El secreto del Alfa

Capítulo XIV: El baile

Todo mi día estuvo tranquilo, asistí a mis clases con Sara, me divertí haciéndole preguntas raras a Suzie y por ultimo tuve mi última clase de baile con Miss Charlotte aunque mi víctima de hoy fue mi padre, la verdad no estuvo tan mal, digo prefiero bailar con Richard pero Fred es tranquilo y me tiene paciencia, además de es mejor maestro que Charlotte.

Me dirigía a mi habitación para comenzar a arreglarme ya que Sara me había dicho que consiguió unas mascarillas maravillosas que hacen milagros con tu piel, lo cual yo no lo creo pero es mi cuñada al parecer sí. El chiste es que en el camino me encontré a Liam.

–Hola prima– este man, no me cae simplemente no lo soporto– ¿lista para tu presentación? Un pajarito me comento que no sabes bailar bien.

–Me parece que eso no te incumbe primo. – trate de pasar de él pero me sostuvo por un brazo. – ¿deseas algo más?

– ¿Sabes el ultimo chisme de los vampiros?

–ilumíname.

–Dicen que Richard tiene una puta– dijo para después soltar una carcajada, quería ahórcalo, sería demasiado fácil– Creo que se refieren a ti.

– ¡ardilla! – grito Milo con una sonrisa saliendo de una puerta que no sé a dónde va– No sabía que habías llegado.

Ardilla

Ardilla

La ardilla sabe más de que lo que dice.

¿Cómo no lo pensé antes? Liam debe saber algo más que mis padres, por ahora no le preguntare nada, quizás otro día, cuando Henry me haya entregado la mochila, porque solo se hace pato.

–Puedo ser el futuro Alfa de Cuxem así que dirígete hacia mí con más respeto, Milo–respondió Liam con enojo y soberbia. – Ni siquiera sé porque pierdo el tiempo con ustedes.

Cariño– lo llame con fingida dulzura–nunca serás Alfa de Cuxem, en cualquier momento puedo darle un hijo a Richard y tu oportunidad se ira al carajo.

Obviamente no espero tener hijos… todavía soy joven, muy apenas me puedo cuidar a mí misma.

–Ya la has escuchado ardilla– dijo Milo después de una carcajada– Nos vemos en el baile.

Milo engancha su brazo al mío y nos vamos al cuarto de Sara.

–Qué persona tan desagradable–dije sin pensar– Lo siento, sé que es tu familia y…

–Es un traicionero de le peor– Milo se notaba enojado, sus ojos habían cambiado a un color amarrillo y trataba de controlarse– En el consejo habla pestes de Richard, quiere que lo pongan de Alfa.

–Eso no va a pasar.

–No y pronto habrá elecciones del consejo– dijo Milo feliz– Y creo que esta vez sí habrá competencia para la ardilla.

–Sara, espero que esto funcione– dijo Milo untándose una mezcla amarillo pollo en la cara.

Nos encontrábamos Henry, Milo, Sara y yo en la habitación de Sara, untándonos mascarillas, si como escucharon, yo llevaba una mascarilla negra de carbón, disque para puntos negros. Por otro lado Henry tenía una negra pero con brillos, Sara tenía una verde, parecía de aguacate.

Tengo hambre.

–Tu piel quedara reluciente–prometió Sara– Serás el lobo más guapo, Milo.

–El que es guapo, es guapo–respondió el castaño con arrogancia.

–Yo soy más guapo. – Peleo Henry– este cabello pelirrojo atrae a las chicas.

– ¡Henry! – grito enojada Sara.

–No te preocupes, tú me traes loco– dijo Henry con coquetería.

–no es justo que mi mejor amigo sea mate de mi hermanita. – Hablo Milo asqueado– soy el único soltero aquí.

–No te olvides de Jeremy–respondí con una sonrisa– serán los solteros más codiciados.

La conversación tomo un rumbo de quienes serían los invitados, hablaron de algunas compañeras del internado de Sara y de amigos de Henry y Milo y como yo no los conocía me quede callada, pensando en cómo abordar el tema de Erick con la ardilla.

–Que opinan si después del baile, seguimos con nuestra propia fiesta– propuso Henry haciendo una ademan con su manos y sonriendo con malicia– podemos robar unas botellas y unas botanas, dice Erika y Tomas que siempre sobran.

–Me apunto– dijo Sara y Milo hablando al unísono.

– ¿te anotas, hermana? – Me pregunto Henry, tal vez si invito a la ardilla y lo pongo borracho suelte la sopa– Podemos invitar a Richard.

–Necesitaría pensarlo– dije con duda, pero ya estaba haciendo mi plan internamente– no quiero tener problemas con Richard.

–Ya es hora de que nos quitemos esto– dijo Sara con entusiasmo– Aurora ¿Por qué no llevas a Henry a tu habitación a que se lave?

 

Nos vamos a mi habitación y después se quitarnos las mascarillas, decido enfrentarlo porque la curiosidad de los objetos en la mochila me tiene sin pegar ojo en la noche, necesito saber su contenido.

– ¿Cuándo me darás la mochila? – le pregunte antes de saliera del cuarto–Necesito ver que hay ahí adentro.




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