El secreto de su voz

SENTIMIENTOS SIMILARES

 

SENTIMIENTOS SIMILARES

(Presente)

 

 

Seguimos sentadas en la banca del patio. Yo he dejado de hablar y ella parece contemplar el lugar. En algunos momentos me hace sentir muy cómoda mientras hablo. A escasos metros de nosotras una mujer camina a nuestro encuentro.

—Es hora del almuerzo, y quiero saber si la joven o usted tomarán el descanso —anuncia la señora muy amablemente y yo cruzo la mirada con la psiquiatra.

— ¿Te gustaría almorzar conmigo?— Me pregunta y yo asiento.

Nos colocamos de pie y caminamos hasta el comedor.

Al llegar ella toma su bandeja y se sienta frente a mí como si fuera una más en este lugar. Toma su jugo y bebe un sorbo, yo por alguna extraña razón siento un poco de timidez.

—Nunca me ha gustado comer sola —comenta mientras prepara sus cubiertos. —No tengas pena, ¡Vamos, come! Sé que tienes hambre.

Ella no se equivoca, no había querido comer bien durante estos últimos días y siento que muero de hambre. Tomo el cubierto e inicio comiendo el arroz.

—A mí tampoco me gusta comer sola, pero a veces no tenía opción— le digo encogidamente.

—No debió ser fácil para ti los primeros días de duelo. Los primeros meses son los que cuesta procesar o superar. —Yo presto atención a sus palabras mientras bebo un poco de mi jugo— No todas las personas poseen la capacidad para ser resilientes, no siempre parece ser un proceso natural. —Ella me mira directamente a los ojos, y luego habla— ¿Por qué aseguras que entiendes a Jessie?—Escucho aquella pregunta y agacho la mirada.

‹‹Qué debo responder, por qué se me es tan difícil decirlo››.

—Creo que es porque también… también soy una adolescente con problemas de comunicación —lanzo una risa fingida. Ella me observa y puedo asegurar que no se lo ha creído.

—Si todo converge en el secuestrado X, ¿por qué no comenzaste por él?

—No sabía de quién se trataba y hasta entonces las pistas no revelaban mayor información.

—Me gustaría saber más sobre la escuela. Cuéntame un poco de cómo eran tus días ahí. —Su petición evita que me coma otro bocado.

—Antes de que comenzaran a llegar las cosas de Sebastián, eran un poco frustrantes. Llegaba a la escuela y entraba puntualmente a todas mis clases, aunque no prestara atención. Comía en un árbol cerca de la cancha de futbol a la hora del almuerzo, pues anteriormente cuando me sentaba en el comedor, debía soportar las burlas de las chicas o las insinuaciones grotescas de los chicos. Todos me conocían como la masajista, la zorra, pero increíblemente no me comportaba como una.  ¿Se puede imaginar lo que se siente ser rechazada, humillada y todo a causa de una mentira muy mal intencionada? Si es así, imagine cuanto tuve que aguantar… creo que todo fue un poco distinto cuando apareció Mat y todo ese juego de Sebastián. Indirectamente él me había dado un amigo, y ya no me sentía tan sola. De hecho, comencé a ir más animada a clase, a excepción de algunos días. Todavía no sé si mi vida cambió para bien o para mal.

— ¿Por qué no decirle a alguien lo que estabas viviendo?

—Nadie me creería, mi reputación era más fuerte que yo… Tal vez por eso entiendo a Jessie. Si ella hubiera dicho la verdad, nadie le habría creído.

— ¿Nadie le hubiera creído? Cómo así... ¿Quién era TAY9013?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.