El portal de energía seguía flotando sobre el campo, pulsando con una luz que mezclaba azul y dorado. Alexandra permanecía de pie, con Kael a su lado, mientras la bruma del amanecer parecía moverse a su ritmo.
—Hoy enfrentarás la primera prueba —dijo Kael—. No es una lucha contra enemigos, sino contra ti misma y la fuerza que une tu alma con la de tu hermana.
Alexandra asintió, el miedo y la determinación mezclados en su pecho. Extendió las manos y cerró los ojos. De inmediato, el Símbolo del Recuerdo brilló más fuerte, enviando ondas de energía que hicieron temblar la tierra.
En la distancia, Mikeyla caminaba entre árboles quemados, con el Símbolo del Olvido pulsando sobre su pecho. No podía ver a Alexandra, pero sentía la fuerza que se expandía hacia ella, como un latido que resonaba en su interior. Su corazón palpitaba con miedo y curiosidad.
—Concéntrate —susurró Kael—. Siente a tu hermana, pero no dejes que su energía te domine. Tú debes controlar el vínculo, no al revés.
Alexandra respiró hondo y permitió que el pulso azul y dorado entrara en ella. Primero vino el dolor: recuerdos confusos, imágenes de su infancia compartida, risas y lágrimas mezcladas con la sensación de abandono de la batalla reciente. Luego vino la claridad: un hilo de luz la conectaba con Mikeyla, fuerte pero flexible, un puente que podía sostener… si lo guiaba con su voluntad.
Un grito resonó a lo lejos: Mikeyla, sin querer, había liberado una onda de energía que amenazaba con romper el vínculo. Alexandra sintió el tirón y casi cayó de rodillas, pero Kael la sostuvo con firmeza.
—No lo sientas como miedo, sino como prueba —dijo—. Solo controlando tus emociones dominarás el poder que los une.
Alexandra cerró los ojos y habló con voz firme:
—Mikeyla… te siento. Estoy aquí. Te mantendré segura.
El aire se calmó. La luz dorada y azul se entrelazó, formando un arco de energía que conectaba ambos mundos. Por un instante, Alexandra y Mikeyla compartieron un suspiro, una sensación de que estaban juntas incluso estando separadas.
Kael sonrió, pero con gravedad:
—Lo has hecho bien, pero esto es solo el comienzo. La verdadera prueba llegará cuando la voluntad de Mikeyla choque con la tuya. Entonces, My Crux decidirá el destino de todo.
El portal brilló una vez más antes de desvanecerse lentamente. Alexandra respiró hondo, sintiendo por primera vez que podía sostener el poder del tercer vínculo. Pero al mismo tiempo, un presentimiento oscuro se asentó en su pecho: la batalla real estaba por comenzar.
Editado: 13.11.2025