirió horrorizada por las heridas y vendajes de la otra - Astrid ¿Estás bien?

Astrid se miró a sí misma por un instante tratando de encontrar el motivo del pánico de la princesa, desistiendo casi inmediatamente al recordar sus heridas y negando con un gesto de cabeza, no tenía tiempo para esas preguntas.

- Estoy bien, no es nada - respondió rápidamente, casi a trompicones

- ¿No es nada? - dijo irónicamente negando igual que como lo había hecho Astrid, luego chasqueó la lengua rendida - ¿Y cómo está Berk y los demás? ¿Y Zephyr?- inquirió con preocupación

- Berk está bien - respondió Astrid, luego titubeó volteando a ver a Hiccup con apremio sin saber que más decir o hacer, o incluso sentir

- Necesitamos a Norte o a Sandman - respondió Hiccup con voz seca, acercándose a ambas con expresión severa, Mérida lo observó rápidamente para luego desviar su mirada hasta la vikinga que permanecía igual de alterada que el otro - es Zephyr, madre naturaleza la tiene

Mérida ahogó un jadeó con sus manos, el horror surcó su mirada la cual volvió al castaño desmesuradamente, luego se posó de vuelta en Astrid quien llevaba consigo la desesperación en sus ojos, para después volver a mirar a Hiccup, quien lucía igual de preocupado que su esposa.

- ¿Se la llevó? - musitó acongojada - ¿Cómo?

- Aprovechó el ataque - respondió Astrid demasiado afectada para disimularlo



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En el texto hay: jack frost, frozen, elsa arendelle

Editado: 13.11.2025

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