Richard seguía sin poder creer que estuviera frente a ese odioso vampiro, lo aborrecía desde antes de conocerlo, sabía que estaba mal pero ¿Cómo no odiar al asesino de tu abuelo? aunque claro Richard tenía que admitir que estaba algo influenciado por el odio de su padre hacia ese vampiro porque si Gustav estuviera vivo le diría que no juzgara a la gente antes de conocerla, incluso si de su asesino se trataba.
–Déjame explicarte– pidió Vladimir con lentitud– es por el bien de tu familia y por la mía.
Que pronto se van a unir.
–Te escucho.
Vladimir soltó un suspiro para después indicarle a Richard que se sentaran en los sillones del fondo de la habitación. Ojos rojos y verdes se veían directamente, ambos estaban nerviosos pero en los ojos de Richard reflejaban la desconfianza que sentía hacia el vampiro.
–Gustav y yo fuimos buenos amigos durante muchos años como bien sabrás– comenzó Vladimir mirando hacia la nada como si estuviera recordando todos los momentos con su viejo amigo– Tengo una pequeño problema, algunos la llamarían maldición, desde hace siglos encontraba a mi pareja y por ciertas circunstancias murieron todas, al parecer el dios de la Noche me daba oportunidad tras oportunidad con mujeres de distintas especies.
<<Una vez que moría una, podía sentir a la siguiente, en ocasiones la conexión entre ellas y yo era tan fuerte que podía sentirlas desde antes de nacer. Cuando murió Aimee, tu tía, no sentí la conexión por lo que comencé a buscarla por mi cuenta, a Gustav no le gusto mi idea porque pensaba que me hacía daño, la noche en que murió discutimos por eso<<
–vaya, que suerte tienen algunos.
–Gustav no quería que me obsesionara con eso– Vladimir ignoró a Richard– Discutimos y me fui esa noche a descansar, Gustav amaneció muerto por envenenamiento y como discutimos pensaron que había sido.
–Se supone que las brujas son las que usan ponzoñas– Richard conocía a grandes rasgos la historia de su abuelo pero desconocía completamente la de su tía Aimee – ¿entonces quien mato a mi abuelo? si es que tu historia es verídica.
–si trabajamos juntos lo podemos descubrir.
–Aunque fueras inocente aún queda el tema de mi mujer– el tono que uso Richard fue de cualquier licántropo celoso y posesivo– Mi Luna, mi mate me mintió, me secuestro, manipulo a mis empleados todo para ayudarte y aun no se el porqué.
–por un bien común, querido Richard– Enys comenzó a caminar por toda la sala con aires de grandeza y con el porte de cualquier rey. –Siempre he podido ver algunos matices de la mente de cualquier criatura, temo decir que al principio Aurora tenía una mente bastante débil, por lo que fue bastante sencillo comunicarme con ella a través de sus sueños, poco común en los licántropos sus habilidades como bien sabes.
–eso no me dice nada, solo que la manipulaste.
–Pude haberla manipulado, al principio. – Dijo con un poco de burla mientras que Richard soltó un gruñido, al vampiro le gustaba jugar con la mente de sus discrepantes– Fue muy fácil convencerla, aun no estaba tan influenciada por tu gente y gracias ella y otras personas estoy aquí.
<<no te voy a mentir, Richard, me gustaba Aurora era todo lo que siempre busque: apasionada, arriesgada, inteligente, tiene empatía hasta con el peor de sus enemigos, joven… pero ahora comprendo que no es la mujer para mí. <<
– ¿y así esperas que te de mi apoyo?– Richard juzgaba a todo el mundo, sobre todo a los que no eran licántropos, odiaba sentirse engañado y nunca espero sentirse traicionado por su propia Luna.
–En ningún momento quise causarte daño ni a ti ni a tu Luna. – Richard se levantó con la intención de golpear al vampiro que pronto esquivo el golpe, la mirada verde y roja chocaron sin remedio–Reconozco que fui muy egoísta al haberla metido en este problema, tal vez hubiera otra solución pero en ese momento solo pensé en ella.
– ¿Cuál es el objetivo que tienes con todo esto?– pregunto Richard desesperado– Metiste a la Luna de Cuxem, por ende Cuxem está involucrado, contando que estas en la corte de Drimelux… dime ¿qué esperas lograr?
–Recuperar el trono de los vampiros, pero necesito que trabajemos juntos, como en algún momento lo hizo nuestros ancestros.
–De acuerdo– Vladimir soltó un suspiro de alivio y sonrió– Con la promesa de que te alejaras de mi familia y nuestros próximos encuentros serán de carácter diplomáticos.
–Muy bien– dijo Vladimir posteriormente de un silencio largo, ambos entrucharon sus manos para después decir– Prometo alejarme de tu Luna.
Aurora caminaba de lado a lado a fuera de la sala donde estaba su amigo y su mate. Decir que se encontraba nerviosa era quedarse corto, se retorcía los dedos como si hubiera un mañana y hasta alergia le había salido en el cuello.
Detuvo su caminata cuando salió Vladimir con una pequeña sonrisa burlona, le lanzo una mirada tranquilizadora a Aurora para después desaparecer rápidamente del pasillo; posteriormente salió Richard, erguido como todo un líder, con la cabeza en alto pero se veía el conflicto que se llevaba a cabo en su cabeza.