El secreto de mikrax

Escena 26-Sombras y Destellos

El mundo estaba dividido.
En un extremo, la oscuridad seguía expandiéndose, devorando los cielos con un manto carmesí. En el otro, la luz trataba de sostener lo poco que quedaba del equilibrio. Pero ambos bandos sabían que pronto habría un único amanecer… o un único final.

**—No hay tiempo —**dijo Kael, su voz firme mientras observaba el campo de entrenamiento—. Cada minuto que dudamos, ella gana terreno.
Alexandra lo miró sin responder. Sus manos, envueltas en un brillo dorado, temblaban ligeramente. No por miedo, sino por el peso del destino que cargaba.

A su alrededor, hombres y mujeres con habilidades extraordinarias entrenaban sin descanso:
una mujer que podía invocar fuego con solo un suspiro, un joven con el poder de sanar con la mirada, y un anciano que movía la tierra con la fuerza de su espíritu. Todos reunidos por Alexandra, todos creyendo en una esperanza que cada día parecía más frágil.

**—¿Y si ya no hay nada que salvar? —**murmuró ella.
Kael dio un paso hacia ella.
—Entonces lo crearemos de nuevo. Pero no dejaremos que ella decida el final.

Mientras tanto, en la cúspide de las montañas del Norte, Mikeyla observaba el mismo horizonte, pero desde el otro lado del abismo. Su ejército de sombras marchaba como una sola alma, sin rostros, sin dudas.
Sus ojos, ahora completamente negros, reflejaban una calma peligrosa.

**—La luz aún resiste —**susurró una de las sombras, arrodillándose ante ella.
**—Entonces aún no han entendido —respondió Mikeyla, levantando la mano. De sus dedos surgió una línea de fuego oscuro que cruzó el cielo como una grieta en el universo—. No hay luz sin oscuridad… pero pronto, no quedará espacio para ambas.

El fuego consumió el valle frente a ella.
Las sombras vitorearon su nombre.
Y en ese instante, un eco de dolor atravesó el corazón de Alexandra, como si el alma de su hermana aún intentara hablarle.

—Mikeyla… susurró, cayendo de rodillas.
Kael corrió a sostenerla.
—¿Qué pasa?
—Ella… la sentí. Pero no era odio… era… vacío.

Kael cerró los ojos.
—Entonces aún hay un fragmento dentro de ella. Pero si no lo controlamos pronto… ese fragmento nos destruirá a todos.

El viento rugió. Las luces del campo de entrenamiento parpadearon.
Y en algún lugar entre la luz y la sombra… una voz susurró en ambos oídos al mismo tiempo:

“El final ya comenzó.”



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En el texto hay: fantasia, accion, ficion

Editado: 13.11.2025

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