El Secreto de Luka [saga Italianos # 4]

Capítulo 6

Zinerva se mira en el espejo, era bonita, lo aceptaba, la enfermera había llamado a una de sus amigas que era peluquera y le había cortado las puntas del cabello, lo tenía largo, no sabia si siempre lo uso así, pero le gustaba, era negro, suponía que lo delgada que estaba era por los dos años que estuvo en cama, se veía demasiado delgada, la piel pálida por falta del sol.

—¿Te gusta? —pregunta la peluquera, le había hecho un fleco que enmarcaba su afilado rostro, los ojos se le veian grandes, brillantes.

—Si —pasa su mano por su mejilla —Parezco un fantasma con lo pálida que estoy.

La peluquera sonrió.

—Eres un fantasma muy bonito —la peluquera sintió tristeza al verla, demasiado delgada, pálida como una hoja de papel, y por lo que su amiga le contó, su esposo al parecer no sentía nada por ella, no la veía, así que ella se ofreció a hacerle un bonito corte de cabello, a pintarles las uñas de un tono rosa, la joven tenía largos dedos, su mano era elegante, su anillo de matrimonio, era precioso, lástima que así no era su relación, era bonita, solo que necesitaba recuperarse bien.

—Gracias —Zinerva sonrió, la peluquera sintió ternura ante ella, que se veía tan frágil —Creo tengo dinero en mi billetera —la peluquera sonríe.

—Hoy la casa invita, digamos que es una muestra de mi trabajo, si le ha gustado, me llamara por mis servicios —le entrega una tarjeta, Zinerva la toma, mira el nombre y sonríe.

—Se leer —levanta sus ojos grandes —Mi cerebro, no lo olvidó.

—Esas son buenas noticias —la joven lee el nombre impreso en letras doradas.

—Loretta, la estaré llamando —la mujer sonríe sinceramente.

—Espero su llamada —se despide de Zinerva, las joven sonrie, suspira y fija su mirada en el enorme ventanal, los árboles se mecian por el viento, se preguntó ¿como era su vida en el pasado? ¿Qué hacía todo el día? ¿Trabajaba o no hacia nada con su vida?.

—Señora Martini —el hombre guapo camina hacia ella —Soy Dante Martini —él sonríe y con cuidado como si temiera que ella se rompiera en mil pedazos tomó su mano —¿Cómo te sientes?

—¿Eres hermano de Luka?

—Si, se puede decir que soy el segundo —llevaba una bolsa en su mano —Luka me ha pedido que le compre un móvil —saca una caja y luego aquel aparato delgado, en color rosa —Le enseñaré como usarlo.

Zinerva era como un bebé, no sabia mucho de la vida ahora que había perdido la memoria, miro el aparato, no estaba segura si le gustaba el color rosa.

—¿Me gusta el rosa? —el hombre muestra una bonita sonrisa.

—Creo me dejé llevar porque dicen que a los mujeres les gusta el color rosa.

—Hay cosas por las que me doy cuenta que mi cerebro no olvido, como el leer, el hablar, despues de eso, he olvidado todo.

—Lo lamentó, debe ser horrible —Dante suspira —Te enseñaré a usar las redes, con el móvil puedes darte cuenta de las noticias y de todo lo que te perdiste en dos años.

—Gracias Señor Dante —su voz era suave, calida, él la observa, era una mujer preciosa, había visto una única foto que Luka tenía de la mujer que ella fue en el pasado, era una belleza oscura, en su mirada había dureza, debía serlo, era la mano derecha de la Parka, él la había criado como él, Zinerva en el pasado era una mujer dura, sospechaba que había asesinado, no era algo que se supiera, pero para estar con la Parka, debía ser igual o más despiadada que él, se estremeció cuando la vio en la foto, era preciosa, pero al verla ahora, indefensa, su mirada era suave, su voz delicada, daban ganas de protegerla siempre, honestamente deseaba que nunca recuperará la memoria, de esa forma tenía una nueva oportunidad en la vida, de ser otra mujer, Luka la había salvado, no podía dejarla morir, lastimosamente solo a ella pudo salvar, el lugar tenía una entrada en el suelo, era estrecho, pero pudo subir para ayudar cuando Salomé y su padre huyeron, antes de abrir la puerta camuflada, el suelo se estremeció, había una explosión, salió cuando ya no escucho más detonantes, ella estaba ahí, inconsciente, el fuego había llegado a una de sus piernas, se quitó la chaqueta y lo apago, la arrastro hacia la entrada, acababa de bajarla, cuando hubo otra explosión, una que fue más intensa, sintió el calor abrazador queriendo entrar al escondite, la tomó entre sus brazos y escapó con ella, la única sobreviviente.

—Es un placer ayudar a mi cuñada —él sonrió, se preguntó como se tomaría esta historia cuando recuperará la memoria, honestamente deseaba ponerse de rodillas y pedir que Zinerva nunca recuperé la memoria.

*****

Luka frunce el ceño, lee el mensaje que le envio el abogado, Salomé había preguntado si tenía su número de teléfono.

—Respóndele que no lo tiene —envía el mensaje, estaba de pie, frente al enorme ventanal de vidrio que tenía en su empresa, sus ojos se perdieron en el precioso cielo azul, le recordó la mirada de Salomé, frunce más el ceño, ella se había casado, ya no le pertenecía, era de Renzo.

Leyó el último mensaje del abogado.

—Es el número de ella, me ha pedido que se lo dé y que se ponga en contacto con ella —no responde, debía mantenerse alejado, apretó las manos volviéndolas un puño, ella era su debilidad, no podía ceder, no era de compartir, era celoso de naturaleza, le mataba el hecho de pensar que Renzo la poseía todas las noches... como él lo hizo muchas noches, cuando la llegaba a ver a su habitación, aún no entendía cómo ella actuaba en el día como si no pasara nada entre ellos por la noche, hasta que se hartó y se marchó, sospechaba que ella solo lo hacía para olvidar a Renzo.




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