EL VESTIDO LILA
(Memoria del pasado)
Llegué corriendo a la cabaña, Sebastián estaba sentado cerca de la ventana. Sus ojos brillaban y su cabello se veía increíblemente perfecto. Llevaba puesto un traje formal de color gris, con una hermosa corbata color morado haciendo juego, hacía que todo él se viera perfecto. Se levantó con cuidado y me miró llegar, yo llevaba puesto una chaqueta de cuero negra, un jeans rasgado, unos tenis negros muy viejos, y mi cabello agarrado a una coleta de caballo. Coloqué mi morral a un lado y contemplé cómo él se iba acercando a mí. Tenía esa sonrisa tan reluciente que sentía que caería desmallada ante sus encantos, pero sencillamente se plantó frente a mí y arregló el mechón suelto de mi cabello, lo colocó detrás de mi oreja; pude notar que mis manos comenzaron a sudar, él sonrió al notar ese detalle al igual que yo.
—Te traje algo—anunció y caminó hasta el mueble. Agarró una caja de regalo con un hermoso lazo lila—, es para ti, tienes diez minutos para ponértelo. Encontrarás todo en la habitación.
Me hizo señas para que me fuera a la habitación mientras tal parecía quedarse en el mueble sentado. Al entrar a la habitación creí que seguiría vacía, pero mi sorpresa, fue encontrar unos hermosas zapatillas plateadas con brillantes en la puntas, no eran tan altas, y al lado de ellas encontré una peineta plateada en forma de mariposa. Sonreí al ver todo eso. Así que me dispuse abrir la caja aun sabiendo de qué trataba. Al contemplar el contenido, vi un hermoso vestido lila, Sebastián parecía conocer mis gustos. Era perfecto, tres dedos más arriba de la rodilla, hacía notar mi cintura y tenía una preciosa cadena de plata, con pequeños diamantes. No sabía si llorar, gritar o reír. Solo me apresuré a vestirme. Me coloqué el vestido con cuidado, aunque no alcancé del todo a cerrarme bien cremallera de la espalda. Me calcé las zapatillas y solté mi cabello, tomé la peineta y la puse del lado izquierdo de mi cabello. Me miré en el pequeño espejo que tenía en mi morral, tomé una bocanada de aire antes de salir. Casi caigo, y entonces me di cuenta de lo nerviosa que estaba.
Caminé hasta la pequeña sala y mis ojos se abrieron de la impresión al notar todo lo que había hecho. Los muebles estaban a un lado del lugar, colocó luces alrededor, para cuando llegué, él estaba de espaldas a mí. Había un ramo de flores en la mesa del fondo y una linda melodía sonando.
— ¡Hola, tú!—hablé para hacerlo voltear— ¿Qué es todo esto?—Di una mirada alrededor del lugar
—Te ves hermosa… —Al decir eso sonrió y yo no pude evitar sonreír—No querías ir al baile, así que yo tampoco quise ir. Pero luego pensé: ¿Cuándo será la siguiente vez que tenga un baile con mi mejor amiga? Así que aquí estamos, no es la escuela pero es nuestro lugar... —señaló el interior de la cabaña con sus manos, luego se las metió en su bolsillo—Además ya había comprado el traje y no quería dejar de usarlo, me veo extremadamente guapo.
››La música se la pedí a Dani, es el Dj del baile, así que será muy igual a la escuela… También me di cuenta que no quería otra compañía en ese baile más que la tuya… Así que ven aquí y dame un abrazo. —Caminé hasta él y lo abracé—Lamentó que no pueda lucir en ese baile a la chica más hermosa del mundo, muchos estarían celosos y yo me sentiría un triunfador. Me siento afortunado de ser el que se quede con la chica —susurró a mi oído y con cuidado terminó de subir el cierre de mi vestido.
Bailamos aquella noche y hablamos hasta la madrugada, nunca me había sentido tan bien, él tomó mi mano y la entrelazó con la suya, arregló un poco mi cabello, y me sonrió.