El Secreto de Luka [saga Italianos # 4]

Capítulo 4

La rubia mira con aburrimiento la pantalla de su celular, luego recorre el elegante restaurante con la mirada, sus ojos se posan en el elegante hombre que está entrando, levanta la barbilla, lo ve caminar hacia ella.

—Iliana —ella se pone de pie y extiende los brazos.

—Sabía que estabas bien —él la abraza y luego se sienta, mira la taza de café que ella ha pedido para él, luego a ella.

—Lo estoy —Bruno Baruzzo había permanecido en silencio con su esposa e hijos por dos largos años, si no hubiera sido por la mujer que lo rescató a él y a su hija Salomé, estaría muerto —¿La policía me buscó? —ella lleva su mano a su elegante peinado, dibuja una sonrisa.

—Pensamos que nos habias abandonado, estábamos preocupados por ti, estuve investigando sobre tu paradero, pero creo el detective solo me saco dinero, nunca me dijo que estuviste secuestrado, hasta esta mañana que me llamaste.

Él sonríe, sabía que mentía

—Qué bueno saber que mi familia estuvo pendiente —llama a la camarera y le pide que se lleve el café y le traiga otro, no confiaba en su esposa.

—¿Porqué has pedido otro café? —ella lo mira con el ceño fruncido.

—Estaba helado —se encoge de hombros —¿Cómo están tus hijos? —él pregunta seriamente.

—Están bien —Bruno desvía la mirada hacia otro lado, lo único que le importaba a su familia era el dinero y el Imperio Baruzzo, jamás lo buscaron, suponía por los planes que tenía, que Salomé fuera quién dirigiera el Imperio —Me siento feliz de que vuelves a casa.

Él no dijo nada, bebió el café y observó a su esposa de vez en cuando, se mantenia conservada, su cabello rubio en un elegante peinado, no aparentaba que tenia cincuenta y algo de años, parecía más jóven.

—Debió ser terrible estos dos años.

Él no dijo nada, realmente, no lo fue, estuvo con su hija, su nieto, tenia piedras preciosas que había vendido, no quería alertar a su familia usando sus tarjetas, por eso decidió vender las piedras, hizo nuevos diseños y por supuesto los había vendido bien, solo que no bajo el nombre Baruzzo.

—Imagino lo viviste terrible, estar sola en casa, en la cama —sonríe, sabía que su mujer tenía un amante joven —No imagino lo terrible que debió ser para ti, éramos muy activos sexualmente.

Ella muerde su labio inferior, su esposo era guapo, mantenia su cuerpo bien trabajado, pero realmente estaba aburrida de estar con el mismo hombre, antes que él desapareciera había conocido a un joven en el gimnasio, le gustaba sentir la piel joven entre sus manos, él la poseía de una manera salvaje, eso le encantaba, no lo podía llevar a la casa por sus hijos, ellos pensaban que su padre los había abandonado, pero no aceptarían a un hombre joven como su padrastro.

Esta mañana que Bruno la llamó, palidecio, y tuvo que revelarles la verdad a sus hijos, una a medias que recién se había enterado que habían secuestrado a su padre y no los había abandonado, como creía, por supuesto que sabia que estaba secuestrado, llamaron pidiendo rescate una vez y luego no volvieron a llamar, no le importó si estaba muerto.

—Estaba sufriendo por ti —hace como si se estuviera secando lágrimas falsas —Pensé te habías marchado con la madre de esa hija que apareció hace dos años.

Bruno no evito sonreír, realmente su esposa era buena actriz.

—Mía, murió hace mucho tiempo —la mirada de la mujer se oscureció cuando él dijo el nombre —Volveré al frente de la empresa —la mujer parpadea —Me he inspirado y tengo nuevos diseños.

—Luciano y Fabrizzio están al frente, debes descansar.

—Ya lo hice por dos años —observa a su esposa —En todo caso el Imperio Baruzzo es mío, puedo hacer lo que desee con él.

La mujer rápidamente responde.

—Por supuesto querido, es solo que estos dos años debieron ser terribles para ti.

Él se pone de pie.

—Vamos —ella toma su bolso, ese día tenia cita con su amante, pero al parecer se cancelaba, eran dos años que su esposo no la tocó y para su molestia estaba segura que se apresuraba para llevarla a la cama.

Cuando iban saliendo del restaurante Bruno se detuvo ante un hombre alto, guapo y bien vestido, se veía que era de su misma clase.

—Señor Baruzzo —el hombre saluda con su voz fuerte, los ojos oscuros del hombre se posan en la mujer, ella sonríe, al ver que él la recorre de la cabeza a los pies.

—Señor Martini —estrecha su mano —Pensé ya no estaba en Italia.

—Preferí venir personalmente —ambos se vieron a los ojos.

—Me parece bien, puede llegar mañana a la oficina, y hablamos del diseño —Iliana se acerca a su esposo —Permitame presentarle a mi esposa, Iliana Baruzzo.

Él asiente.

—Un placer Señora Baruzzo —ella extiende la mano, pero él no la estrecha —Debo marcharme —Iliana molesta por la humillación, le devuelve una mirada de desdén, pero Lukas ni siquiera lo notó, se despidió de Bruno.

—Es un maleducado ¿Crees que tenga para pagar una de las joyas Baruzzo?

—Por supuesto, su fortuna es más grande que la nuestra.

Ella no responde, a su mente vino un recuerdo de un comentario de su hijo Luciano, de hace dos años.

—¿Ese hombre es el esposo de tu supuesta hija?

Bruno se gira y la mira de una manera que ella tuvo miedo, jamás la había visto de esa manera.

—Es su ex esposo ¿Te gustaría que pusieran en duda mi paternidad con tus hijos?

—¡Nadie se atrevería, Luciano y Fabrizzio son Baruzzo!

—Salomé también es Baruzzo, así que espero que no vuelvas a dudar que es mi hija.

Iliana apretó los dientes molesta.

****

Luka bebió un trago de su vodka, estaba en el hotel, sus ojos oscuros estaban fijos en el liquido.

—Estar aquí es un peligro —Dante se paseaba de punta a punta de la habitación —¿No podías hacerle un dibujito de los anillos que querías para simular tu matrimonio falso? ¡La Parka esta en Italia.!

Luka no dijo nada, siguió viendo el liquido.

—¿Sabes que creo? ¡Es una excusa para crear lazos con todo lo que tiene que ver con Salomé! ¡Él es su padre!




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