El secreto del Alfa

Capítulo XX: El inicio de los problemas

Me encontraba en la biblioteca y frente a mi estaba el libro de hechizos, sinceramente todavía no mejoraba y no podía hacer nada, tal vez Erick tenia demasiada confianza en mí y en realidad solo soy un fiasco como bruja.

Por otro lado, las última semana no había tenido tanto tiempo libre porque tenía que ayudarle a mi mate con el papeleo de la manda y teníamos que ir a algunos eventos de vez en cuando donde no me había ido mal, de hecho creo que me he ganado los corazones de los licántropos.

–Así que aquí es donde te escondes, demonio– di un saldo al escuchar la voz de Richard tras de mi– ¿Qué libro lees?

–Nada interesante– respondí rápidamente cerrando el libro de golpe suplicando de que no identificara la portada.

–vamos déjame verlo.

–no... Richard–Pero ya era tarde Richard me quito el libro y comenzó a ojearlo.

Que se borren los hechizos.

–Está en blanco, querida– dijo Richard tendiéndomelo yo lo tomo y si está en blanco– Te veías muy concentrada en él.

–Pensaba en escribir mis últimos sueños– digo rápidamente– Ya sabes que algunos son recuerdos de cuando estaba aquí.

–Haces bien en hacer eso pero justo ahora tenemos una reunión en la sala del trono.

Me levanto de la silla y me acomodo el vestido rojo que llevaba puesto para la ocasión, ya que debe ser una reunión con alguien muy importante como para que se lleve a cabo en la sala del trono, donde ya habían puesto una silla especial para mí, la cual era de oro blanco con flores rojas alrededor de ella.

Entramos a la sala del trono y ahí nos esperaban los sub- Alfas y algunos licántropos importantes que se inclinan conforme íbamos caminando, parece que el tema que trataríamos era muy serio, al lado de los tronos estaba mi familia y la de Richard, todos con ropas muy elegantes pero lo que más me llamo la atención era la preocupación en los ojos cafés de Liam quien estaba al lado de Rowina que no sabía que estaba haciendo aquí.

 

–Señores de Cuxem– hablo el líder de la corte de licántropos sentando en su trono de oro. – Tal como pidió Montgomery aquí estamos así que explica lo que tengas que decir.

–Majestades, gracias por recibirnos y acudir a mi llamado– dijo el sub-Alfa Montgomery dando un paso al frente del gran Alfa y a su Luna– Tal como todos saben soy el líder de una pequeña manada llamada Luna Sangrienta. Como todos los años mando a mis cinco mejores guerreros a custodiar la cripta de los caídos, temo decir que hubo un descuido en el lapso del cambio de turno entre los vampiros y los licántropos, así que cuando llegamos la cripta estaba abierta.

Los rostros de la sala expresaban miedo, desconfianza, enojo excepto en los rostros del Alfa y la Luna, por un lado el de Richard estaba sin expresión pero la Luna de la manada trataba de que sus manos no le temblaran y hacia el intento de no mirar hacia Liam y su familia.

–Mis guerreros entraron y no encontraron algo inusual– continúo Montgomery viendo a su Alfa con preocupación– hasta que llegaron a las celdas de mármol y cedro, Vladimir Enys ha escapado y hasta el momento no sabemos su paradero.

Richard apretó su mandíbula y se le comenzó a marcar la vena de su frente, ese maldito asesino había escapado cuando se suponía que esa cripta solo la podían abrir estando un licántropo, un brujo, un hada y un demonio… no podía ser cierto.

– ¿le han avisado al consejo? – pregunto Richard controlando su enojo.

–Doménico quedo de avisar mañana en la reunión– explico Montgomery.

–Muy bien, gracias por avisarnos, Montgomery– dijo Richard– Alfas les invito a que se queden en mi corte hasta mañana y tomar una decisión en base a lo que diga el consejo.

–Majestad, yo también tengo algo que decir– un hombre alto, de cabello castaño y ojos color mieles rasgados se puso frente a Richard.

–John.

– Mi manada es la más cercana a lo que suponemos es la corte de las hadas y hay rumores donde se dice que han visto a dos individuos muy sospechosos, creo que con lo que ha dicho Montgomery  lo más probable es que se trate de Enys y uno de sus vasallos.

–No olvidemos que Enys tenía contactos con las hadas– dijo uno de los hombres.

–y no olvidemos la leyenda de esas malditas hadas– mencionó otro lobo.

– ¿Qué leyenda? – susurro Aurora a su mate pero John que seguí cerca la escucho.

–Se dice que llegara un ser con todas las habilidades de todas las especies y este nos puede llevar a la gloria o a la devastación.

–Ese ser tal vez haya podido abrir cripta por sí mismo– comento Richard pensativo.

El corazón de Aurora dio un salto, todas las pruebas estaban ahí, tal vez ella era ese ser extraño, ella fue capaz de abrir la cripta y sacar al vampiro. Volteo a ver a su familia con nerviosismo y solo identifico el leve movimiento de Liam diciendo “no”.

No lo hagas, pajarito.

La pelirroja dio un salgo sobre su glamurosa silla al escuchar la voz de Erick en su cabeza.




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