El secreto del Alfa

Capítulo VII: ¿Consejo o manipulación?

Capítulo VII

–tú debes ser la pequeña Aurora–dijo la desconocida. – Me llamo Rowina, la última vez que te vi tenías cinco años.

Rowina vestía un vestido negro que le llegaba a la pantorrilla, su cabello negro estaba peinado en un elegante recogido, sus ojos morados me examinaban a detalle y sus labios rojos tenían una sonrisa.

¿Qué labial usara?

 –Hola– murmure incomoda.

–Cómo iba diciendo antes de que Aurora llegara– Rowina se dirige a todo pero pone especial atención en Richard– Cachorro te explique que la única forma de que Aurora recuperara sus recuerdos era solo poderío de ella.

–Mencionaste que habría otra forma. – Responde Richard fastidiado, supongo que no le gusto que le dijera cachorro. – es imperativo que obtenga sus recuerdos.

–veré que puedo hacer. – la bruja se acerca a mí y posiciona su mano derecha en mi frente. –Parece que algo le impide a su mente que libere esos recuerdos.

– ¿Qué quieres decir? – habla por primera vez Fred, mi supuesto padre. – ¿Qué podemos hacer?

–Nada– responde Rowina alejándose de mi –No podemos hacer nada, todo depende de Aurora.

–Eso quiere decir que si no recupera sus recuerdos no podrá manifestarse– explico Louisa preocupada– y por tanto no podrá reconocer al Alfa como su mate.

–Upsi– murmuro con algo de burla– que mala suerte, bueno si eso es todo quisiera volver a mi habitación o en su defecto al mundo humano.

Yo sé que está en mí poder recuperar mis recuerdos, llevo un día aquí y me siento como si ya hubiera estado aquí, creo que pertenezco aquí, pero la bienvenida no fue muy calurosa y justo ahora lo único que quiero es estar con mis padres, mis amigos. Porque justo ahora estaría nerviosa por mi examen final de historia pero ahora tengo que preocuparme por esos recuerdos, que en lo personal no quiero recuperar.

–Ven conmigo Aurora– dice Rowina con una sonrisa– Acompáñame a la puerta.

Me agarra de mi brazo y no me queda de otra más que seguirla.

–No he querido mencionar nada delante de tu mate– dice cuando llegamos a la entrada– Sé que no quieres recordar, al menos es lo que piensas ahora, quieres escapar a la burbuja donde enviamos, pero no se puede. Tienes que asumir tu destino, porque no solo eres tú, es todo Cuxem y lo que lo rodea, además de que estas afectando a tu familia.

–Yo, no sé qué decir…

 –solo piénsalo y haz lo correcto.

La bruja se va desvaneciendo con la neblina hasta ya no poder verla, lo único que pienso es que creo que su consejo” fue un intento de manipulación, porque creo que yo no tengo que hacer lo correcto sino lo que yo quiero. La gente de aquí esperaba que llegara la misma niña que se fue, pero no es así, supongo que soy otra y creo que se han decepcionado o no lo sé.

Voy caminado hacia la habitación cuando decido detener a Erika, la chica del servicio.

–Disculpa Erika, ¿sabes dónde está la habitación de Sara? – pregunto amablemente.

–Es más fácil que la lleve, así no se pierde.

–Gracias.

–Y ciento mucho lo que dije en la cocina– dijo apenada.

–No te preocupes, a mí también me gusta el chisme– digo riendo– Si algún día te enteras de un chisme no dudes en decírmelo.

–como desee.

Una vez que llegamos, toco la puerta al mismo tiempo que Erika se va. Me abre un sorprendida Sara que de inmediato me hace pasar y simplemente tengo la boca abierta su habitación es hermosa, como si la hubiera sacado de una imagen de Pinterest.

La habitación es blanca, toda su decoración es rosa palo con toques de grises, tiene dos ventanas y tiene una parte con fotos de sus amigos.

–wow– exclamo adentrándome más a su habitación– es hermosa, comienzo a tener celos.

–No los tengas– responde con una sonrisa amarga dejándose caer en la cama y yo me senté a su lado– Estuve viniendo dos meses para el verano y un mes en el invierno, el resto del año estaba en el internado, este es mi primer año completo aquí.

–Vaya– dije decepcionada– ¿Cuánto duraste en el internado?

–Me enviaron cuando tenía siete–dice con nostalgia– se supone que debí haber salido hace años pero me quede a dar clases.

–debió ser difícil ser una niña y que te enviaran lejos.

–Hicieron lo mismo contigo, solo que no recuerdas. – dijo sonriendo– pero te vas acostumbrando, mi padre quiso que te llevaran al mismo internado pero Richard ni tus padres quisieron, aunque eventualmente no les quedo de otra más que mandarte con los humanos.

–que desastre.

–Sí, mi padre es un hombre difícil, pero te trata así por ser foránea, él no quería que te enviaran con Edward pero las decisiones ya no las tomaba él.

–hubiera sido más fácil que me quedara.




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