El secreto de mikrax

Escena 18-Sombras bajo juramento

El silencio tras la explosión fue breve. Luego, un rugido recorrió la tierra. Desde las grietas del suelo, el ejército oscuro de Mikeyla emergió una vez más: soldados de sombra, con armaduras fracturadas y ojos encendidos como brasas.
No obedecían a nadie. Su juramento estaba roto… y su alma dividida entre la luz de su antigua reina y el llamado del eco oscuro.

Alexandra se incorporó entre los restos del campo, la espada ardiendo con un fuego que apenas podía controlar. A su lado, Kael luchaba por mantener el vínculo activo, el medallón temblando como si latiera con vida propia.

—No la siento —dijo Alexandra con la voz quebrada—. Su energía está… dividida.
—Mikeyla está viva —respondió Kael, apretando los dientes—, pero no aquí. Está atrapada en el plano del eco.

Mientras tanto, en ese otro plano, Mikeyla despertó en un paisaje que era el reflejo distorsionado de su propio poder: cielos rasgados por relámpagos carmesí, montañas flotando sobre ríos de sombra. Frente a ella, el Eco Oscuro la esperaba, con su misma forma… pero con ojos de fuego negro.

—Ellos luchan por ti —susurró la entidad—, pero no entienden que yo soy tú. Sin mí, jamás podrás dominar lo que eres.
—No necesito dominar la oscuridad —respondió Mikeyla, alzando la mano—. Solo necesito recordarte quién manda.

El suelo tembló cuando su poder estalló. Parte del ejército oscuro, en el mundo real, se detuvo de repente, como si escucharan su voz en sus mentes. Alexandra lo notó.
—¡Está peleando desde dentro! —gritó.
Kael asintió. —Entonces debemos abrirle el paso.

Juntos invocaron el símbolo del vínculo, que comenzó a arder sobre el campo, formando un círculo de luz en medio del caos. Cada alma del ejército que aún recordaba su lealtad empezó a girar alrededor de ellos, protegiéndolos de las sombras rebeldes.

Dentro del plano oscuro, Mikeyla se enfrentó cara a cara con su reflejo.
—No me niegues —le dijo el eco—. Soy tu fuerza cuando todo lo demás se rompe.
—Y yo soy tu límite —susurró Mikeyla.

Sus manos se encontraron. Luz y oscuridad se mezclaron. Y el grito que surgió de ambas rompió la frontera entre los dos mundos.



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En el texto hay: fantasia, accion, ficion

Editado: 13.11.2025

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