—¿Qué pasó? —Dante estaba con el ceño fruncido, Luka se sienta y abre una de las carpetas que había sobre su escritorio —Me llamaste cariño.
—Tenia un almuerzo para ofrecer las piedras preciosas, me encontré con Salomé.
—¿Les gustó las piedras? —Luka asiente.
—Deseaban saber donde tengo la mina de piedras preciosas.
—¿Cuánto te ofrecieron por la mina?
—No importa cuanto ofrecen, nunca venderé el pueblo.
—Lo sé, menos mal que no saben que el pueblo está asentado sobre piedras preciosas —Dante observa a Luka —¿Fuiste a ese restaurante porque sabías que Salomé llegaría?
—No —deja la pluma en el escritorio, para pasar su mano por su cabello —Está vez no busque a verla, creo de tanto frecuentar los lugares que más le gustan a Salomé, los volví míos, hoy no la quería ver.
—¿Porqué no la querías ver?
Él guarda silencio por un momento, sus ojos se posaron en la foto que aún descansaba en su escritorio, la de Salomé.
—Insiste en que quiere saber porqué rompi el matrimonio, no tiene caso hablar de ese tema, es pasado —suspira —La deje libre para que fuera feliz con Renzo.
—¿Y si no es feliz? —Luka rápidamente mira a Dante —Aunque puede ser algo poco común, hay personas que aman a dos personas a la vez.
Luka frunce el ceño.
—Espero no sea el caso, la he dejado libre para que sea feliz, que no corra peligro, que viva una vida plena con Renzo.
—Han pasado dos años desde que la dejaste ir, pero ella no se quiere marchar, tampoco suelta a Renzo, lo único que se me ocurre es que los ame a los dos, ella no te conoce, contigo es todo o nada, jamás aceptarías compartir el corazón de ella con Renzo
—¿Mamá salió a caminar?
—Si —Dante sonríe —Ella estaba dispuesta a ayudar a que Zinerva mejore, creo por humanidad, pero al pasar más tiempo con ella, me doy cuenta que ya le está teniendo cariño.
Luka no dijo nada, se puso de pie y camino hacia la Ventana de su oficina, las pudo ver en el jardín, Zinerva se veía más recuperada, el médico se había quejado que ningún platillo que había indicado que comiera la joven se le había preparado, solo lo que preparaba la Señora Martini mayor.
—¿Porqué no te das una oportunidad con Zinerva? Todos tenemos un pasado, lo que ella hizo quedó atrás, hoy es diferente a la mujer de la foto que me mostraste, su mirada es dulce.
—¿Crees que nunca intenté dejar de amar a Salomé? Los años que estuve fuera forjando mi camino, conocí buenas mujeres que intentaron conquistarme, hubo un tiempo que me dije que Salomé debía tener una vida, ni siquiera se debía acordar de mí, salí con ellas, pero ninguna pudo lograr arrancar el amor que sentía por Salomé, no quiero lastimar a Zinerva, que ella se enamore y yo no pueda corresponderle.
—¿Piensas volver con Salomé?
—No, ella ama a Renzo, solamente a él, aunque creas lo contrario.
—Inténtalo con Zinerva —suspira —Aunque si recupera la memoria, ella ya te amaría y no creo se marché.
Luka guardó silencio.
—Tienes derecho a hacer una familia, tener hijos.
—Dante es complicado —no deja de mirar a las dos mujeres que están riéndose, Zinerva se veía llena de vida —Cuando la conocí la habían rinconado unos matones, de algún enemigo de la Parka, habían peleado, los hombres estaban golpeados y ella también, al darse cuenta que ella los derrotaria a golpes, el líder sacó un arma, ella estaba sola, arrinconada, el hombre le gritaba que ese sería su último día de vida, que le habían pagado unas cuantas monedas para acabar con su vida, su fanfarroneo, me dio la oportunidad de sacar mi arma, le disparé en la mano, el arma cayó —suspira — Ella la tomó, era ella o ellos, no dudo en disparar.
—Es su pasado, ella ya no es la mujer que disparó el arma.
—Lo sé, ella quedó agradecida por que la salvé, pero la empecé a ver como una hermana.
—No es tu hermana y lo sabes, llévala a la cama para que te des cuenta que es una mujer.
Luka vuelve a su lugar, Dante lo observaba esperando una respuesta.
—¿Qué harás?
—Revisar los contratos que has redactado —Dante había seguido a Luka fuera de Italia, Vicenzo se había quedado en Italia, en el pueblito, siendo ahora el Director de la Fábrica y el que protegía al pueblo en nombre de Luka, los extraños no podían saber que era un yacimiento de piedras preciosas, Luka había pagado una fortuna a cada residente, unos se habían marchado dejando sus casas para siempre, otros seguían viviendo su vida normal.
—Debo decirte algo importante —Dante se pone de pie y camina hasta la puerta.
—¿Qué pasa?
—Te quiero, eres mi hermano mayor, y todo lo que hago es por tu bien.
—¿Qué hiciste? —Luka se pone de pie, Dante abre la puerta.
—Tu matrimonio con Zinerva, ya no es falso, tome el acta y la lleve al ayuntamiento, inscribí tu matrimonio en el registro, legalmente, Zinerva es tu esposa —cerrando la puerta después que salio huyendo.
Editado: 07.03.2025