Argos está mordiendo mi mano para que despierte. Levanto mi brazo y me giró.
— Es hora de ir a la escuela - dice mamá recargada en mi puerta.
— Lo sé, pero es muy temprano para privarme del deseo de vivir.
— El estudio es vivir.
Me rio de aquel comentario.
— Buenos días mi niña.
— Buenos días mamá.
— Voy a hacer el desayuno, baja cuando estés lista.
Asiento. Ya tengo todo listo para ir a la escuela, solo entro a la ducha y salgo muy feliz y emocionada. En cualquier momento Lía me marcara diciendo que se le hizo tarde en su primer día de clases. Soy muy indecisa en lo que voy a vestir, normalmente la gente tiene un estilo. Solía creer que las personas tienen una esencia que los hace especial, cómo un lienzo pintado con óleo, en dónde talvez solo eres una hoja o quizá un gran árbol, pero complementas la vida. Después de qué papá murió creó que mi esencia es transparente hasta que se demuestre lo contrario. Bajo las escaleras con mis cosas en el hombro.
— Mamá, creó que ya no voy a comer.
— No señorita, desayuna y después te paso a dejar a la escuela.
— ¿Tú me irás a dejar? — pregunto con una sonrisa en los labios —. No haces eso desde que era pequeña.
— Tú te creías niña grande.
Me reí.
Mi celular suena con una llamada de Lía.
— Hola.
— ¡Mujer! Se me hizo tarde.
— Pasamos por ti en 5 minutos — me rio por lo bajo.
— Gracias, las amo.
Termino de desayunar y vuelvo a subir a mí habitación para despedirme de Argos. Mamá está gritando como loca que nos tenemos que ir. Subo al auto. Y Argos está detrás de la puerta llorando.
— Pasaremos por Lía ¿Cierto?
— Sí.
Llegamos a la casa de Lía y ella sale dando grandes saltos para poder llegar rápido.
— Buenos días señora Jaxón.
— Buen día cariño — responde mi mamá.
— Tienes estilo de chica mala — pronuncia con diversión —. Me gusta Or.
— Tú te ves muy linda como siempre.
Lleva un conjunto que hace resaltar sus ojos y el cabello rizado la hace lucir muy atractiva y esa tez morena que derrite a cualquiera.
***
Entramos a la escuela, caras conocidas como siempre, excepto por Jaxón que es el chico que recién se mudó.
— ¿Quién se muda a Winesburg? — pregunta Lía recargada en su casillero —. No es que este mal, pero la gente está loca.
— Empezando por una qué cree
en brujas, asesinos, y muertes misteriosas.
Lía me da una mala mirada y yo no puedo controlar mi risa.
— Lo bueno, es qué hoy tenemos la primera clase juntas.
— En realidad estamos juntas en casi todas las clases, excepto porque tú tomaste microbiología avanzada — responde ante mi comentario bobo.
Caminamos hacía el salón donde se supone nos toca, antes de entrar Jaxón nos sonríe y yo soy la única que le devuelvo el gesto.
— Disculpen señoritas ¿Saben dónde está el aula 19?
— Ahí — responde Lía señalando el aula frente a nosotros.
— Gracias, tengan lindo día.
Asiento y en cuanto se va Lía se pone a pelear con ella misma.
— Me cae tan mal, es tan...
— ¿Tan?
— No sé, es tan educado, viene con su cara linda y su acento extraño.
— Lía Weger ¿Acaso te gusta Jaxón?
— No digas tonterías, mejor hay que entrar.
Me divierte la cara de indignación que tiene Lía justo ahora.
Nos sentamos en la tercera mesa. El profesor ya está en su escritorio y su nombre está en el pizarrón cómo si no lo conociéramos. La alarma para la primera clase suena y el señor Beer cierra la puerta.
— Jóvenes ya me conocen, esta clase es de psicología, o eso dice el, con el señor Beer las clases nunca son de lo que se tratan.
Muchos comienzan a hablar sobre el profesor.
— Creí que está asignatura era de biología.
— Pues creyó mal, y si no le gusta puede salirse.
Todos nos quedamos en completo silencio. El señor Beer solía amenazar demasiado, pero hacía muy poco.
— Para está clase, necesitamos conocernos.
— Ya nos conocemos — susurra Lía a mí lado. Me rio por lo bajo.
— Señorita Jaxón, señorita Weger ¿Qué es la psicología?
— Es... La ciencia que estudia los procesos mentales — digo dudosa.
— Sí, los procesos mentales y el comportamiento del ser humano — continúa Lía con una seguridad impresionante.